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Ángel Parra, el músico que siente el oficio como su abuela: “Mi trabajo es incompatible con el poder” Prepara la nueva versión de la obra maestra de Violeta : “Las últimas Composiciones”

Ángel Parra, el músico que siente el oficio como su abuela: “Mi trabajo es incompatible con el poder”

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Patricio Olavarría
Por : Patricio Olavarría Periodista especializado en Política Cultural
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El talentoso músico y ex integrante de Los Tres que renunció al Museo de Violeta para dedicarse exclusivamente a la creación, tal como la artista desconfía del poder y toma distancia de los gobernantes. Hoy está dedicado a releer y reinterpretar la catedral, la corona de joyas que son “Las Últimas composiciones” de Violeta, donde destaca canciones inmortales como Gracias a la Vida, Volver a los diecisiete y Run run.


Angel Parra (50) está en otra. Quiere sentirse libre de ataduras y no le interesa enredarse en problemas que no tengan que ver con la música y la creación. Eso es lo que realmente ha hecho durante su vida y se siente feliz. Su talento es desbordante y se ve cuando está en el escenario, pero también cuando conversa con entusiasmo y lucidez. Sin embargo, también ha pasado el tiempo y ahora es un hombre más reflexivo y sabe que el trabajo se valida por sí solo. Es más, para muchos es el músico más creativo y versátil del clan Parra.

El eximio guitarrista se lo toma con calma y sabe que lo importante ahora es concentrarse en un desafío que no es menor, la nueva versión de Las últimas Composiciones, disco que grabó su abuela Violeta el año ’66. Esta pieza trascendental de la música chilena, lo tiene de cabeza, y espera realizar un trabajo genuino y actual al mismo tiempo. Sabe que la vara es alta, pero también, confía absolutamente en su experiencia y sensibilidad para rendir su propio tributo a la artista más importante y completa que ha existido en Chile.

-Comenzaron las celebraciones por los 100 años de Violeta … ¿Qué te sucede con todo esto?

-Me sucede que coincide con un momento espiritual importante en mi vida, de lucidez, de calma y muchas cosas que se han consolidado en mi forma de hacer arte como en la manera de enfrentar la vida con la mirada de un adulto. Y esto coincide con un país que está dentro de una fractura permanente de luchas de poder y cosas difíciles que son complejas socialmente. Pero me hacen pensar que estos 100 años de la Violeta son simbólicos porque ponen a la figura de la mujer en el centro de muchas cosas que pasan en el mundo entero. Eso me gusta y me llama la atención y me convoca porque son los cien años de mi abuela y se respira un aire positivo que se va generando de a poco.

-¿Cómo percibe la gente a Violeta?

-En relación a la obra de Violeta puedo ver en el público cercanía, alegría y pertenencia de lo que significa ser chileno y que tiene que ver con Violeta Parra. Entonces es el momento de encontrarse con ella por todo chile y todo el mundo. Eso le viene bien al país finalmente. Yo trato de contribuir en mis conciertos porque todos se pueden nutrir de ella conociéndola aún más y a lo mejor así también nosotros nos conocemos mejor también. No hay que verla como un personaje tan magnánimo, sino como una luchadora, una mujer que representa las luchas del hombre como los derechos humanos y mil temas que están presentes en la agenda social y política.

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Crédito foto: Alejandro Olivares

-¿Crees que Violeta llega al público que ella quería llegar?

-Creo que Violeta aspiraba a mucho más de lo que logró viva. Pero con el tiempo lo ha logrado. Sería injusto decir que su suicidio gatilló eso. Incluso cuando lo comparan con el suicidio de Allende que dicen que fue por una cosa u otra. Lo importante es que la gente comprendió que Violeta fue dejando semillas de conocimiento y saber plantadas por todo Chile y el mundo, y con el tiempo todos vemos como esas semillas se han convertido en árboles que han crecido y que están en toda la gente… Son árboles de hojas perennes que nunca se acaban y eso es lo más hermoso que tenemos.

-¿Cómo se relacionaba Violeta con el poder?

-Siempre con desconfianza y con distancia con los gobernantes de turno. A la Violeta no le gustaba el poder. Además, ella siempre estaba detectando en donde se daban las injusticias. Todo esto viene de su hogar porque si bien se trata de una familia muy pobre y a veces dramática, en su familia hay un gran componente cultural, poético, y lírico que tiene que ver con la tradición oral que hace que tenga grandes enseñanzas en su vida cotidiana y en el núcleo familiar. En un almuerzo, reunión o fiesta de la familia siempre la cultura jugaba un rol importante. Ya a los cuatro años la Violeta tenía en la memoria ram una sobrecarga de información y lucidez enorme. La Violeta descubre ahí, en su familia, en su entorno cultural y social un tesoro que la hace hacer y componer todo lo que hizo. Hoy lamentablemente la pobreza está asociada a cosas tristes como la pasta base, la violencia y mucha decadencia, pero ese es otro fenómeno y no tiene nada que ver con esta belleza de la que te hablo, que tiene relación solo con la herencia y la historia cultural de ella.

