La modalidad realiza un perfil cognitivo del estudiante, administra y procesa su información individualizada, su comportamiento, limitaciones, dificultades y motivaciones, para formular hipótesis con el propósito de re-planificar las actividades. «Ha sido una experiencia buena, porque me ha enseñado cosas diferentes», comenta una pequeña.
Dominique Farías tiene nueve años y es de Lo Prado. Va en Cuarto Básico A del Colegio Dagoberto Godoy y desde este año es una de las primeras escolares del país en trabajar con un sistema de inteligencia artificial.
Una vez por semana, en el ramo de ciencias naturales, se instala en la sala de computación del recinto y conversa con «Brainy», un prototipo que funciona con Watson, un asistente de computación cognitiva de IBM.
Para empezar, ingresa una clave. Luego «Brainy dice mi nombre, me empieza a hablar, me saluda y me pregunta cómo estoy. Después me empieza a hacer preguntas. Ya también le hago, aunque a veces no responde, porque no sabe», cuenta Dominique.
A ella le gusta Historia y Geografía, Arte y Matemática, y quiere ser profesora. Sus padres también están contentos. «Les gusta el proyecto porque me ayuda a mí», asegura.
«Ha sido una experiencia buena, porque me ha enseñado cosas diferentes», comenta esta pequeña.
“Brainy”, primer Asistente y Tutor Educacional Cognitivo, consiste en una aplicación que está pensada para niños entre 4 y 14 años, que permite entender preguntas realizadas en lenguaje natural chileno y entregar respuestas adecuadas según la edad. Desarrollada por Cognitiva, esta solución tecnológica disminuye en un 40% el costo de reforzamiento escolar y aumenta en un 25% el acceso a contenidos especializados y de educación personalizada. Además, puede detectar posibles casos de bulliyng, entre otros aspectos, gracias a que genera un completo perfil cognitvo del niño.
El colegio Dagoberto Godoy trabaja con un 85% de niños vulnerables. Es parte de la RED Crecemos, que además tiene otros establecimientos en varias comunas periféricas. A futuro la idea es ampliar el programa de inteligencia artificial a los 370 alumnos de las escuelas de la red en Lo Prado, La Granja y El Bosque entre 2017 y 2018.
La instalación del sistema de inteligencia artificial surgió por iniciativa del sostenedor. “Nuestro país necesita generar cambios en la educación y explorar más allá de la educación tradicional, con el fin de mejorar los aprendizajes de niños y niñas, y contribuir a darles nuevas oportunidades de desarrollo, sobre todo en niños que viven en entornos vulnerables”, explica Walter Oliva, gerente general de Red Crecemos.
Para su instalación, en Lo Prado las autoridades comenzaron a trabajar a fines de 2016 junto a miembros de la consultora Cognitiva -socia de IBM-, los docentes, los apoderados y los propios alumnos.
Jorge Alzamora, director Multi Industrias en Cognitiva, explica que «hemos cargado (a Brainy) el contenido del currículum de cuarto básico de ciencia. Hablamos de los libros escolares que usan el profesor y el alumno, y los programas de las asignatura. Brainy está pensado como un apoyo pedagógico que se integra a la clase».
La Red Crecemos se destaca por su apuesta por la innovación en educación. Antes introdujo métodos como el Singapur de Matemáticas y el sistema de fomenta de lectura Kid Int.
«Nosotros como colegio tenemos una búsqueda en dar respuesta a los distintos desafíos que demanda la educación hoy en día», explica la directora del establecimiento, Clara Pérez.
Brainy permitirá un ambiente diseñado para ofrecer instrucción y apoyo continuo en los procesos de enseñanza y aprendizaje, a través de la construcción, actualización y análisis que reflejan los aspectos de comportamiento y cognitivos de cada estudiante.
Es una herramienta pedagógica muy avanzada capaz de entregar experiencias de aprendizaje individualizado, lo que permite a su vez que los procesos de enseñanza y de aprendizaje sean más adaptables y personalizados.
