En la versión de El Zoológico de Cristal que se encuentra en cartelera en Teatro Mori y dirigida por Álvaro Viguera, no se corren riesgos en este sentido, la obra se sustenta en el texto, escenificándola en virtud de una propuesta mesurada que juega sus esfuerzos en una formal fidelidad a la dramaturgia y con personajes que actúan en la lógica de la psicologización tradicional.
El realismo, como categoría estética, no deja de ser uno de los estilos más difíciles de abordar en toda su potencialidad y, evidentemente, esa dificultad pasa en gran parte por la interpretación que puede hacerse de él.
¿Qué es el realismo? En primera instancia, requiere algo imposible: representar la realidad tan fielmente como sea posible, lo que –como ya he dicho- es lógicamente impracticable, ello por múltiples razones, pero la central es que esa tarea implica una base epistemológica falsa: que la realidad es unívoca y que, en consecuencia, puede representarse “como es”, Bajtín y posteriormente Lacan de por medio, o bien la realidad es dialógica o, en tanto lo Real existe, no es representable.
Muy probablemente este ha sido un problema complejo en Chile, en tanto la enseñanza del “estilo” en las diversas universidades y academias, así como en su práctica a nivel profesional.
En la versión de El Zoológico de Cristal que se encuentra en cartelera en Teatro Mori y dirigida por Álvaro Viguera, no se corren riesgos en este sentido, la obra se sustenta en el texto, escenificándola en virtud de una propuesta mesurada que juega sus esfuerzos en una formal fidelidad a la dramaturgia y con personajes que actúan en la lógica de la psicologización tradicional.
Dentro de estas actuaciones, el elenco mantiene, claramente, un nivel solido y profesional. Destaca de manera notable, Héctor Morales, quien produce la actuación más arriesgada, estimulando una construcción de personaje con zonas grises, con diversos espacios de misterio o ambigüedad en su caracterización, su voz, su cinética y los matices que articula a la hora de enunciar sus parlamentos, dan cuenta de una actuación inteligente y sutil, así como llena de energía escénica.
Claudia Di Girólamo es una actriz destacada y no en vano. Su trabajo aquí también es sólido, manifiesta la posibilidad de darle vida a un personaje que, en otras manos, sería un estereotipo, sin embargo, ella es capaz de construir una lectura sobre el personaje, organizar una interpretación sobre su carácter, llenándolo de verdad en escena.
Matías Oviedo y Adriana Stuven llevan a cabo un trabajo también competente, instalando el color necesario para la propuesta direccional que aquí se estructura, articulan sus personajes en relación a la caracterización de las acciones, acciones entre las que también se encuentra la enunciación de la dramamturgia.
La escenografía sigue esta lógica y, además de funcional, mimetiza con precisión los espacios requeridos para el desarrollo de la acción, acompaña espacialmente con pertinencia lo que se busca (la representación de los hechos) y dota de sentido a los personajes.
El Zoológico de Cristal es, como se sabe, un clásico del teatro norteamericano del siglo XX, estrenada en 1944 y cuyo éxito ha trascendido su propia época. Álvaro Viguera construye su montaje desde la dramaturgia, es fiel a las formas prudentes y cuenta la historia con transparencia e inscribe un homenaje al texto.
“El zoológico de cristal” en Teatro Mori
Autor: Tennessee Williams
Dirección: Álvaro Viguera
Elenco: Claudia Di Girolamo, Héctor Morales, Adriana Stuven y Matías Oviedo
Producción ejecutiva: Centro Mori y The Cow Company
Duración: 110 minutos
Coordenadas
Temporada: Desde el 12 de julio al 30 de septiembre
Del 12 al 29 de julio: miércoles a sábado 21:00 hrs
Del 3 de agosto al 3 de septiembre: jueves a sábado 21:00 hrs y domingo 20:00 hrs
Del 7 al 30 de septiembre: jueves a sábado 21:00 hrs
Teatro Mori Bellavista (Constitución 183, Providencia)
Valores: miércoles y jueves $7.000, viernes y sábado $12.000, domingo $9.000