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Crisis económicas estimulan el crecimiento de las industrias creativas La creatividad generá efectos económicos favorables

Crisis económicas estimulan el crecimiento de las industrias creativas

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Desde una perspectiva económica, la economía creativa ha estado creciendo en un ritmo más rápido que el resto de la economía en muchos países. A grandes rasgos conllevó cerca del 8% del ingreso anual de la economía mundial en el año 2000. Las áreas en Chile donde tradicionalmente se concentra la mayor cantidad de solicitudes de registro de propiedad intelectual son las áreas de las obras literarias (70%) y las obras artísticas (21%).


Las crisis económicas les hacen bien a la creatividad, según un informe de Naciones Unidas. Un experto de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) confirma que se trata de una tendencia mundial que también se replica en Chile.

De hecho, desde una perspectiva económica, la economía creativa ha estado creciendo en un ritmo más rápido que el resto de la economía en muchos países. A grandes rasgos conllevó cerca del 8% del ingreso anual de la economía mundial en el año 2000.

En los años de debacle económica (2002-2008), el comercio en bienes y servicios de las industrias creativas creció en promedio un 14% anual, incluso después de tomar en cuenta la fuerte contracción de la demanda mundial y del comercio internacional en los últimos meses del 2008.

Ambos datos corresponden a un informe de la UNESCO y otro del PNUD-UNCTAD. Este último sugiere que «el comercio mundial de bienes y servicios creativos se mantuvo firme a pesar de que los flujos de comercio a nivel mundial decayeron».

Según la UNCTAD, la “economía creativa” es un concepto basado en los recursos creativos que de manera potencial generan crecimiento económico y desarrollo». Puede fomentar la generación de ingresos, creación de empleos e ingresos de exportación, mientras que también puede promover la inclusión social, diversidad cultural y desarrollo humano.

«Engloba aspectos económicos, culturales y sociales los que interactúan con la tecnología, propiedad intelectual y turismo. Es un conjunto de actividades económicas basadas en el conocimiento, con una dimensión de desarrollo y vínculos transversales en niveles macro y micro para la economía en general».

Asimismo, «es una viable opción de desarrollo que llama a la innovación, respuestas políticas multidisciplinarias y acciones interministeriales. En el corazón de la economía creativa están las industrias creativas”.

Fenómeno se repite en Chile

Para Claudio Ossa, jefe del Departamento de Derechos Intelectuales de la DIBAM, este fenómeno también vale para Chile. El experto asegura que las cifras de registro de inscripción de obras literarias, artísticas y científicas tienen un comportamiento que permite confirmar la tesis señalada.

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Claudio Ossa, jefe del Departamento de Derechos Intelectuales de la DIBAM.

 

Así por ejemplo, cuando se han generado grandes crisis económicas mundiales, como fuera el periodo denominado de la “gran recesión” del año 2008 a 2009, en el país se produjo un aumento de un 7% en el número de registros de inscripción de las obras mencionadas mientras se producían índices de crecimiento negativos en la economía interna (-1,0%).

Luego, coincidentemente cuando se produjo la desaceleración que inicia en 2012 y alcanza su punto más crítico entre 2013 a 2014, justamente es en el ejercicio del año 2013 donde se registra un crecimiento de 6.4% anual, cuando la economía interna registraba un crecimiento bastante más tímido (4,2%).

Crisis es oportunidad

Ossa estima que las creaciones desarrolladas por los autores son activos patrimoniales que reflejan distintos periodos de generación creativa de las personas e instituciones que participan en ellos.

«En épocas favorables de la economía, la tendencia es que la solicitud de registros de inscripción de obras, tratándose de nuevas creaciones, experimenta un crecimiento estable al igual que lo que ocurre con las actividades de recuperación de información relativa a los registros preexistentes (certificados de obras registradas)», asegura.

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Por otra parte, en épocas adversas, las inscripciones de nuevas creaciones registra un crecimiento mayor y, sobre todo, aumenta mucho más la recuperación de antecedentes relativos a las inscripciones preexistentes (certificados).

«Lo anterior, refleja dos comportamientos en la gestión de esos activos disponibles, a los que se puede recurrir en todo momento, pero especialmente su mayor uso se produce cuando se necesita superar aquellas épocas o situaciones desfavorables», concluye.

Lo interesante es que en economías cuyo desarrollo depende de actividades principalmente extractivas de recursos naturales, como la chilena, la gestión adecuada de estos activos ofrece una oportunidad concreta para facilitar el desarrollo de nuevos negocios, iniciar emprendimientos en forma independiente o bajo distintas formas asociativas y, en definitiva, facilitar actividades vinculadas con el desarrollo e innovación tecnológica, según Ossa.

Creciente participación de marginales

Principalmente, las áreas donde tradicionalmente se concentra la mayor cantidad de solicitudes de registro son las áreas de las obras literarias (70%) y las obras artísticas (21%).

Según datos de la DIBAM, dentro de estas grandes áreas, específicamente se observa la creciente participación de sectores que hace un par de años eran solicitantes marginales de registros de inscripción o que venían a la baja en su actividad.

Entre otros están los diseños de páginas web (0,2%), proyectos de arquitectura (0,3%), proyectos de ingeniería (0,5%), obras multimedia (0,7%), obras audiovisuales y cinematográficas (1,4%), seudónimos (1,9%), programas computacionales y videojuegos (2%), contratos de derechos de autor (3,2%), y fonogramas o música grabada (3,9%) .

Beneficios

Ossa concluye que el desarrollo del sector creativo provee un conjunto de beneficios.

Además de los efectos económicos favorables, aporta al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y las comunidades involucradas, creando mejores fuentes de trabajo, estimulando su desarrollo y facilitando el rescate y difusión de la diversidad cultural que cada localidad puede aportar al país.

Según mediciones existentes a la fecha, el sector de la industria creativa en Chile aporta el 1,6% del PIB nacional. Y «según los datos que nosotros tenemos, referidos a las gestiones internas que nos solicitan realizar los creadores, artistas, instituciones e industrias creativas, la línea de tendencia es al alza».

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