El músico que se inició en la década de los ochenta y que prepara su tercer libro sobre música popular y rock, además del lanzamiento de un registro en vivo, se explaya sobre cultura, medios y de su insólito proyecto de radio con música chilena en Buenos Aires.
Tito Escárate pertenece a la generación de creadores que dio sus primeros pasos en la música durante la década de los ’80, cuando en Chile cultivar una expresión artística era sencillamente un riesgo. De esta forma creo “Compañeros de viaje”, banda que como muchas otras trabajaron y se pusieron a la fila de la anhelada recuperación democrática hasta la llegada de los ’90. Es en este momento cuando edita la primera historia del rock chileno titulada “Frutos del País” (1994), libro que fue precursor en la escritura sobre música popular y rock. El año 1998 publicó “Canción Telepática”, texto que se interna en distintas de entrevistas a músicos chilenos para terminar la década con “Muralla China”, banda con la que desarrolló un proyecto de rock mestizo, callejero y experimental.
Si bien “Tito Escárate y Los Galanes Suplentes” se llama la banda con la que trabaja actualmente, el músico también realiza hace tres años “Canción de los Andes”, programa radial que lleva adelante en Buenos Aires junto a jóvenes periodistas chilenos que partieron a estudiar a Argentina, y que sirve de puente entre creadores trasandinos y chilenos, como también de plataforma para dar a conocer sus trabajos en ambos países.
Escárate también tiene una opinión política contundente directa y no la esconde. Cree que la cultura es un asunto que hay que democratizar y se apasiona cuando habla de televisión y de radio. Es más, considera que Chile necesita un Radio Pública que difunda y de un real espacio a la creación y la cultura nacional.
-Cuéntame un poco de tu trayectoria desde los ochenta hasta ahora
-Yo empecé realmente a principios de los ochenta y mi primer presentación oficial fue para el primer festival Victor Jara en Chile el año 1985. Ese mismo año en comencé con Compañero de viajes. De esa canción del Festival Víctor Jara no me acuerdo, quedó en un casete que se perdió en el tiempo. El 87 sacamos un primer demo con Compañero de Viajes que sonó profusamente en radio Umbral. Comencé en un momento muy oscuro del país, en plena dictadura. Época en que la maestría, la posibilidad de traspasar el oficio en su plenitud, se había perdido con la censura, la persecución, el fin de la noche. Se transitaba en la subterraneidad, pero construimos un imaginario, una época, diversa. Hicimos un camino. Yo pertenezco a los ochenta donde todo se abrió gracias a la organización del pueblo, de los aristas y los partidos que pusieron en jaque a la dictadura.
-¿Y qué hay de lo que fue el Pop y el Canto Nuevo en ese período?
-El canto nuevo y el pop chileno fueron interesantes, pero el llamado pop chileno fue un movimiento más insípido, sin memoria, sin raíz, acicateado por los medios de comunicación. Fue una actualización extraña con la new wave en boga y el punk ya pasado de moda como íconos. Éramos bastardos buscando identidad. Yo era de los que creía que teníamos que recoger lo nuevo, pero retomando el gen identitario legado por la gran canción chilena. Otros creían que copiando las modas anglo se podía hacer vanguardia.
Durante los noventa seguí armando bandas y proyectos. Los Cráneos, Muralla China hacia el final de la década con todos hay grabaciones. Ahora canto como Tito Escàrate y los Galanes Suplentes con quienes lancé en noviembre del 2016 Nuevos Vientos. Fue bello porque trabajamos la imagen circense y fue un homenaje a todo lo que por familia recibí del circo. Por eso el video clip salimos pintados de payasos, es emotivo atemporal, es interesante ser otro, eso es un payaso; un personaje misterioso, una exageración poética, popular y enigmática
-Vienen pronto 2 discos y un libro nuevo
-Vamos a lanzar un registro en vivo en enero y luego también un EP “Cuore” Canciones de amor. También está listo y será publicado por RIL editores es el Libro “Boite Tricolor”. Son apuntes sobre música popular y rock and roll en el periodo que va desde al año 1950 al 1960. Me parece un periodo vital para la música chilena. Fue un largo tiempo de investigación. Trae entrevistas, documentos visiones de época e interpretación de los hechos. Es un periodo lleno de riqueza, pre nuevaolero. Es allí donde nacen o se consolidan las grandes figuras de la música popular mal llamada “cebolla”, Inicia su camino de investigación Violeta Parra, comienza su carrera Victor Jara, es la emergencia del rock and roll y la época de las grandes orquestas. Es la época de gloria de las llamadas Boites en Chile, que eran espacios muy diversos y diferentes entre sí.
