Modelo y ex soldado israelí convertida en actriz
Una desconocida actriz israelí ha tomado por asalto el verano, pero no sin controversia.
Por Isabel Berwick y John Reed*
Este mes, una agotada madre de dos niños pequeños de 32 años de edad publicó una foto suya sin maquillaje en Instagram con el título: «Noche de insomnio, bebé de 3 meses con cólicos y mi hijo de 5 años se despertó muy temprano. Fui al jardín a tomar aire fresco con mi café para ayudarme a despertar». En pocos días había recibido más de 1.25 millones de «Me gusta». «La verdadera Mujer Maravilla», escribió un admirador.
Gal Gadot, una modelo y ex soldado israelí convertida en actriz, es de hecho la Mujer Maravilla, asumiendo el papel en el enorme éxito de este verano, dirigido por Patty Jenkins. La producción de Warner Bros. ha ganado hasta la fecha más de US$600 millones de dólares en todo el mundo, y está en camino de convertirse en la película más taquillera dirigida por una mujer, un título que posee Kung Fu Panda 2 de Jennifer Yuh Nelson (US$665 millones en 2011). Ya se está trabajando en una secuela de La Mujer Maravilla.
Durante la década pasada, los Estudios Marvel de Disney y Warner Brothers DC Entertainment han producido una serie de franquicias de superhéroes masculinos. (La Sra. Gadot apareció por primera vez en el papel de la Mujer Maravilla el año pasado como parte del reparto de Batman vs Superman: El Origen de la Justicia). Warner Bros finalmente hizo la apuesta de que el público acudiría a la película en cantidades suficientes como para hacer de una película dirigida por una mujer, y estelarizada por una actriz desconocida, un producto comercialmente viable. Funcionó, y le inyectó nueva vida a Diana Prince, el alter ego de la Mujer Maravilla, quien apareció por primera vez en un libro de historietas en 1941.
La mujer que encarna este fenómeno cultural ha estado actuando durante años, incluso en la serie Rápidos y Furiosos, pero el estrellato la eludía. La Sra. Gadot estaba a punto de rendirse cuando fue invitada a una audición para un papel secreto; fue sólo más tarde cuando le dijeron que era la Mujer Maravilla.
Israel, un país de 8.7 millones de personas, ha producido un número desproporcionado de laureados con el Premio Nobel, aclamados escritores como David Grossman y Amos Oz, y nombres familiares en la política como Golda Meir. También está dejando su huella en la televisión de calidad: In Treatment y Homeland han sido adaptadas para los espectadores mundiales. Pero tiene pocas celebridades de la cultura pop. La Sra. Gadot puede vivir en Los Ángeles, con su esposo promotor inmobiliario Jaron Varsano y sus hijas, pero su patria ha recibido su estrellato mundial con frenesí.
«Era una linda niña israelí que vivía a 20 minutos de Tel Aviv, y ahora vas al cine y ves su bello rostro a 25 metros de altura», comenta Goel Pinto, anfitrión de un programa diario de televisión y radio sobre cultura en Kan, la emisora estatal de Israel. «Cuando ella aparece por primera vez en la pantalla, la gente aplaude».
La Mujer Maravilla se benefició de buenas críticas en general (tiene un 92 por ciento de índice de aprobación en el sitio de críticas Rotten Tomatoes) y recibió más impulso de una extraordinaria efusión de amor en recomendaciones personales en línea. Oprah Winfrey publicó en un mensaje de Twitter un vídeo de su fiesta con temática de la Mujer Maravilla para un grupo de chicas jóvenes; las mercancías de la Mujer Maravilla están volando de las tiendas; y las proyecciones de la película para público solamente femenino han sido llenos totales, atrayendo a fanáticas con sus trajes… y montones de abusos en línea por parte de misóginos.
Las audiencias que están viviendo con las incertidumbres, y el activismo, de 2017 han sido muy receptivas a esta fantasía de superheroína feminista. Diana avanza por los campos de batalla de la primera guerra mundial, desviando balas mientras avanza; es inteligente (habla cientos de idiomas); ah, y es inmortal («Mi madre me esculpió en arcilla, y Zeus me dio la vida»). La película es divertida, audaz y sorprendentemente conmovedora. Las mujeres informan que se conmovieron hasta las lágrimas, tal es su sorpresa y deleite al ver los superpoderes de la Sra. Gadot en la pantalla.
Traducido literalmente, el primer nombre de la Sra. Gadot — común en Israel — significa «ola» y su apellido significa «riberas» (como las riberas de los ríos); el nombre original de la familia era Greenstein, pero al igual que muchos inmigrantes a Israel lo hebreizaron (su apellido se pronuncia con una «t» fuerte como Gad-OT).
Después de que dejó la escuela, su madre le sugirió que, en los meses antes de que ella se uniera a las Fuerzas de Defensa de Israel para su servicio nacional obligatorio, entrara al concurso Miss Israel 2004. «Nunca pensé que ganaría — pero sí gané y entonces sí que me asusté», le dijo a un entrevistador. A los 20 años, entró al ejército y se convirtió en instructora de combate.
La Sra. Gadot ha sido rotunda en su patriotismo, lo cual no provoca controversia entre la mayoría de los israelíes, pero que la convirtió en blanco de abusos por parte de los críticos del estado judío. Durante la Operación Margen Protector — la operación militar israelí contra el grupo militante islamista Hamas en 2014 — la Sra. Gadot publicó en Facebook un homenaje a los soldados de las FDI «que protegen mi país de los horrendos actos realizados por Hamas, que se esconden como cobardes detrás de mujeres y niños».
La nacionalidad de la Sra. Gadot ha sido polémica entre algunos palestinos y otros árabes. El vecino país del Líbano prohibió la película. Jordania, donde la animosidad hacia Israel es elevada, pero que tiene un tratado de paz con el estado judío, permitió que se exhibiera. Mohammad al-Momani, el ministro de comunicaciones del reino, dijo que la ciudadanía de un actor no puede ser motivo para prohibir una película.
La Mujer Maravilla ha sido readoptada como una inspiración para las mujeres y las niñas quienes disfrutan de su lucha en la pantalla en la «guerra para acabar con todas las guerras». La excepcional actuación de la Sra. Gadot hace posible esa esperanza, pero un siglo después de esas batallas, esos conflictos arraigados todavía perduran, en su patria y fuera de ella.
