Tener problemas económicos y pedir un crédito que es denegado no tiene nada de divertido. Que el cliente frustrado por la negativa amenace con quitarle a su mujer a quien se lo niega, menos. Sin embargo, son estas dos situaciones las que dan vida a la inteligente y disparatada comedia “El Crédito”.
Antonio, el cliente, no tiene avales ni propiedades, solo su verdad y su «palabra de honor» para poder obtener el dinero que, como se lo plantea al director de la sucursal bancaria, le permitirá seguir adelante con su vida. Frente a esto, Gregorio, el director, le intenta explicar que sin avales ni garantías su solicitud es imposible de concretar. Este desencuentro es el detonante de una serie de sucesos, donde ambos personajes muestran sus peores miedos y frustraciones.