Utilizando la pulpa dentaria de pacientes y niños sanos, investigadores brasileros, liderados por la Dra. Patricia Beltrão, de la U. de Sao Paulo, pudieron generar células embrionarias que posteriormente convirtieron en neuronas, proceso conocido como reprogramación celular. El Hada de los Dientes, es el nombre de este proyecto que permitió analizar lo que sucede en el cerebro de una persona con autismo severo, y realizar comparaciones.
Dientes de leche de niños con autismo, se han convertido en un verdadero laboratorio para estudiar las fallas cerebrales que ocurren con este trastorno, y testear nuevas drogas para los pacientes. Así lo experimenta la Dra. Patricia Beltrao, científica de la Universidad de Sao Paulo, y quien visitó Chile en las últimas horas, en el marco del Quinto Congreso de Estudiantes de Ingeniería en Biotecnología, realizado en el Campus Huechuraba de la Universidad Mayor.
Utilizando la pulpa dentaria de pacientes y niños sanos, los investigadores brasileros pudieron generar células embrionarias que posteriormente convirtieron en neuronas, proceso conocido como reprogramación celular. El Hada de los Dientes, es el nombre de este proyecto que permitió analizar lo que sucede en el cerebro de una persona con autismo severo, y realizar comparaciones. “Los resultados recientes nos dicen que las neuronas de estos pacientes son menos funcionales, en comparación a personas sanas. Se produce menos comunicación entre esas células, disminuyendo la sinapsis. De acuerdo a estos hallazgos, pensamos ése podría ser un motivo de por qué los niños autistas tienen déficit atencional o un tipo de retardo mental cognitivo”, explica la investigadora.
El autismo es un trastorno neurodegenerativo de inicio temprano, que implica una alteración en la interacción social, déficits de comunicación y un repertorio restringido de actividades e intereses. Sus manifestaciones varían mucho en función del nivel de desarrollo y edad de la persona. “En general, los pacientes tienen poca capacidad de atención, presentan dificultades en el habla y en el plano de la sociabilidad. También, se observan cambios de comportamiento”, comenta la especialista.
Mini cerebros y test de fármacos
Uno de los factores que llevó a la especialista a trabajar con el tejido dental es la facilidad para obtener células que pueden reprogramarse. Esto, considerando que otros métodos de recolección más conocidos como el cordón umbilical o la utilización de embriones, no garantizan neuronas funcionales con la carga genética del paciente.
Así, los hallazgos de la investigadora han permitido conocer alteraciones genéticas que existen en los niños afectados, y buscar nuevos blancos terapéuticos. “Tratamos de combinar la biología molecular con la celular, para generar fármacos que permitan mejorar la expresión génica y revertir el fenotipo, beneficiando las habilidades comunicativas y sociales”, señala.
Al respecto, señala que en su laboratorio han logrado generar “mini cerebros”, una estrategia que permite simular –en miniatura- la estructura y función cerebral de un humano, y en este caso, estudiar tratamientos personalizados para el autismo. A partir de células troncales es posible desarrollar de 100 a 200 mini cerebros, los que a su vez permiten testear un centenar de drogas al mismo tiempo. En ese contexto, Patricia Beltrao afirma que ya pudieron probar algunos fármacos. “Tuvimos un resultado positivo con el uso de una droga, pero aún debemos hacer más experimentos. Sin embargo, tenemos la certeza de que para el autismo no basta una sola droga. Cada paciente es diferente y por lo tanto, deben elaborarse tratamientos personalizados”.
Efectos del virus zika
Los hallazgos de Patricia Beltrao también la llevaron a explorar el virus zika y sus efectos en el desarrollo del sistema nervioso. Dichos estudios, realizados junto a un equipo de investigadores de Estados Unidos, fueron publicados este año en la revista Nature. “En Brasil todos los días teníamos noticias sobre el zika y los casos de microcefalia, pero nadie había comprobado esa relación. Considerando que teníamos el modelo de mini brain, me acerqué a un amigo virólogo para obtener el virus y a la semana todo mi laboratorio comenzó a trabajar exclusivamente en zika, durante tres a cuatro meses. Así fue como descubrimos que, efectivamente, el virus era capaz de infectar células de cerebro y cruzar la placenta, siendo entonces causa de microcefalia”, explica.
A pesar de este hallazgos, la científica asegura que la microcefalia “es solamente la punta del iceberg”, y que el virus podrían generar otros daños en los niños en gestación, como restricción del crecimiento intrauterino o degeneración ocular. Por esta razón, es que también están probando diversos fármacos para combatir los daños del virus, investigaciones que aún están en desarrollo.
Congreso y relatores
Desde el año 2012 se está desarrollando el Congreso Nacional de Estudiantes de Ingeniería en Biotecnología (CONEIB). La primera versión se llevó a cabo en la ciudad de Antofagasta, posteriormente se efectuó en Concepción, Santiago y Temuco. “Es primera vez que esta actividad se realiza en la Universidad Mayor, lo que nos llena de orgullo como exponentes de la actividad biomédica nacional”, comenta Felipe Grunenwald, integrante del equipo organizador de esta quinta muestra. La actividad está orientada a divulgar los avances de investigaciones en materia de biotecnología desarrollada a lo largo de Chile. “Queremos descentralizar la actividad científica relacionada con esta área, y dar a conocer a la opinión pública que en regiones se está llevando a cabo estudios y aplicaciones muy interesantes, además de develar los distintos campos donde está presente la biotecnología”, señaló Grunenwald.
Para estos fines, se están realizando diversas charlas con investigadores de Chile y el extranjero. Una de las exponentes fue la Dra. Silvia Beatriz Boscardin, experta en ciencias biomédicas de la Universidad Federal de Sao Paulo. Sus estudios están orientados a la búsqueda de nuevas estrategias y vacunas contra enfermedades neurodegenerativas afectadas por distintos.
La jornada también contó con la presencia de Felipe Court, Director del Centro Integrativo Biológico de dicha casa de estudios, quien se refirió al encuentro entre glía y neurona durante los programas neurodegenerativos y regenerativos. También, participó Claudia Altamirano, de la U. Católica de Valparaíso, quien analizó las tecnologías de cultivo de células mamíferas para la producción de biofármacos.
Otros invitados fueron Pablo Zamora, Bioquímico y Doctor en Biotecnología de la U. de Santiago, quien realiza estudios en microbiomas para aplicación en agricultura, y José Vicente González, de la Facultad de Química de la U. Católica, quien abordará el desarrollo de nanovacunas como nuevas estrategias en inmunización.
Durante las jornadas de CONEIB 2016 los alumnos de Ingeniería Civil en Biotecnología realizaron una serie de exposiciones para mostrar las investigaciones desarrolladas durante este año, a los más de 200 participantes. También, se desarrollaron visitas guiadas por especialistas. (Por: Carolina Todorovic y María Mercedes Barraza