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Psicobiólogo español afirma que el amor es ciego porque desactiva la corteza prefrontal Ignacio Morgado, Director del Instituto de Neurociencias en la Universidad Autónoma de Barcelona

Psicobiólogo español afirma que el amor es ciego porque desactiva la corteza prefrontal

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En el marco del «Hay Festival Cartagena», en Colombia, el psicobiólogo respondió una serie de interrogantes del público sobre cómo mejorar el razonamiento de los niños, cómo olvidar eventos traumáticos, por qué el ser humano se equivoca tantas veces cuando el sentimiento del amor está fuertemente presente o si la inteligencia es fruto del aprendizaje. En este artículo se resumen las respuestas.


¿Qué es la mente? ¿Es posible dejar de usarla y no pensar? ¿Por qué las emociones casi siempre le acaban ganando a la razón?

No hay pregunta sobre le mente y el comportamiento humano que no despierte la curiosidad de Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología y Director del Instituto de Neurociencias en la Universidad Autónoma de Barcelona, autor de libros de divulgación científica como «La fábrica de Ilusiones» (2015) o «Cómo percibimos el mundo: una exploración de la mente y los sentidos» (2012). En esta entrevista, realizada en base a preguntas que enviaron los lectores, el neurocientífico adelanta sus respuestas.

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-¿Por qué las emociones son en general más fuertes que la razón? 

-Las emociones llevan en ese planeta unos 200 millones de años, la razón lleva muchísimos menos (unos cincuenta y tantos millones, nada más).
Las emociones jugaban un papel muy importante en nuestras vidas porque evolucionaron para hacer que los organismos reaccionaran de manera rápida ante circunstancias adversas para protegerse, conseguir comida, evitar peligros, encontrar sexo.

La evolución y la selección natural organizaron las emociones en nuestro cerebro de tal manera que funcionaran de forma automática y rápida porque, si no fuera así, no tendrían valor adaptativo.
Sin embargo la razón, que en teoría es superior a la emoción, tiene un talón de Aquiles y es que necesita tiempo y, normalmente, no se lo damos.

Si no nos frenamos y no nos damos tiempo para que la razón encuentre argumentos de por qué no hemos de reaccionar emocionalmente, la emoción ganará siempre la partida. Si nos damos tiempo, la razón siempre puede triunfar. Recordemos el refrán que dice «antes de actuar cuenta hasta diez». Yo me conformaría con que contáramos hasta cinco.

-¿Es cierto que la mente no se encuentra únicamente en el cerebro sino en todas las células nerviosas? 

-La mente no está en ninguna parte. Es una función del cerebro y las funciones no están en ningún sitio físico sino que son algo que ocurre en un sistema. Para entenderlo, le doy una metáfora sobre el movimiento y la rueda. Uno no diría que el movimiento está en la rueda sino que es algo que hace la rueda. Algo similar ocurre entre el cerebro y la mente. El movimiento no es algo que va haciendo la rueda y dejando caer por el camino, sino que es algo que hace la rueda cuando funciona. Del mismo modo la mente es algo que hace el cerebro cuando está activo.

-¿La inteligencia es heredada o aprendida? 

-Los mejores estudios sobre el tema no dan cifras respecto a la herencia que vayan más allá del 40%. Es decir que, en el mejor de los casos, heredamos entre un 30% y un 40%. Esa inteligencia es inmutable, el resto es una combinación de muchos factores de naturaleza diferente: la alimentación, la educación, la cultura, etc.

Otros factores, como por ejemplo la personalidad, que también tienen un componente heredado, se suman a la herencia que traemos de la inteligencia para completar una capacidad global, que es la que se pone de manifiesto, por ejemplo, en el rendimiento escolar o en cualquier otra actividad de la vida. Por eso no hay que desmoralizarse si le dicen a uno que no tiene un coeficiente intelectual demasiado alto. Hay muchas cosas en la vida que influyen con tanta o más fuerza que la propia inteligencia en nuestros éxitos o fracasos.

-¿Cuál es la mejor manera de entrenar la mente de un niño para estimular el razonamiento? 

-Hay muchas fórmulas, pero el mejor aprendizaje es el activo. El razonamiento lo estimula, sobre todo, la activación de la corteza frontal del cerebro, particularmente la prefrontal, que está por encima de los ojos y la frenteEsa parte del cerebro se activa cuando tratamos de resolver problemas, dilemas o situaciones complicadas. Incluso a los niños es bueno empezar a plantearles pequeños dilemas del tipo «¿qué preferirías: comerte ahora un caramelo o comerte diez cuando acabe la clase? o ¿qué pasa en nuestro cerebro cuando leemos? Ese dilema puede hacer que se active la corteza prefrontal y, en consecuencia, se active la memoria de trabajo. Y está demostrado que eso, a la larga, no solo beneficia al aprendizaje en curso, sino también a la inteligencia.

