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Libro «Lo llamaban Comandante Pepe»: la historia del legendario el líder campesino de Panguipulli Se lanzará el jueves 9 de noviembre en FILSA

Libro «Lo llamaban Comandante Pepe»: la historia del legendario el líder campesino de Panguipulli

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Cuenta en clave de novela la historia de Gregorio Liendo Vera, el ex‑estudiante de Agronomía, militante del MIR y líder del Complejo Maderero y Forestal Panguipull. Murió fusilado con apenas 28 años por sentencia de un Consejo de Guerra de Valdivia, a manos de la Caravana de la Muerte, junto a otros 11 jóvenes.


«Lo llamaban Comandante Pepe» (Ediciones Eutopia), el último libro del escritor Rubén González Lefno, se presentará el jueves 9 de noviembre como una de las novedades de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA).

Se trata de una novela que cuenta la historia del legendario líder del MIR Gregorio Liendo Vera, un joven que durante la UP lideró numerosas tomas en la zona de Valdivia que dieron origen al Complejo Forestal Maderero Panguipulli.

Tras el golpe de Estado, con apenas 28 años, Liendo Vera, un ex estudiante de Agronomía, fue acusado junto a otros militantes de asaltar un retén de Carabineros en Neltume. Fue parte de un grupo de 12 jóvenes, de entre 19 y 29 años, que fueron fusilados tras un Consejo de Guerra en Valdivia entre el 3 y 4 de octubre de 1973.

Vocación social

Originario de Punta Arenas, Liendo Vera estudió en el Liceo de Hombres de esa ciudad. Estudió Agronomía en la Universidad Austral (Uach) y llegó hasta cuarto año, pero su vocación social fue más fuerte. Se integró al MIR. Era fines de la década de los 60.

Ya asentado en Panguipulli, el trabajo del Complejo llamó la atención del mismísimo presidente Salvador Allende, que visitó la zona en 1972. El «Comandante Pepe» era parte del Movimiento Campesino Revolucionario, el brazo rural de los miristas. Uno de los que lo conocieron en aquella época fue el juez Juan Guzmán, que varias décadas después se haría famoso por procesar al dictador Augusto Pinochet.

El ataque al retén de Neltume fue liderado por el «Comandante Pepe», pero no tuvo éxito. Tras su captura, él y sus camaradas sufrieron horribles torturas. El fusilamiento de Liendo Vera y sus compañeros del Complejo se dio en el marco de la visita de la tristemente célebre Caravana de la Muerte, liderada por el general Sergio Arellano Stark.  Él y parte de su comitiva luego sería procesada por los asesinatos, ocurridos en la Guarnición Militar de Valdivia. Yolanda, la mujer de Liendo Vera, y su hijo Vladimir se refugiaron en Cuba.

El escritor Rubén González Lefno.

Personaje singular

«En el país existen algunos personajes de los que se habló y se habla desde hace varias décadas», cuenta González Lefno al ser consultado sobre el origen del libro. «Uno de ellos es Gregorio Liendo Vera, ligado a los sucesos del que fuera el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, megaempresa estatal surgida como resultado de las tomas de fundos ocurridas entre fines de 1970 y comienzos de 1971, y que no estaba contemplada en el programa ni intenciones del gobierno de la Unidad Popular».

El autor recuerda que fue en aquellos sucesos en que surge la figura de este ex estudiante universitario convertido en líder de los trabajadores madereros, cuyas acciones lo convirtieron en un personaje singular, «querido por los habitantes de la montaña pero odiado por patrones y seguidores de patrones, demonizado por la prensa reaccionaria y rechazado por algunos sectores de la izquierda de aquellos años».

«Entonces, un personaje tal sin duda que se torna atractivo desde el punto de vista literario, agregando también que en torno a él se desarrolló una leyenda en la que conviven aspectos reales y ficticios. Y sumados todos estos elementos lo que concluí es que allí había una historia que narrar desde la literatura».

Para el autor además es clave la relación entre el personaje y el entorno.

«Considero que no existe personaje sin escenario ni contexto, o sea no es posible concebir al ‘Comandante Pepe’ sin las montañas de Panguipulli, y al mismo tiempo no es posible imaginar tales montañas, lagos, ríos, fundos, habitantes, trabajadores, etc., sin considerar los enormes levantamientos ocurridos al margen de la figura de Gregorio Liendo. O sea, la relación social, humana, política e histórica es imposible explicarla sin aquella simbiosis. Una parte nutre a la otra».

Una figura agigantada

Gregorio Liendo fue fusilado después del ataque al retén de Carabineros de Neltume. ¿Ese hecho definió la leyenda en torno a su vida?

«En esto hay varias cosas. Por una parte el ataque que encabezó junto a otros fue un intento frustrado, después del cual él regresa al sector norte del Complejo mientras un grupo de participantes en el hecho decide internarse en la montaña de las inmediaciones del volcán Choshuenco», responde.

«Pero creo que lo ocurrido en el asalto frustrado es solamente una de las razones que explican la leyenda, porque –en mi opinión- lo más interesante del personaje lo encontramos en la etapa previa al 11 de septiembre de 1973, desde su decisión de establecerse en la montaña, en su niñez y parte de su juventud transcurridas en Punta Arenas, el hecho de casarse con una habitante de la zona, tener un hijo y continuar sin descanso su labor política y social, la que explica la enorme adhesión que provocaba entre los trabajadores y las familias de la montaña», dice.

«Es en esas vivencias, en las conductas desarrolladas y compartidas con los habitantes de la zona que se fue generando el personaje. Y repito, todos aquellos innumerables acontecimientos explican el crecimiento de su figura».

Por otra parte, para el autor también hay algo que es necesario agregar para comprender la dimensión del personaje y la leyenda sucesos acaecidos décadas más después de su muerte.

«Existe el Museo y Memoria Neltume, ubicado en dicha localidad. Hace un par de años ese lugar fue objeto de un intento de incendio, nunca aclarado. Y dicha acción fue realizada en la sala en que hay imágenes y objetos correspondientes a la memoria política, en una de cuyas paredes hay un gran mural con la imagen del ‘Comandante Pepe’. Pues bien, allí se inició el fuego con el que alguien intentó incendiar el Museo, intento que milagrosamente no fructificó».

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