-Es parecido el fenómeno de alguna manera a Neruda y a Gabriela Mistral que además son de una región y no de la capital

-Creo que este país tiene mucha fuerza creativa en las regiones. Desgraciadamente siempre hemos luchado con que tenemos a Santiago como punta de lanza. Pero cada vez que viajas te encuentras con un sinfín de temáticas para escribir, pintar, crear, escuchar historias de niños, gente mayor, de todo tipo de personas que son humanos creativos y asombrosos. Está repleto de colores que están enterrados y deben salir y debemos resolver. Los jóvenes están al tanto de esta información y quieren saber cada día más. Nuestra misión es descubrimos en profundidad como chilenos dentro de este maravilloso paisaje a través de los espacios sociales, y culturales como los museos en donde podemos conocernos más y en el caso de la Violeta también.

-Ya que hablas de museos ¿Porque te fuiste del Directorio del Museo Violeta Parra?

-Mi razón primordial es por el sentido que le doy a mi trabajo. Cuando hago arte no compatibilizo con el poder, mi -trabajo no es compatible con el poder y creo que me ha tocado conocerlo por medio del directorio de la Fundación. Yo no sabía bien cómo funcionaba un directorio en realidad, y me di cuenta que son espacios en donde se debate en relación poder. Se conoce a personas interesantes, pero también hay grandes frustraciones en torno a proyectos que muchas veces deben quedar postergados. Son muchas las personas que entran en juego a decidir las cosas y no es mi espacio. Me gusta luchar desde la música. Además, me metí a trabajar en el disco de las Últimas Composiciones y no compatibilizaba para nada con el Museo. Tampoco nunca tuve un cargo y no me gusta ser parte de la familia y participar dentro del Museo.

-Priorizas por la creación obviamente

-La creación es lo más importante. La música habla por sí sola, cuando uno empieza a luchar por las lucas, a pedir el Fondart, a pesar que es algo muy digno para que la gente pueda llevar a cabo sus proyectos, es muy complejo y yo puedo decir que soy alguien que he podido hacer cosas sin tener que pedir tanto por aquí o por allá, sino más bien luchando en forma anónima. Cuando partimos en los años noventa con Los Tres, no teníamos nada, y éramos considerados unos bichos raros y nadie nos daba pelota. No sonábamos en la radio y sin embargo el tiempo nos dio a razón con puro ensayo, trabajo, tesón, y creer en lo que hacíamos. Si el artista cree en lo que hace, se le da en la razón por persistencia. Esa es mi bandera de lucha.

-¿Está monopolizada la figura de Violeta por la élite?

-Creo que siempre pasa eso un poco con las grandes figuras de la cultura en Chile. El pueblo no tiene por qué confiar en las fundaciones de por aquí o allá. La desconfianza de la gente es natural y lo que necesitan las personas es cercanía absoluta con las figuras importantes de la cultura y el arte. Lo único que realmente valida a un creador es la cercanía con la verdad y el amor por lo que hace.

-Pero Violeta también se rodeó de gente que tenía influencias

Violeta tenía amigos obviamente dentro del mundo popular, pero también tuvo importantes amistades que la cobijaban y que la ayudaron muchas veces a salir adelante con algunos proyectos. También tiene que ver con gente de la aristocracia chilena. Ahora ella siempre luchó contra el poder y los prejuicios de la academia en donde la miraban en menos. Hay una anécdota cuando viene Leonard Bernstein a Chile, y la invitan a una fiesta en donde ella canta y a él le llama profundamente la atención y dice que es a la única persona a la que quiere conocer. Eso te habla de una gran autenticidad de esta mujer genial. Obviamente esto provocó el celo de un sector académico con cierto aire aristocrático. Ahora hay que reconocer que hubo personas como Gastón Soublette por ejemplo que sí la ayudaron y se interesaron de verdad en su trabajo.

-¿Por qué no estuviste en el acto central que dio inicio al centenario en La Moneda?

Coincidió justo con la posibilidad de ir a tocar a Concepción que es una tierra tan querida y en donde Violeta vivió tanto tiempo, trabajó, hizo programas de radio. Entonces justo cuando se abren las celebraciones nosotros no estábamos en Santiago. Estuvimos invitados con Javiera mi hermana, pero ella estaba en Chillán y yo en la octava región. Le dije a la prensa allá que me sentía honrado de ser parte de alguna forma de la descentralización y estar lejos del centro y estar con ellos. Pero básicamente fue un asunto logístico y de agenda.

