El hecho generó molestia en la comunidad artística, que se enteró recién en la ceremonia de premiación, realizada con gran pompa el pasado 7 de septiembre en el Teatro Municipal de Santiago. En 2016 año habían postulado seis proyectos, pero según una determinación del CNTV, ninguno alcanzó el puntaje mínimo, aunque uno de ellos había sido premiado en el Festival Internacional de Animación de Annecy, el más prestigioso de su género en el mundo.
Una nueva polémica en la asignación de fondos concursables afecta al Consejo Nacional de Televisión (CNTV). Luego que el año pasado prácticamente desapareciera la línea infantil, este año le tocó a la categoría de «coproducción internacional».
El hecho generó molestia en la comunidad artística, que se enteró en la ceremonia de premiación, realizada con gran pompa el pasado 7 de septiembre en el Municipal de Santiago. En 2016 habían postulado seis proyectos, pero según una determinación del CNTV, ninguno alcanzó el puntaje mínimo, aunque uno de ellos había sido premiado en el Festival Internacional de Animación de Annecy, el más prestigioso de su género en el mundo.
«Este tipo de decisiones son una falta de respeto hacia los productores chilenos y extranjeros que confiamos en los criterios de este consejo», lamenta María Graciela Severino, coproductora con Marmota Studios y gestora internacional con manejo en mercados infantiles.
«Me parece que no es una buena señal, puesto que debido a los limitados espacios que las producciones nacionales tienen en nuestras pantallas, las alianzas internacionales son fundamentales para cubrir costos de producción y distribución», complementó Pablo Christiny, director ejecutivo del Festival Audiovisual para Niños (FAN) Chile.
Para los conocedores del área, es necesario transparentar los procesos de selección, para que episodios como éste no se repitan. Ya el año pasado, por la polémica con la línea infantil, el Consejo destacó que las líneas concursables del Fondo nunca han tenido montos asignados. En esa ocasión, uno de los perjudicados fue «Guitarra y tambor» (de la productora Punkrobot, la misma que luego ganaría el Oscar con «Historia de un Oso»), que éste año sí fue premiada.
El año pasado, en esta categoría habían sido premiadas dos obras: «Mary & Mike» y «La Memoria de mi padre», por un total de 400 millones de pesos. La primera era una serie de ficción histórica de cinco capítulos, basada en la vida del agente de la DINA Michael Townley y su esposa Mariana Callejas, responsables de varios asesinatos durante la dictadura. Dirigida por Esteban Larraín, obtuvo $387.381.303 pesos.
En tanto, «La Memoria de mi padre» era un filme de drama con tintes de humor que cuenta la difícil relación de un padre octogenario y su hijo, tras la muerte de la madre, dirigida por Rodrigo Bacigalupe. Recibió $62.544.772 de pesos.
Este año, seis proyectos habían sido preseleccionados: «¿Donde deben estar los niños inca?», «Desenjaulados» («Cagemates»), «Las aventuras de Tipi y Tom», «Navegantes del espacio», «Personas cetáceas» y «Radiografías de Latinoamérica».
«Desenjaulados» , del estudio chileno de animación Zumbástico, era uno de los más destacados, ya que ganó el premio Disney al mejor pitch en Annecy 2013, dentro del Creative Focus para proyectos en desarrollo.
Otro afectado fue «Personas Cetáceas», de Marmota Estudios, inspirado en una serie homónima que se transmite por el canal de youtube de esa productora, que cuenta con más de 65 mil suscriptores y 4 millones de reproducciones. Está doblada al inglés por el canal «Cartoon Hangover», donde tiene otras 4 millones de reproducciones, y es co producido con Venezuela.
«Radiografías de Latinoamérica», en tanto, estaba basado en «Radiografías cotidianas», una serie documental de Michel Gajardo, transmitida por TVN en 2013.
Sin embargo, en un acta del CNTV del 5 de septiembre, escuetamente se indica que «por la unanimidad de los señores consejeros se acuerda no premiar esta categoría».
Según una fuente del CNTV, «no fue premiada pues los proyectos postulados no obtuvieron el puntaje mínimo para ello, de acuerdo a la votación del Consejo».
«Lo del puntaje mínimo está en la unanimidad: todos concordaron con que no cumplían requisitos que, comparativamente, en otras líneas y en la misma línea en años anteriores, sí existían».
Los proyectos son evaluados por un comité de expertos, pero su decisión no es vinculante. Los 12 consejeros del CNTV tienen la última palabra. El CNTV es liderado por su presidente, el periodista Óscar Reyes, asesor comunicacional en diversas reparticiones de la Concertación desde 1990 y director del diario digital Cambio21.