-Los 90 fueron una época de matices y participaste en la creación de las escuelas de rock y música popular
-Los inicios de los noventa fueron un descampado cultural, en los primeros años de democracia la vida cultural se achato, no había nada, la verdad es que la efervescencia de la lucha por el “no” en el plebiscito se terminó y los músicos, pa´ la casa por un rato ¡ Solo había un par de locales donde tocar, nació la Mítica Batuta, y estaba El Crucero un sucucho donde no se tocaba, pero se apagaba la angustia existencial de esta nueva realidad en donde no teníamos Pinochet al frente y las cosas se hacían en la medida de lo posible. Después hubo un boom disquero del cual no participé. No había nada, había que construir políticas para el arte y la cultura y no se inyectaron grandes recursos, veníamos de la prehistoria institucional en esa materia, no había ministerio de cultura. El año 93 o 94 las cosas comenzaron a cambiar.
-¿Y qué hay con las Escuelas de Rock?
-Cuando nosotros vimos que la cosa no caminaba creamos la asociación de trabajadores del rock. Eso nos permitió tener una interlocución con la nueva autoridad, relacionarnos con el Estado ya que como hijos de la dictadura no teníamos idea como construir el nuevo país. Al principio fue algo que causaba risa, pero poco a poco fue tomando cuerpo y generó movimiento, hasta transformarse hoy en un actor importante, en un programa estatal, con un evento nacional como Rockodromo. Hay una cantidad de bandas impresionantes que han pasado por los procesos en todas las regiones del país. Con Claudio Narea, Andrés Godoy y Patricio González iniciamos ese proyecto que probó y prueba que el Estado necesita de políticas públicas activas que incide en muchos aspectos de la vida cultural, social y humana. Con todos los defectos del mundo este país se ha ido musicalizando cada vez más y debe seguir haciéndolo. Pero el problema siguen siendo los circuitos de circulación. A principios de los 90 no teníamos crítica musical, no teníamos memoria, y muy pocas líneas sobre la historia de la música popular Chilena. Hoy hay más de eso, pero el gran caudal de creaciones chilenas sigue en su mayoría silenciosa.
-¿Esa ausencia de relato te llevó a dedicarte a la investigación sobre música popular?
-Descubrí en la música popular, en las canciones, un espacio poético, histórico. Una especie de corriente telepática, que viaja por las sociedades construyendo un sentido, en el que nos vemos secretamente. Dese que estuve en la universidad me interesó el tema del rock y su incidencia e imbricación con los movimientos críticos. Me interesó como se podía leer la historia a través de la música, por eso mi tesis fue “Hitos del rock en Chile”, investigación que luego se transformó en el libro “Frutos del País”1994, todo un suceso que yo no sabía cómo aquilatar. Me parecía tan insignificante la historia del rock chileno, en un contexto en donde Júpiter estaba siendo bombardeado por trozos de un asteroide y toda forma o vestigio de vida se acababa. La historia es tan relativa en el gran devenir del universo. Somos partículas en una trama inconmensurable.
-Cuéntame de Frutos del País, tu primer libro
-Fue un libro precursor y eje en la escritura sobre rock. Esto porque hasta la fecha nadie había hecho una lectura e interpretación del genero desde sus orígenes pasando por la dictadura. Solo estaba Fabio Salas con “El Grito del Amor”, mas referido al rock como fenómeno planetario. El año 1998 publiqué el libro “Canción Telepática”. Fue un texto de entrevistas a músicos que también marcó un precedente, instalando el formato de entrevistas a músicos. Modestamente ambos libros fueron un aporte. A partir del dos mil comenzó mi experiencia en radio realizando dos programas, Territorio Infinito y luego La Piel de Chile, ambos en la radio Universidad de chile Luego vino la relación con la televisión con la cual tuve acercamientos intermitentes, siendo lo más importante, “Memorias del rock chileno” un documental en cuatro capítulos hecho con Alvaro Escobar y emitido por canal 13 el 2011.También trabajé para MEGA entre el 2015 y 2016, gran experiencia que me ayudó a comprender otros aspectos de la industria musical.
-¿Cómo ves el tema cultural?
– Yo creo firmemente que la cultura y específicamente el arte es un derecho y tiene un protagonismo social vital. Creo en el rol del estado en materia de de difusión cultural. Respecto a toda la discusión de la televisión pública tengo una opinión clara. Que el eje de la discusión sea; si la televisión pública se auto-financie o no me parece que es tema absolutamente instalado por el neoliberalismo. Por ejemplo; el problema con TVN es que quiso competir en la lógica de la televisión industrial de entretención olvidando su rol fundamental, así terminó navegando en un mar de contradicciones que nunca debieron existir. Eso debe terminar. Una televisión pública no tiene por qué estar gastando dinero en Raquel Argandona y artistas de farándula que mas encima sirvieron a los intereses de la dictadura. Ese es el origen del problema, TVN perdió su norte secuestrada por la dictadura y luego fue incapaz de volver a su fundamento.