La  catedral de Violeta Parra

-¿Cuál es la idea de la nueva versión del disco Las Últimas Composiciones que es una pieza central de la música chilena?

-La idea tiene que ver con mi cercanía con el repertorio de la Violeta que me termina llevando hacia el disco clave, hacia la catedral de Violeta Parra que se llama “La últimas Composiciones”, y como lenguaje artístico llevo varios años buscando la quinta pata al gato para saber cómo interpretar a la Violeta. En esa búsqueda que lleva casi una década me he pasado por tratar de fusionarla con el jazz, hice un trabajo con vientos, después grabé la música de la película, también mi padre ha sido un permanente profesor en darme luces, entonces uno va entendiendo y en ese camino lo más importante es encontrar a cantantes que comprendan la profundidad de los textos y que la música tenga como punto de inflexión la interpretación del charango, del bombo, el cuatro, y la guitarra acústica.

-Parece simple, pero es complejo

-Creo que ese camino que es de menos a más significa construir en base a esta simplicidad que puede traer muy buenos resultados. Cuando uno se pone a crear sobre algo tan genial se puede equivocar fácilmente así que lo que yo estoy tratado de hacer es ir de lo micro a lo macro, y creo que vamos bien encaminados.

-¿Igual te pone la vara alta la Violeta con este trabajo o no?

-Súper alta, pero creo que uno como artista tiene una responsabilidad de hacerse cargo de sus cosas tanto como de sus problemas personales, como de su dignidad y de su consecuencia como artista. Lo que quiero decir es que uno debe tomar nuevos desafíos y dejar cosas atrás.

-¿Cómo Los Tres?

-Claro como los Tres en que se da en un grado importante. Pero decir a los cincuenta años, qué quiero hacer, quiero tocar más rápido la guitarra, impresionar por lo virtuoso, o quiero llegar profundo, quiero aprender. Creo que en este momento lo importante es sacar un resultado en base al trabajo.

-¿Es como una relectura musical entonces?

-Claro, una relectura, una re- visitación, pero con la matriz de la simplicidad, con el charango el cuatro, y con la paciencia que me han dado los años de trabajo en la música. Hay una calma que te permite pensar y darle vuelta. Quiero grabar la estructura del disco como te cuento, pero después me voy a retirar con todo lo grabado a mi casa en donde tengo mi estudio. Ahí voy a escuchar en forma paulatina los sonidos, las guitarras sin alterar el sonido original. Lo más importante es que esos instrumentos que la Violeta grabó en esos años en forma tan magnífica ahora serán grabados con un concepto del año 2016.

-Me evoca la idea de una artesanía

-Claro, es cuando uno empieza a entrar en esa introspección, en esa meditación que te da la calma mental que uno como artista debe tener, sin la presión del tiempo ni de las cosas mundanas, aparecen así cosas increíbles. Aunque suene metafísicos, como la comunicación que tengo con los animales en mi casa porque cuando empiezo a tocar a la Violeta siento a mi perro que se me pone a mi lado y que escucha cuando cantamos, creo que son elementos que aparecen y nos llenan de lucidez. Pero hay que tener calma y eso tiene que ver con esa artesanía, y lo otro que es muy importante es el trabajo con los cantantes porque sé cuál es la intención que le dio Violeta a cada frase.

-¿Qué debe hacer un creador para no fundirse?

Básicamente ser perseverante, no caer en la depresión, cosa que es difícil. Pero no se puede pasar toda la vida victimizándose por las cosas injustas. Hay que avanzar en base al trabajo que es el ejemplo también de la Violeta que grabó el Gavilán que era para orquesta y te habla de ambiciones grandes pero que también tocaba la guitarra acústica con tres dedos y le faltaba una cuerda. No sé de adonde sacaba tanta energía.

-¿Y de adonde la sacaba crees tú?

-La sacaba de una búsqueda personal de la belleza que iba más allá de la fama y el virtuosismo. Eso es lo que buscamos como artistas. Al menos yo me siento identificado con eso que tiene que ver con llegar al público y quedarse con la gente.

-Ahora tu presencia parece más profunda que mediática en el escenario

-Totalmente, fíjate que estoy en ese proceso y para mí también es un descubrimiento ver que he pasado cerca de tantos artistas importantes, pero no quiero pasar adelante y tomar tanto protagonismo y le doy la pasada por supuesto al cantante, y eso requiere de mi parte calma. La gente ve a alguien que no quiere figurar, sino más bien a un artista que empuja un buque para interpretar a la Violeta y eso es introspectivo. Es la misma solemnidad que veo en la Violeta viajando con su bombo. Había seriedad de su parte, quería ser escuchada. Lo que quiero decir es que para interpretar hay que ser consecuente.

