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Los errores de Tohá que sumen al Teatro Municipal en una profunda crisis La alcaldesa es el blanco de las críticas

Los errores de Tohá que sumen al Teatro Municipal en una profunda crisis

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Desde que en junio del año pasado se le pidiera la renuncia al actual director del teatro, Andrés Rodríguez, aún no se tiene claridad sobre quién será su reemplazante, lo que ha generado incertidumbre entre la Corporación de Amigos, y una inestabilidad laboral que ha terminado con el descabezamiento del área técnica. Desde la Municipalidad bajan el perfil a la crisis y sostienen que el reemplazante se conocerá en agosto.


Es junio del año pasado y la alcaldesa de Santiago Carolina Tohá remece a la cultura con una decisión política de alto impacto. Decide pedir la renuncia a Andrés Rodríguez, el director del Teatro Municipal de Santiago, quien por más de 30 años dirigió los destinos del proscenio artístico más importante del país.

La decisión fue celebrada por muchos. Con este acto –se dijo– se terminaba con uno de los últimos bastiones del pinochetismo en cultura, con una dirección –si bien consistente en términos artísticos– muy anquilosada en los viejos términos que separaban la baja de la alta cultura. Se habló de reformas y democracia. Los sindicatos, siempre muy agudos, se mostraron expectantes y de buen ánimo. Tohá había tenido el valor político de tomar la decisión que ningún alcalde anterior había hecho. Pero no solo de valor político se trató el asunto sino también de coraje económico, al decidir abrir la billetera y desembolsar los más de 200 millones de pesos que costaba la indemnización de Rodríguez, después de tantos años de servicio.

Esta decisión política, sin embargo, el mismo día del anuncio, dejó contradictoriamente en evidencia una debilidad de visión política y estratégica de Tohá –acaso hoy en día más importante que el golpe de timón– que era no tener ningún plan claro de conducción artística del teatro y próximo en el tiempo. Esto lo resolvió con una decisión pragmática: mantener a Rodríguez –renunciado– por un año y medio más. Tiempo suficiente para que pudiera dejar armada la programación 2016 y parte de la del 2017.

Esta situación, sumada a lo que varios críticos a la gestión de Tohá denominan como “insensibilidad cultural”, al no prever las consecuencias artísticas y humanas que derivaban de esta decisión intermedia, derivaron en que el Municipal ha terminado por sumirse en una profunda crisis institucional, donde reina la inestabilidad laboral y la incertidumbre.

Dilación en nombramiento

Si bien la Municipalidad de Santiago no ha querido hasta la fecha confirmar oficialmente quiénes reunirían las condiciones para asumir la responsabilidad del Teatro Municipal, lo cierto es que sí confirmó que después de una exhaustiva revisión, se había llegado a un número acotado de postulantes.

Extraoficialmente los nombres fuertes eran tres: Maximiano Valdés, el más internacional de los directores chilenos; el argentino Marcelo Lombardero, quien dirigió por un tiempo el Teatro Colón de Buenos Aires; y el francés Frederic Chambert, director artístico del Théâtre du Capitole de Toulouse, Francia.

De los tres, Max Valdés era el hombre de consenso. Luego que partiera a los 20 años a estudiar música a Roma, Valdés se impuso en el circuito de los conciertos y óperas internacionales. Fue ocho años director de una orquesta en Buffalo (EE.UU.), estuvo otros 15 con la orquesta de Asturias y hace siete años que se mantiene a cargo de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.

Según fuentes cercanas al Municipal y a Valdés, el maestro chileno se mostró muy interesado en asumir los destinos del Municipal y así lo hizo saber. Pero como los compromisos internacionales en estas áreas requieren de acciones concretas y con prontitud, el director no pudo continuar esperando una confirmación de Santiago –lo que ya duraba varios meses– y finalmente aceptó la renovación por una temporada más a cargo de la Orquesta Filarmónica de Puerto Rico.

