Publicidad
«Croma»: La obra que reflexiona sobre la realidad como construcción del observador Es parte del ciclo Teatro Hoy y se estrena el 3 de junio

«Croma»: La obra que reflexiona sobre la realidad como construcción del observador

Publicidad
Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
Ver Más

«Reflexionamos sobre cosas simples como la imagen de una ciudad a partir de fotografías construye una realidad sobre un lugar que posiblemente sea muy diferente en su experiencia de vivir en él. Por ejemplo, las imágenes de postales de Santiago son muy diferentes al Santiago en el que vivimos. Desde ahí, el asunto se conecta con la investigación de todos los montajes anteriores de la Compañía Tercer Abstracto en donde nos interesa usar la abstracción para develar estos procedimientos de construcción de realidad», explica el director del montaje, David Atencio.


  1. Una productora de cine es invitada a participar en la realización de un cortometraje. A medida que el rodaje avanza y las imágenes aparecen, el sentido de una realidad única e inequívoca es puesta en duda. Con este pretexto, la compañía Tercer Abstracto abre la pregunta por lo real y lo relativo de su definición. ¿Qué es la realidad sino una construcción del observador?

A partir de la idea del croma, técnica audiovisual que permite crear nuevas imágenes a través del uso de una pantalla de color, y su vinculación con la teoría del color del artista visual alemán Josef Albers (1888-1976), que investiga sobre lo relativo y la perspectiva como fuente de conocimiento de la realidad, la compañía Tercer Abstracto cuestiona los límites de lo real.

En «Croma» temáticas como la diversidad de puntos de vista, la otredad y la ficción aparecen para proponer al espectador una experiencia escénica que nos recuerda cómo la relación con el otro define lo real. ¿Qué es una cosa sino la diferencia con otra?

«Cuando comenzamos a estudiar filosofía de la imagen y teoría del cine, surgió curiosidad por el cómo estas tecnologías proponen -por medio del ojo de un manipulador-camarógrafo y del ojo del aparato-cámara- un modelo de realidad en el cual se encuadra, ordena, compone de acuerdo a un punto de vista específico al cual se quiere mostrar», explica el director de la obra.

«Cosas simples como la imagen de una ciudad a partir de fotografías construye una realidad sobre un lugar que posiblemente sea muy diferente en su experiencia de vivir en él. Por ejemplo, las imágenes de postales de Santiago son muy diferentes al Santiago en el que vivimos. Desde ahí, el asunto se conecta con la investigación de todos los montajes anteriores de la Compañía Tercer Abstracto en donde nos interesa usar la abstracción para develar estos procedimientos de construcción de realidad».

El quinto proyecto de creación de la compañía Tercer Abstracto, después de trabajos como Atacama y Teorema, podrá verse del 3 al 25 de junio en el Teatro Camilo Henríquez (Amunátegui 31, Metro La Moneda).

Foto: Jorge Valenzuela

La teoría de Albers

Esta obra es dirigida por David Atencio, actor y director de la Universidad Católica , quien como director de la compañía Tercer Abstracto se caracteriza por investigar sobre el intercambio entre las artes visuales y escénicas.

Atencio comenzó a trabajar en el proyecto en 2015 junto al ilustrador Patricio Vargas, que terminó actuando en la obra. «Lo invité en calidad de ilustrador, porque el inicio del proyecto fue trabajar en torno a la simple idea de que la ‘imagen es representación’. Con ese gatillante comenzamos a crear este proyecto y en paralelo estudiar la teoría artística de Josef Albers», cuenta el director.

Albers fue alumno de la Bauhaus en Alemania y emigró a Estados Unidos tras la toma del poder por el nazismo en los años 30. Lo que propone es que el «color no es una cosa en sí, sino que depende de su contexto e interacción con otros colores».

Ambas ideas (de Albers y de la imagen) llevaron a Atencio y Vargas a estudiar filosofía de la imagen y a desplazarla a contextos culturales, históricos… «y a comenzar a pensar sobre cómo asumimos como real todo lo que se presenta. Vemos en una fotografía a nuestra madre, y no somos capaces de ver que es una mera composición de colores sobre un plano. Así surgió este proyecto, pensando sobre el color, la imagen, las cosas que dependen del contexto en el cual se le mire».

Imagen de Albers.

Multiperspectivas

Atencio explica que el tema de la obraes «el punto de vista», es el «perspectivismo», y de cómo todo se relativiza cuando se mira un mismo fenómeno desde sistemas de referencias diversos.

«La obra instala un sistema de multiperspectivas en donde somos chilenos actuando de españoles, en donde oímos como una sorda oye, en donde el espectador tiene una información que los personajes no tienen, en donde el espectador asume una información solo por el contexto en el cual se lo pone», cuenta.

Explica que la palabra que titula la obra – «croma» – tiene dos referencias: uno, el el color (cromático); y dos, la pantalla de color que ayuda para los efectos especiales en el mundo cinematográfico, para sustituir una imagen por otra.

Foto: Jorge Valenzuela

Construcción del guión

La construcción del guión sobre un tema tan complejo fue como ocurre en todos los trabajos de esta compañía: «improvisaciones, google docs, todos escribiendo, borrando, teniendo mil versiones de una misma cosa, con intercambio de personajes de una semana para otra, con invención de otros, así».

«La verdad es que como director nunca le he tenido mucho respeto a la dramaturgia, no considero que sea una biblia a la cual hay que seguir, de hecho ni siquiera encuentro que sea un elemento central en el teatro. La dramaturgia sólo fija lo que se habla, pero está lejísimos de ser lo que ocurre, y el teatro desde mi punto de vista es acontecimiento», opina.

Para Atencio, otro factor interesante del guión para esta obra es la ilustración. Muchas partes de la obra están fijadas como imágenes y no con palabras, por lo mismo el guión incluye muchas ilustraciones que indican por los momentos en los cuales la acción escénica debe pasar. También muestra lineas, colores, gráficas y cosas paratextuales que influyen más en la percepción que en la narración.

«Esto es algo súper particular de nuestro trabajo, considero, y ya en proyectos anteriores le hemos puesto nombre -‘dramaturgia perceptual’- que es un esfuerzo por convertir el texto teatral en una obra autónoma que permita ingresar al lector a una experiencia semejante a la que el espectador pueda sentir. A la vez de ayudar a elementos plásticos y sonoros que escapan de la palabra».

Ilustración: Patricio Vargas

Influencias

Entre las influencias de la obra, Atencio menciona a los autores Vilem Flusser (Filosofía de la Fotografía), Eduard Said (Orientalismo) y Josef Albers (Interacción del color). A estos se le sumaron estudios personales sobre cine (Deleuze, Artuad) y relatividad (Einstein).

«En obras referenciales tenemos en la cabeza ‘Opening Night’ de Ivo van Hove, que es una obra de teatro sobre el estreno de una obra de teatro; a la cual se le suma ‘Cristo’ de Manuela Infante y Teatro de Chile», agrega.

Y también, claro está, películas como «Interior: Leather Bar» de James Franco, y un montón de films y series españolas pasando por «Aquí no hay quien viva» hasta las cintas de Pedro Almodóvar.

«Estas películas, y muchas, fueron el material con el cual comenzamos a construir ficción», dice Atencio. «Ya en la etapa de montaje, después de haber pasado por un laboratorio de experimentación, les pedí a los actores buscar escenas del cine para ir literalmente copiandolas, de ahí surgió mucho del texto, lo cual sumado a improvisaciones van armando toda la dramaturgia».

Foto: Jorge Valenzuela

Publicidad

Tendencias