-¿Ya no eres Rockstar?

-Me lo creí en algún momento y me sentí interpretado con una canción de “Upa” que habla de eso a pesar que no me gusta el grupo. Uno empieza a convertirse en un funcionario del rock y se trasforma en un idiota y hay que dudar de eso. Es rico, es interesante, es entretenido, se comió, se bailó, pero ahora es mucho más grande el desafío.

-¿Cómo concilias en el escenario pasar del jazz al folclor y de un rockabilly a la eléctrónica?

-Enhebrar ese puzle cuesta mucho y es todo un desafío como este concierto que dimos en el Teatro Oriente. Estuve desde las nueve a las doce del día viendo el orden de los temas y quería ver la forma como Ángel Parra trío dejara estampada su impronta, pero es un disco tributo a Violeta. Es algo nuevo y por lo que escuché anduvo muy bien. Quizá lo que se canta en inglés cumplió su ciclo. Es un trabajo que requiere de concentración y de intuición también para poder jugar con las diferentes formas y estilos.

 –¿Cómo ves la movida musical joven?

-La veo positiva. Y creo que desde que estoy fuera del Rock and Roll y del circuito de los Tres estoy más cerca de la gente más joven. Cuando estás en la industria siempre hay competencia. Es de mucho codazo. Todo eso que tiene que ver con la economía social de mercado ya no me interesa nada. Ahora tengo más tiempo para escuchar lo que hacen artistas como Gepe, Álex Anwandter, la Anita Tijoux, y los admiro por su capacidad de hacer las cosas en forma independiente y eso es algo que me da gusto. Son violetísticos en ese sentido.

-¿Qué opinas del pirateo que obviamente no es un buen tema para la industria?

No me molesta nada porque finalmente los que saben de copyright en Europa y Estados Unidos, en donde hay una industria que está levantada saben de lo que hablan, pero en Latinoamérica en donde somos tercermundistas y para hacer un concierto nos tenemos que sacar la cresta, es muy difícil, y tenemos una herencia histórica de compañías discográficas que fueron unos mafiosos que se llevaron una cantidad de plata enorme. Es lo que merecen. Finalmente, el músico se para arriba de un escenario y se gana los porotos porque la gente los quiere ver en vivo, y eso es lo que estamos recuperando.

-¿Si un presidente de la República te pidiera hacer una canción, la harías?

-No. Estoy en un momento de lucidez que no me permitiría hacer eso. Pasamos por momentos en donde se nos acercaron presidentes y nos ofrecieron sumas astronómicas de dinero para hacer cosas, y en diferentes grupos en los que he estado, y siempre aparece la duda de tomar ciertas decisiones, y tengo un lindo recuerdo de mi hija Violeta justo en un momento en que nos hicieron un ofrecimiento, y me escribió una carta que me dio una clase de moral y de ética que me da gusto recordar. En esa época tocaba mucho con Valentín Trujillo, y le conté mi dilema y le leí la carta y me dijo, “pero por Dios hijo, con esta carta que te hizo la Violetita que duda puedes tener”. Por suerte no lo hice y soy más libre y esa libertad es la que deseo mantener.

-¿Cómo ves al país?

-Es un tema complejísimo y tiene que ver con el ordenamiento de las fuerzas del universo que se están dando. Tenemos que mejorar como especie y terminar con los que pasa en el planeta en donde hay tanta destrucción. Pero entrando en lo local como país, personalmente en mí búsqueda, es que hay que operar con la verdad, con los hijos, con la familia, y que se pueda transparentar esa oscuridad con la que hemos vivido tantos años socialmente. Creo que es demasiado el abuso que ha existido desde el mundo de la política en muchas cosas, pero creo que las nuevas tecnologías y el internet permite colaborar y que se empiece a transformar en un arma poderosa como por ejemplo los wikileaks. Creo que se vienen épocas de mayor trasparencia.

-¿No crees en ciertos políticos?

-En los únicos políticos que creo es en los jóvenes que quizá aún no están preparados para llegar a donde tendrán que llegar, pero creo que hay una nueva manera de ver las cosas y eso va a cambiar con el tiempo. Yo he participado en varias campañas y me sucede algo muy cómico porque por ejemplo cuando estaba con Los Tres yo ponía tanta expectativa a veces a un disco y después que salía las cosas se derrumbaban. Lo mismo me pasa con los gobiernos, uno se hace expectativas y después no pasa nada. Me cuido de estar cerca del poder por ese mismo motivo. También me refiero al poder dentro de las personas dentro del espectáculo.

-¿Entonces tenemos Angel Parra para rato?

Tenemos Angel Parra pa`rato y los exámenes médicos lo demuestran.

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