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Cultura y educación: una oportunidad para abordar ya Opinión

Cultura y educación: una oportunidad para abordar ya

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Alejandra Martí Olbrich
Por : Alejandra Martí Olbrich Directora Ejecutiva de Opera Latinoamérica
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«En momentos en que el país cambia de autoridades y se mantiene el debate de la calidad en la educación, se presenta una nueva oportunidad de reflexionar sobre el rol que queremos que tenga la cultura en la formación integral de nuestros niños», señala en esta columna Alejandra Martí Olbrich, directora ejecutiva de Opera Latinoamérica.


En momentos en que el país cambia de autoridades y se mantiene el debate de la calidad en la educación, se presenta una nueva oportunidad de reflexionar sobre el rol que queremos que tenga la cultura en la formación integral de nuestros niños. Reflexionar sobre cómo haremos realidad el concepto de calidad en la educación, y cómo permitiremos que la cultura actúe con impacto, y a favor, de una sociedad moderna y desarrollada en un profundo sentido.

En la última década las instituciones culturales han asumido un rol subsidiario en la educación artística de niños y jóvenes, viendo con mucha preocupación cómo ha habido un consistente retiro de las horas designadas a artes y música, relegando a estas materias a mera entretención, al ámbito de las manualidades y las actividades extraprogramáticas.

Muchas de estas instituciones han reaccionado consolidando grandes y sólidos programas de educación artística con la intención de cautivar directamente a los profesores para que se encanten con la idea de que en las artes escénicas y las artes visuales pueden encontrar contenidos y herramientas pedagógicas transversales a todas las asignaturas.

Este es el caso del Centro Cultural Palacio de la Moneda, Municipal de Santiago, Corpartes, Planetario, MAVI, Artequin, entre muchas otras. Muchos de estos programas se han transformado en herramientas educativas muy valoradas entre los profesores de establecimientos educacionales que están absolutamente saturados por las presiones métricas de un sistema estresado.

¿Es el rol de las instituciones o debería ser materia de una moderna política pública la articulación y liderazgo de la educación artística, que hoy asumen en forma separada el Ministerio de Educación y el Ministerio de la Cultura y de las Artes?

Actualmente, ésta es una preocupación instalada en todas las instituciones culturales y direcciones de cultura, y por lo tanto, tenemos una oportunidad única de articularnos y trabajar en conjunto para mostrar a la sociedad, y el mundo político, que la cultura y el arte no son materia decorativa, sino agentes de cambio para nuestro país y para el continente.

Es una oportunidad para las nuevas autoridades de gobierno de observar aquellas prácticas que están sucediendo acá en Chile, no en otros continentes sino en nuestro propio país, y dar crédito a lo que se está aportando a la educación de calidad.

Como sociedad tenemos el deber de dar el verdadero peso que se merece la cultura y volver a situarla en la columna vertebral de las ideas y del proceso formativo del ser humano, y de tal forma, dignificar y cultivar su verdadero potencial.

Los niños educados en la creatividad están mejor preparados para los desafíos del siglo XXI. La cultura es parte de la educación y contribuye en la formación de seres humanos integrales, creativos, tolerantes, con fuertes habilidades blandas y gran conciencia cívica. Seres empoderados en una articulación de cambio para una sociedad más justa e igualitaria en oportunidades, y por lo tanto, seres trasformadores de la sociedad y de un país que llegará a ser el reflejo del desarrollo puro.

Desde la perspectiva de la “economía naranja” queda cada vez más demostrado que la cultura es una herramienta dinamizadora de ciudades y contribuye al desarrollo de las industrias creativas y otras más que se ven beneficiadas por su crecimiento. ¿Queremos seguir haciendo de Chile un país de exportación de materias primas, o queremos mostrarnos como un país que es capaz de exportar servicios, ideas, arte y productos no tradicionales? La educación artística tiene mucho que aportar desde el origen en esto.

Devolvamos a la cultura el rol que se merece como columna vertebral en la formación de nuestros niños y niñas, con su capacidad de transformar la vida, de aportar a la solución de los problemas sistémicos en los colegios, de zanjar diferencias en las sociedades, desigualdades en países y finalmente del mundo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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