Muy lejos del conocimiento que se tenía por establecido, en que las plantas eran un tipo de ser vivo que no sentía, las investigaciones del neurocientífico de la Universidad de Florencia han revelado que las plantas poseen muchos sentidos, muchos más que los humanos, que son capaces de resolver problemas, que toman decisiones todo el tiempo y que incluso tienen memoria superior y de más a largo plazo que numerosos animales.
Sus observaciones han sido fundamentales como controvertidas y han despertado pasión y alboroto. Lejos de lo que se pensaba, en el reino vegetal la inteligencia no es una cualidad ausente ni intrínsecamente animal, por el contrario. Recientes investigaciones del neurobiólogo de la Universidad de Florencia, Stefano Mancuso (1965 Italia) han confirmado que las plantas no solo sienten y reaccionan frente a distintos tipos tipos de música, sino que también tienen conciencia de si mismas y de su entorno, pueden auxiliarse unas a otras frente al peligro demostrando ciertos grados de altruismo, se comunican entre sí e incluso usan estrategias en las que destaca el engaño. También tienen memoria, una superior que muchos animales.
Todas estas características, comúnmente asociadas al reino animal y especialmente a los humanos, están fuertemente desarrolladas por una red de impulsos químicos que están presentes en todo el cuerpo de la planta y que funcionan de la misma manera que las células neuronales. En otras palabras, poseen inteligencia aunque no tengan cerebro.
Mancuso, quien visita Chile por estos días es parte del Congreso Futuro, el encuentro internacional de científicos e intelectuales que comenzó este lunes con una serie de charlas en Santiago y regiones, y que se extenderá hasta el domingo 15 de enero.
Este martes, el italiano será parte del panel «Mundo viviente y ciencias cognitivas», a las 10:00, en el Salón de Honor del ex Congreso Nacional (Catedral 1150, Metro Plaza de Armas», junto a Alon Chen, director del Instituto Max Planck para Psiquiatría en Múnich, mientras el martes conversará sobre «Ciencias y arte: más allá del antropocentrismo», a las 12:50, con la directora y dramaturga chilena Manuel Infante, en el mismo lugar.
Doctor en Ciencas, es una de las máximas autoridades de neurobiología vegetal. Fundador y director del Laboratorio Internacional de Neurobiología de las Plantas de la Universidad de Florencia. Sus investigaciones están enfocadas en la inteligencia vegetal, y en la capacidad de las plantas de resolver problemas.
La habilidad de las plantas para percibir cambios en su medio ambiente y reaccionar frente a éstos se conocía desde hace varias décadas, pero sólo recientemente ha sido aceptado como observaciones científicamente válidas. Y en esto la labor de Mancuso ha sido fundamental.
Por ejemplo, en un experimento realizado hace casi medio siglo se demostró que el daño generado por insectos en hojas de plantas de tomate y papa inducía una rápida acumulación de un compuesto de defensa en las hojas dañadas, e inesperadamente, también en las hojas cercanas no dañadas de la misma planta.
En otra prueba, se descubrió que el daño causados por insectos a las hojas de unos álamos generaba una respuesta de defensa en esos árboles y también en los cercanos de otra especie, revelando entonces un desconocido mecanismo de comunicación entre las plantas. En otras palabras, los álamos que estaban siendo devorados podían “avisar” a otras floras cercanas que se prepararan para un ataque inminente.
Por todo esto, Mancuso usa el concepto de “Inteligencia vegetal” para referirse a las respuestas de las plantas frente a los cambios de su entorno, entre otros, la capacidad de comunicación mediante mensajes químicos.
«Las plantas tienen una forma diferente de inteligencia, son inteligentes sin tener un cerebro», explica a El Mostrador C+C.
«Pueden resolver un problema, que es mi definición de inteligencia. Todos los problemas sobre la definición de inteligencia con las plantas es porque no tienen cerebro. Las críticas (a su trabajo) han sido sobre cómo una planta puede ser inteligente sin un cerebro, pero es un tipo de inteligencia diferente. Hay muchas inteligencias que carecen de cerebro. Por ejemplo, un enjambre de insectos tiene el mismo tipo de inteligencia de una planta», dice.
Para Mancuso, las plantas toman decisiones todo el tiempo sobre donde hallar alimento o cómo evitar a sus depredadores. Lo hacen igual que los animales, «no hay ninguna diferencia desde ese punto de vista».
«En este sentido además tienen más sensibilidad, incluso que los seres humanos, porque no pueden moverse, no pueden escapar cuando hay un peligro y su única posibilidad de sobrevivir es comprender que hay algo alrededor que está cambiando. Por eso son más sensibles que los animales».
Para él, incluso podría decirse que tienen conciencia, según la definición que Mancuso usa del estadounidense Michio Kaku. Según el italiano, no sólo perciben la gravedad, las ondas vibratorias, sino también el sonido.
«Las plantas pueden detectar sonidos, son increíblemente eficientes en eso», resalta. «Pueden detectar frecuencias específicas, entre 200 y 1.000 hertz, y de moverse de acuerdo a estas frecuencias». No sólo eso: incluso son capaces de producir sonido.
En sus pruebas, el científico además ha descubierto tienen conciencia del otro. Por ejemplo, cuando dos plantas parasitarias se pelean a una tercera, la «perdedora» se retira.
Además poseen «memoria» por hasta 40 días, destaca Mancuso. En contraste, a un insecto le dura 24 horas.
«La inteligencia y la conciencia son fenómenos biológicos, y deben estudiarse como tales», recalca.
¿Pueden sentir dolor, por ejemplo, cuando cortamos una rama? «No lo sabemos, pero tiendo a creer que no, porque el dolor es importante sólo para los animales, porque pueden moverse ante un estímulo de dolor. Como las plantas no pueden moverse, no sería tan importante sentir el dolor».
¿Y se comunican?
Se comunican con otras plantas de la misma especie a través de moléculas químicas volátiles, mandan por ejemplo mensajes de peligro. Si un insecto se le está comiendo las hojas, la planta produce al instante determinadas moléculas que se difunden kilómetros y que avisan de que hay un ataque en curso.
Las plantas producen muchas moléculas químicas cuyo único objeto es manipular el cerebro de los animales, en ese contexto se inscriben las drogas.
Un ejemplo…
Estudios recientes demuestran que un naranjo o un limonero en flor actúa de diferente manera según la cantidad de polen que lleve el insecto. Si lleva mucho polen, aumenta en el néctar la cantidad de cafeína para activar su cerebro, para que se acuerde de esa planta y vuelva. Si lleva poco polen, corta la cafeína.
En las plantas observamos el cuidado parental que observamos en los animales más evolucionados. En un bosque denso, para que un árbol recién nacido adquiera cierta altura para poder hacer la fotosíntesis y ser autosuficiente han de pasar al menos diez o quince años durante los cuales será alimentado y cuidado por su familia.
¿Si no tienen cerebro cómo es que desarrollan estas cualidades?
Las neuronas son las únicas células en los animales que producen y transmiten señales eléctricas. En las plantas, la mayor parte de las células de su cuerpo lo hacen, y en la punta de las raíces tienen muchísimas. Podríamos decir que toda la planta es cerebro.