-¿Cómo puede la neurociencia ayuda a mejorar el aprendizaje de adultos en el aula, con bajo nivel educativo?

-Afortunadamente, los consejos para mejorar el aprendizaje en gente con alto o bajo nivel educativo suelen ser muy parecidos. Hay una serie de condiciones básicas para que el cerebro trabaje bien cuando aprende. Una es tener una alimentación exenta de grasas, porque las grasas perjudican las conexiones que se tienen que formar entre las neuronas para poder aprender. Otra es hacer ejercicio físico porque esto hace que las neuronas liberen sustancias que actúan como un lubricante para el cerebro, y hace que las conexiones entre las neuronas se establezcan con facilidad. Tercero, hay que dormir bien, porque durante el sueño nuestro cerebro repasa de forma automática lo que hemos aprendido durante el día. Y además, siempre hay que hacer aprendizaje activo: es decir, pensar, razonar, explicar.

Es mucho mejor leer algo corto y después hacer que el estudiante tenga que explicarlo a los demás, que usar ese tiempo para leer mucho, ya que la mejor forma de aprender es tratar de enseñar.

-¿Cómo se pueden superar los miedos? 

-Es difícil, pero la fórmula es fácil. El miedo es una emoción y solo se quita con una emoción más fuerte o contraria a la anterior. Si a usted le deja la novia, la mejor forma de solucionar ese problema es con una nueva pareja. Si una persona quiere quitarse un miedo de encima, tiene que actuar a lo Marco Aurelio, el emperador romano que escribió aquel libro extraordinario «Meditaciones de inteligencia emocional».
Una cosa que él decía siempre y yo la llevo al terreno del miedo es que cuando un factor exterior te angustia o te crea miedo, tienes que entender que esa cosa exterior no la puedes cambiar ya que no depende de ti.
Pero lo que sí puedes cambiar es tu forma de ver esa cosa. Tienes que quitarte el miedo de encima razonando sobre él, preguntándote por qué lo ves así y cómo podrías verlo de otra manera, etc.
Razonando sobre ese miedo, puedes acabar viéndolo de una nueva manera. Cuando lo logres, crearás una emoción incompatible con la del miedo, y esa es la única forma de eliminar el miedo por ti mismo.

-¿Cuál es la razón que frente a un mismo hecho o circunstancia, dos personas procesen la información de diferente manera? 

-Cuando las personas procesan información no solo tienen en cuenta la información propiamente dicha sino también otras cosas, como las experiencias previas que han tenido respecto a esa información, las expectativas sobre lo que esa información significa o las memorias que puedan tener sobre cuestiones que puedan estar relacionadas con esa información, y eso varía extraordinariamente de una persona a otra. Toda esos componentes colaterales que van a influir en cómo se percibe una determinada información, nunca son iguales en diferentes personas y eso hace que unos vean las cosas de una manera y otros de otra. Por ejemplo, la posición en la que uno está al ver algo influye en cómo lo ves, si lo ves más grande, más pequeño, desde una perspectiva u otra, todo eso influye.

-¿Cómo hacer para olvidar eventos traumáticos? ¿Por qué siempre tendemos a recordarlos, aún con el paso del tiempo? 

-Desgraciadamente es muy difícil olvidar los eventos traumáticos porque, precisamente, las emociones han evolucionado para que no olvidemos esos eventos. Eso tiene mucho sentido porque si nos ha pasado algo negativo, nuestro cerebro lo registra muy bien para que nos acordemos de ello y no nos vuelva a pasar. Si olvidáramos con facilidad las cosas traumáticas que nos ocurren, aumentarían las probabilidades de que volviéramos a caer en los mismos errores. Por eso, las emociones han evolucionado para que no olvidemos ni las cosas buenas ni las cosas malas. Nos interesa recordar ambas, las buenas para repetirlas y las malas para evitarlas.

-¿Por qué el hombre siempre vuelve a repetir los errores, sobre todos los relacionados con el amor?

-Se ha demostrado que el amor, sobre todo en los jóvenes desactiva la corteza prefrontal, la parte del cerebro con la que razonamos. Científicamente hablando podemos decir que el amor es ciego. Y, por tanto, un ciego no solo tropieza dos veces con la misma piedra sino doscientas mil veces, porque si uno es ciego, obviamente no ve por dónde va. Esa ceguedad del amor es la que hace que los enamorados se equivoquen siempre en lo mismo.

-¿Cree posible que podamos desarrollar facultades como la telepatía o telequinesis o son solo inventos de ciencia ficción?

-La ciencia no ha sido capaz de demostrar que esos eventos ocurran ni cómo ocurren, en el caso que sean ciertos.

*Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Cartagena, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad colombiana entre el 26 y 29 de enero de 2017.

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