-¿Y las radios?
-La televisión pública y la existencia de una Radio pública con carácter cultural son vitales para la circulación de ideas de conceptos que de alguna manera la línea editorial de las otras emisoras no se hacen y si lo quieres ver más crudamente, no tienen porque hacerse cargo. Pero una televisión y radio pública tienen un rol, ciudadano y de interés nacional no tienen por qué ser autofinanciables, o acaso a la radio de Carabineros de chile le piden que se autofinancie, Por supuesto que no!!!! Porque cumple un rol y dicho sea de paso es una radio con mucha música chilena bastante diversa. La radio y televisión públicas son esenciales en el periodo que vendrá o si no toda política pública de estimulo a la creación que se producirá con el nuevo ministerio de las culturas será como una pintura en un cuarto oscuro. La cantidad de obra musical de excelencia que no se refleja en las parrillas es impresionante. Done están los Redolés, los Porta Voz , Luis Lebert, Congreso, la música docta chilena, el jazz chileno. Toda esa innumerable cantidad de premios del Fondo de la Música.
-¿Sería entonces estratégica crees tú?
-Claro, la radio y una televisión en serio son estratégicas a la hora de la construcción de un ethos diverso y plural y eso no lo garantizan los medios privados. Pero el estado si, y eso es política pública y a una política pública no se le pide que se autofinancie necesariamente, porque es un derecho ciudadano y una necesidad nacional. El 20 por ciento de música nacional en las radios está claro que no ha sido suficiente para el caudal de música chilena existente.
-¿Un estímulo a la industria?
-Es un espacio de trabajo para un enorme contingente de músicos y artistas que necesitan hacer circular su obra una TV publica cultural y una Radio nacional cultural contribuiría a estimular aun más la escena. Porque las grandes industrias de la música a nivel latinoamericano y mundial, tienen grandes radios nacionales como es el caso de Inglaterra, México, Argentina. El Estado debe ser un actor transversal, que genere y estimule espacios de circulación para representaciones plurales Que el Estado promueva políticas culturales es lógico, necesario y debe ser el gran proyecto de los años venideros. Si tienes una televisión y una radio cultural de nivel y con las competencias profesionales del caso, los avisadores llegarán solos, o acaso la BBC está siendo cuestionada año a año sobre su presupuesto, me pregunto.
–Haces un programa en Radio La Tribu en Buenos Aires ¿Cómo es eso?
-Llevamos tres años con Canción de los Andes, Programas de radio se han hecho siempre pero la novedad es hacerlo en Argentina tocando música chilena, hablando de integración, compartiendo lo que somos. Chile es, además, una embajada de varios cientos de miles de chilenos que quieren saber, estar conectados. Es la colonia más grande de chilenos en el extranjero. Casi la mitad de la gente que sale del país vive en Argentina. A mí me ha encantado hacer este experimento, porque Argentina es un país maravilloso y generoso. Vale la pena regalarles nuestro arte, porque para nosotros ellos también han sido inspiración. Personalmente, me siento depositario de una identidad común, latinoamericana. Cuando veo a los argentinos gozar con “Loca”, de Chico Trujillo, o a la Anita Tijoux y Mon Laferte siendo muy valoradas en Argentina, o a Los Jaivas siendo permanentemente recordados, siento que un programa chileno en Argentina es natural. Es natural que los artistas chilenos que atraviesan la cordillera sean recibidos, apoyados, puestos en circulación, acogidos. La música chilena necesita una red de apoyo en el extranjero y las agregadurías culturales y embajadas aun no están a la altura, por otro lado el hecho de generar una red permanente evitaría el turismo musical o artístico, que es muy valido pero no deja huella mayor.
-¿Cuál es tu opinión de la coyuntura política actual?
-Pienso que cuando no se cree en nada, sólo ganan los intereses de unos pocos. Yo voto, doy la lucha democrática, la democracia me parece un camino lleno de imperfecciones y hoy muy mediado por intereses. Creo en la unidad del mundo progresista y pienso que hoy como nunca es un deber el buscar acuerdos macro políticos que nos permitan avanzar y derribar los emblemas del modelo neoliberal. Solo así podremos terminar de reformular el sistema educativo, acabar con las AFP. Pero eso se hace integrando sin prejuicios a todas las fuerzas sociales incluidos los comunistas que han dado pruebas de ser un partido democrático, representativo y serio.