Reyes está acompañado por el político DC Genaro Arriagada; la actriz Esperanza Silva, presidenta de la Corporación de Actores de Chile; la abogada y ex periodista de El Mercurio María Covarrubias; el ex diputado UDI Andrés Egaña; el abogado Gastón Morales, ligado a la UDP; su colega Roberto Guerrero, decano de la Facultad de Derecho de la UC; la periodista María Hermosilla, ex presidenta de la Región de América Latina de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC); el abogado Hernán Viguera, ligado a la Universidad Autónoma de Chile; la ex ministra de Educación concertacionista Marigen Hornkohl; la abogada Mabel Iturrieta, ex presidenta de la Asociación Nacional de Funcionarios del Ministerio Público (Anfumip); y el abogado Guillermo Laurent.
Hermosilla fue la única ausente en esta votación.
Los argumentos son cuestionados por Severino, aunque tiene una preocupación más de fondo.
«Lo que verdaderamente nos preocupa es que durante años hemos luchado por fortalecer las coproducciones, ya que todos sabemos que es una de las mejores formas de financiar contenidos de calidad. Si más países se asocian, es posible conseguir más recursos y hacer cosas de mejor factura, en especial con países donde tenemos tantas cosas en común como lo es en Latinoamérica», argumenta.
«El CNCA, ProChile, Corfo, Dirac, los Festivales, las asociaciones gremiales y todos estamos apuntando hacia allá. Recién están empezando a brotar fondos específicos para fortalecer las coproducciones. Nos la jugamos a morir en los mercados tratando de posicionar nuestro país como un lugar apto para hacer coproducciones, por mostrar que acá hay talento y la verdad es que no es fácil hacer gestión internacional, pero lo hacemos igual. Ya estamos instalando el nombre de Chile como un país serio con profesionales capaces, pero estas acciones del CNTV nos dañan nuestra imagen internacional», lamenta.
«¿Qué le dices a un coproductor brasilero, francés o colombiano sobre nuestro único fondo de producción de TV? ‘No, sabes, la línea mágicamente desapareció, no sabemos por qué’. Esas cosas no pasan allá, pero acá sí», dice.
Para Severino, Chile requiere con urgencia un fondo de producción con foco industria. Ella cree que CORFO es el indicado para crear la figura, «porque aunque la gente deje de ver TV abierta, sigue viendo cable o Netflix, porque el hambre de contenidos sigue viva y es una lástima que los proyectos buenos queden fuera porque un día la linea desapareció mágicamente. Lamentablemente el CNTV este año atornilló al revés de todas las otras instituciones estatales».
Está claro que la coproducción abre puertas inmediatas a otros mercados, lo cual es extremadamente necesario a nivel comercial. La gestora da un ejemplo: una serie de animación infantil de factura internacional no costará menos de un millón de dólares, y en Chile es imposible hacer que una inversión de ese tipo genere retornos ya que el mercado es demasiado pequeño. Por eso hay dos opciones: o hacer una serie más barata -que no siempre funcionará- o asociarse a otros países para ampliar el territorio.
La productora destaca que el mismo CNTV publicó el año 2013 un texto llamado la «Coproducción hace la fuerza». Por otro lado además se realizan distintos encuentros de coproducción en los festivales chilenos y se añaden nuevos destinos en las «Misiones del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes», que financia visitas de productores en mercados para vender sus contenidos o buscar coproducciones.
«En Prochile las marcas sectoriales como Cinemachile y Animation from Chile buscan fortalecer el comercio de los contenidos audiovisuales en el exterior organizando decenas de misiones a diferentes mercados. Corfo integra a la evaluación de sus concursos para el desarrollo de proyectos, la capacidad de exportación del contenido. ¿Cómo se explican estas decisiones entonces?», se pregunta Severino.
«Chile tiene que ser estratega en ese sentido y hacer que sus instituciones se coordinen. No puede ser que CNTV tenga la administración de 4 mil millones de pesos, uno de los fondos más grandes para el sector y aun así no esté alineado con la cadena virtuosa que ha formado el audiovisual chileno», advierte.
Para Christiny, en términos prácticos hay una serie de proyectos chilenos que tienen financiamiento en otros países, pero que en Chile no encuentran respaldo para ser producidos. «Una paradoja si pensamos en la que la calidad de las producciones nacionales es validada y respaldada en el exterior», afirma.
«Los espacios de coproducción su nuevos en Latinoamérica, por lo que dejar a Chile fuera de este nuevo mercado es una error desde el punto de vista de las políticas públicas», advierte.
Para él es necesario insistir en modernizar y transparentar los procesos de fondos públicos. «Para que no existan este tipo de inconvenientes, es necesario que las instituciones incluyan protocolos más transparentes a la hora de definir qué categoría o proyecto es premiado», concluye.