Manifestó su malestar en las redes sociales
«Los políticos tienen que entender que el arte trabaja con los símbolos, con los ideales, con las costumbres, con los mitos, con los rituales de las diferentes etnias y grupos sociales, que deben tener un lugar porque otorgan identidad a los miembros de una comunidad, y da significado a un país. Si eso no se apoya, es un país que está en la desidia más absoluta. La cultura es un derecho, al igual que la educación o unas pensiones dignas. Por eso me molesta que los candidatos no tengan un discurso al respecto», señala en esta entrevista.
Habló en Facebook y dejó la escoba. En un post replicado en varios sitios, el actor Alfredo Castro (Santiago, 1952), quien fue uno de los rostros de RD cuando el partido de Giorgio Jackson se inscribió como partido nacional, se quejó de la poca importancia que dan los candidatos presidenciales, sin exclusión, al tema de la cultura durante su campaña.
«A los las candidatos datas: ¿Cuándo irán al teatro, a ver una película chilena, al lanzamiento de un libro, a una exposición o actividad artística? No he escuchado una palabra para cultura, un gremio completamente vulnerable y abandonado por los políticos», escribió el intérprete de películas como «Post Mórtem» e ícono de las teleseries de los 90.
«Cientos de jóvenes creadores cesantes, salas y compañías que cierran por falta de apoyo, fondos concursables insuficientes, leyes laborales implacables para personas con trabajos temporales, en fin, sería interesante escucharlos hablar y actuar respecto a esto además de jugar buenas pichangas y pachangas. Saludos», agregó, en alusión entre otros a un partido de fútbol que jugaron recientemente los equipos de Marco Enríquez-Ominami y José Antonio Kast.
Castro publicó ese post la semana pasada. «Lo publiqué porque efectivamente en toda la campaña, en toda la franja, no he escuchado a ningún candidato hablar una sola palabra de cultura», explica el artista. «Además estuve mirando el presupuesto de la nación que se mandó al Congreso hace un tiempo y me costó encontrar el ítem de cultura. Está al final, cayéndose de la página poco menos, en los presupuestos».
«Es una vergüenza, un aumento ridículo. Hay que hacerse cargo del país en que uno vive, con dos Premios Nobel, y una cantidad impactante de artistas y creadores que ponen el nombre de Chile afuera en los primeros lugares en bienales, en pintura, en teatro. Es un capital al cual hay que aportar».
«Encuentro que es muy decepcionante, porque lo que los candidatos y candidatas plantean como sus prioridades son la salud, la violencia, la delincuencia, la educación, pero todas esas cosas están estrechamente ligadas a una sociedad que esté educada, y eso sólo se va a lograr a través de la cultura».
Para Castro, la experiencia en los países desarrollados muestra que la manera de enfrentar temas como la delincuencia, la obesidad o la migración -temas en boga en el Chile de hoy- ha sido a través de la cultura.
«En Europa sólo a través de la cultura han logrado integrar a los inmigrantes, hacerlos participar en las nuevas culturas que ellos eligen».
mk¿Qué nivel cultural ve Castro en los candidatos? «No me voy a referir a eso, porque no los conozco, pero en sus propagandas no hay nada. Sí se publican pichangas, asados, ferias, pero parece que no entienden que una gran vehículo para lograr aquellas cosas que ellos predican es educando a una sociedad, y se educa a través de la cultura».
En ciudades como Medellín, que en los años 80 tuvieron graves crisis de criminalidad, fue fundamental la construcción de bibliotecas y centros culturales en los barrios más pobres, por ejemplo, para bajar los índices de violencia.
«En vez de enviar militares o fuerzas especiales, se envían creadores, llevar a los niños a estos centros en sus tiempos de ocio para que puedan formarse, sensibilizarse. Un país más sensible va a avanzar más rápido en todos sus temas», asegura.
¿Por qué el tema de la cultura está tan ausente entre los candidatos? «No puedo aventurar ninguna idea de por qué sí o por qué no. Creo que es una falta bastante grave. Demuestra que no entienden que finalmente todo es cultura, que es lo que rige los comportamientos de toda una sociedad. Y la política tiene que acomodarse al comportamiento de una sociedad para mejorar, para trabajar por ella, y rescatar lo identitario de un país,de cada región, de cada pueblo originario, de cada segmento social, en fin de todas las diversidades que existen en este país».
«Pero ellos no abordan eso. Tú les preguntas por delincuencia y uno habla de matar al tipo, de pegarle un martillazo, el otro de un balazo, la otra de enviar fuerzas especiales, pero nadie hablar de instalar en aquellos lugares de mayor conflicto centros culturales que acojan a la gente».
«La cultura es un muy buen vehículo para que la ciudadanía se exprese. La desesperación de la gente es la falta de expresión. No hay medios de comunicación que los interpreten mucho. La gente quiere hablar, quiere expresarse, manifestarse, y no estoy hablando sólo de teatro, sino de todas las artes».
La falta de preocupación le resulta «más decepcionante entre los candidatos jóvenes, porque la gente joven sabe el valor que tiene cuando uno lee un libro chileno, o ve una película chilena, o una obra de teatro chilena. Sabe que lo que está viendo es su propia identidad».
Castro también se refirió al debate sobre cultura que organizaron algunos grupos en el centro cultural GAM, y al cual asistieron Marco Enríquez-Ominami, Alejandro Guillier y Carolina Goic.
«A mí no me interesa el debate interno y cerrado entre cuatro paredes. Lo interesante sería que lo hagan en público. ¿Qué tiene esto de debatir con gente de la cultura entre cuatro paredes, con cuatro pelagatos? No tiene valor. Tendría valor que así como divulgan sus pichangas, lo hagan con su encuentro con el mundo de la cultura».
La mera presencia en dicho foro de sólo tres de los nueve candidatos de hecho le pareció sintomático. «Significa muy poco interés… Además es para una elite, que a la hora del debate pudo ir. Yo no pude porque estaba trabajando. Tampoco tengo problemas con la elite, no quiero ser majadero, pero se ve que no promueven la cultura, no están entendiendo nada».
A pesar de todo, Castro insiste en que es necesario votar, «aunque sea por el menos malo, como va a ser ahora».
«Los políticos tienen que entender que el arte trabaja con los símbolos, con los ideales, con las costumbres, con los mitos, con los rituales de las diferentes etnias y grupos sociales, que deben tener un lugar porque otorgan identidad a los miembros de una comunidad, y da significado a un país. Si eso no se apoya, es un país que está en la desidia más absoluta. La cultura es un derecho, al igual que la educación o unas pensiones dignas. Por eso me molesta que los candidatos no tengan un discurso al respecto».