El caso de Marcelo Lombardero no ha sido muy distinto. En mayo de este año, el director argentino viajó a Chile con motivo del estreno en el país de la ópera Russalka y se reunió con Luisa Durán y Morgana Rodríguez, jefa de la Subdirección de Cultura de la Municipalidad, para analizar posibles términos contractuales. La oferta de la Municipalidad, que incluía la remuneración y las condiciones de los viajes al extranjero, era inferior a lo requerido por Lombardero, por lo que el ex director del Teatro Colón presentó un contrapropuesta, la que hasta la fecha no habría sido respondida.

Cercanos a Lombardero sostienen a El Mostrador Cultura+Ciudad que el director, incluso, estuvo durante todo el mes de julio en Chile esperando una respuesta que no llegó. Esta situación se contradice con lo expresado oficialmente por Morgana Rodríguez, quien ante la consulta por los motivos del retraso en el nombramiento del sucesor de Rodríguez señaló: “La demora responde a algo muy simple, que es que los candidatos finalistas no podían viajar a comienzos de julio para ser nombrados a fines de ese mes, sino que podían viajar a fines de julio para ser nombrados durante agosto, porque durante agosto pueden viajar por las vacaciones que tienen, porque todos los candidatos ocupan cargos en otros teatros”.

Rodríguez aseguró, en todo caso, que el nombramiento será a fines de agosto, aunque se negó a ratificar el nombre del canditado, “porque es un proceso privado”. Precisamente en agosto, el Teatro Municipal presenta la ópera internacional El Turco en Italia, una coproducción con el Théâtre du Capitole de Toulouse de Francia, institución que dirige Frederic Chambert. ¿Aprovechará esta fecha para hacer el anuncio?

Inestabilidad e incertidumbre

El retraso en el nombramiento del director del Municipal ha tenido importantes consecuencias en el clima laboral y técnico en el edificio de Agustinas. Al quedar Rodríguez, sin autoridad al interior del Teatro, debido a la mediática solicitud de renuncia, el administrador en la práctica es Andrés Pinto, director de Cuerpos Estables y dueño de la agenda del Teatro.

Fuentes del Municipal sostienen que el clima se ha vuelto hostil bajo su administración y que concretamente es muy difícil trabajar en el Municipal. En poco tiempo se han quedado sin jefes del área técnica. Se despidió al jefe de Escenario, Patricio Pérez; a la jefa de Vestuario, Inme Moller; y al gerente del área técnica, Enrique Bordolini.

Adicionalmente, hace una semana renunció la jefa administrativa Iris Gast y en diciembre abandonará el teatro el Director Musical Residente José Luis Domínguez, quien también es el titular de la Orquesta Nacional Sinfónica Juvenil.

Irritación

Esta situación, que deriva de la falta de nombramiento, ha generado irritación en más de uno, partiendo por la Corporación de Amigos del Teatro Municipal, actualmente encabezada por María Eliana Simian de Ardizzoni.

“Como corporación consideramos que esto no se puede prolongar más”, señaló. “Estamos llegando a final de año y aún no dicen quién va a ser el director del Teatro. Hay una incertidumbre generalizada entre la gente que trabaja en el teatro, en grupo como el nuestro, que apoyamos el teatro. El clima de incertidumbre hace que la gente esté en ascuas. Todos preguntan y nadie sabe nada ni hay respuesta ante ninguna pregunta. Estamos muy preocupados con este tema”, manifestó.

“Hay que preguntarle a la alcaldesa Tohá qué es lo que tanto teme, qué presiones ha tenido, qué es lo que sucede en esa corporación cultural”, reflexiona por su parte Ramón Griffero, quien lideró hace algún tiempo el “Movimiento liberar el Municipal”.  “Demorar dos años en nombrar a alguien me parece incomprensible”, sentencia.

Mientras tanto y fuera de lo que hasta esta altura parece comprensible, Andrés Rodríguez sigue cumpliendo sus funciones, tal como lo hizo la semana pasada cuando se reunió con Darío Loperfido, director del Teatro Colón de Buenos Aires, para traer a Chile la ópera Mahagony de Kurt.

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