Hace tiempo la inteligencia artificial dejó de ser ciencia ficción y está irrumpiendo en diversos sectores de la economía como el financiero, retail y telecomunicaciones. Es posible gracias a que la tecnología es cada vez más capaz a la hora de aprender y entender el lenguaje. Según datos de la consultora IDC, se estima que para el 2018 el 50% de los consumidores a nivel mundial estarán interactuando con inteligencia artificial.
«Como colegio hay una cultura para incorporar la tecnología al ámbito educativo», destaca Ana Jorquera, coordinadora de Educación Básica en la escuela.
Jorquera está en la sala con los niños mientras comparten con Brainy. Es profesora de Matemáticas y tiene 25 años de ejercicio. A su cargo tiene a los 15 niños que fueron seleccionados al azar para este proyecto, cuyas sesiones prácticas empezaron en abril, a los cuales se sumarán otros siete pequeños próximamente.
«La idea es diseñar una intervención didáctica pertinente que nos asegure el logro de los objetivos de aprendizaje fijados en el currículum vigente, y ver cómo los profesores pueden incorporar esta innovación a su práctica profesional», afirma. A futuro esperan ampliarlo a otras asignaturas, como lenguaje, matemática y las demás.
«Con los niños se comenzó en abril para captar aspectos que eran importante para el diseño. Por ejemplo, de qué manera formulan preguntas. Los niños también debían familiarizarse con la gráfica que se presentaba, con el hecho de usar audífono y micrófono para hablar con el computador», dice.
«Brainy, como inteligencia artificial, requiere ser alimentado. Él trabaja en el lenguaje natural con los niños, entonces está en la etapa de ir incorporando formas de hablar, modismos, tonos, para que luego el programa pueda apropiarse de eso, reconocerlo y darle respuesta a los estudiantes», complementa Pérez.
«Le hemos explicado a los niños que en esta etapa los niños le están enseñando a hablar, cómo se expresan, sus intereses e inquietudes de lo que quieren aprender. Es un trabajo personal», remata.
Cada sesión dura 45 minutos.
«A ellos les encanta. El mismo hecho de cambiar de ambiente de aprendizaje -cambiar de sala- les gusta mucho, además del uso de una herramienta tecnológica. Se sienten bien especiales. Antes tuvimos una reunión con sus papás para explicarle el motivo de la actividad, ellos también están muy dispuestos a colaborar y esperanzados en que esto va a ser una ayuda», comenta Jorquera. También destaca que el sistema considera el ritmo, los intereses y las motivaciones personales de cada infante.
«A ellos les gusta mucho la experiencia de hablar con el computador y que éste les responda, que se acuerde de ellos, de lo que le contaron. Genera una cosa mucho más personalizada con cada niño», complementa Pérez. «A los profesores también los ha estimulado este desafío, algunos están haciendo el postítulo en Ciencias, poniéndose al día, y los estamos apoyando en ello».
La elección de niños de Cuarto Básico se debió a que, según las mediciones estandarizadas, muestran que hay una brecha entre educación pública y privada que comienza en ese nivel.
El proyecto contempla una fase de desarrollo de cuatro años, periodo en el que también se incorporarán las asignaturas de Matemática y Lenguaje.
Brainy realiza un perfil cognitivo del estudiante, administra y procesa su información individualizada, su comportamiento, limitaciones, dificultades y motivaciones; para formular hipótesis con el propósito de re-planificar las actividades.
Al tratarse de una educación personalizada, es posible detectar qué niños tienen mayor dificultad de aprendizaje, y por ende, el profesor puede enfocarse con mayor énfasis en este alumno y detectar posibles casos de “bullying” o situaciones similares.
El profesor llegará a contar con un detallado mapa sobre la clase y lo que cada niño sabe. Esto es clave porque el sistema podrá contar con información detallada no sólo de una clase aislada, sino que de el colegio completo, y en la medida que se vayan integrando nuevos establecimientos se podría llegar a obtener el mapa de aprendizaje de todos los alumnos, comparar por niveles, colegios, y obtener información valiosa para mejorar la educación en Chile.