¿Qué es la conciencia? ¿Cómo funciona a nivel neuronal? ¿Es posible que las máquinas tengan conciencia o que en el futuro el cerebro humano funcione en otras plataformas, haciendo inmortales a sus poseedores? Estas son algunas de las cuestiones que tocará -en su próxima exposición en Chile- el renombrado académico y escritor estadounidense Michael Graziano (1967, Connecticut).
El especialista es uno de los invitados destacados del festival Puerto de Ideas de Antofagasta, que se realizará los próximos 13, 14 y 15 de abril en la localidad nortina. Graziano estará el sábado a las 10:30 horas en el Teatro Municipal.
«Voy a hablar sobre la teoría básica de la conciencia, explicando cómo se puede en principio construir una conciencia artificial», adelanta a El Mostrador. «Mi objetivo siempre es explicar las ideas subyacentes de la manera más clara posible».
Él es profesor titular del Departamento de Psicología y Neurociencia de la U. de Princeton. Entre sus múltiples publicaciones se cuentan Conciencia y el cerebro social (2013); Procesos neuronales en la corteza temporoparietal humana separados por análisis de componentes localizados independientes (Journal of Neuroscience, 2015) y La teoría del esquema de atención: una explicación mecanicista de la conciencia subjetiva (Frontiers in Psychology, 2015).
Graziano es un tipo singular. No sólo compone música incluyendo sinfonías y cuartetos de cuerda; también se ha hecho famoso por practicar la ventriloquia usando un orangután títere (Kevin) como acompañante. Sobre todo cuando se trata de explicar su teoría.
«Siempre comienzo mis charlas con un muñeco. Apunta a algo importante, que somos animales sociales, hechos para atribuir la conciencia a otros, incluso muñecos. La audiencia sabe que el muñeco no tiene un cerebro real, pero no podemos evitar pensar que hay una mente que emane del muñeco», dice.
«Cuando se reúnen dos personas, en realidad hay cuatro que están presentes. Estoy yo, está la versión de tu mente que me he construido y proyecto en ti, estás tú, y está la versión de mí que tú te has construido. ¡A veces hay cuatro personas muy distintas! El muñeco subraya ese pensamiento social que hacemos todo el tiempo».
Este aspecto es clave, porque para Graziano la conciencia no sólo es central para cada individuo, sino también en la interacción social, en la medida en que también es reconocida en los otros.
«La capacidad de proyectar una conciencia rica en otras personas es la base de nuestra inteligencia social, y la base de toda nuestra sociedad humana y el mundo», reflexiona. «La misma mecánica en el cerebro que crea nuestra conciencia parece ser activa cuando atribuye conciencia a otro».
Según él, un mecanismo específico del cerebro construye un modelo simplificado de mentes y proyecta dichos modelos hacia todo, «hacia nosotros mismos, hacia otros animales, y algunas veces erradamente incluso sobre objetos que ni siquiera tienen vida. Esto podría estar detrás de la espiritualidad humana: la tendencia a ver mentes o espíritus a nuestro alrededor».
Actualmente uno de los principales objetivos de la neurociencia es explicar en detalle la conciencia
«No sólo procesamos datos como un computador estándar, también tenemos una experiencia subjetiva de hacerlo. ¿Cuál es esa experiencia subjetiva y cómo la crea el cerebro? Esta cuestión ha sido llamada el ‘problema duro'», afirma.
El especialista comenta que desde la perspectiva científica y mecánica, el cerebro es una máquina que procesa información, y parte de lo que hace es construir auto descripciones.
«Somos máquinas que aseguran tener una esencia mágica en nuestro interior, porque el cerebro ha construido una auto descripción simplificada. Esa auto descripción es importante, porque sin ella no seríamos capaces de funcionar adecuadamente como agentes activos en el mundo. Somos máquinas que aseguran tener una esencia no-física, subjetiva, y no podemos decir la diferencia ni que lo que hacemos es procesar datos».
Una de las innovaciones de Graziano y su equipo es la teoría del esquema de atención (AST, siglas en inglés), propuesta y elaborada entre los últimos 5 a 10 años. Se trata de una teoría específica sobre la conciencia.
«Dado que el cerebro crea auto descripciones, ¿qué son exactamente esas auto descripciones, y cómo son usadas en la cognición diaria? La AST toma el enfoque general mecánico y la acomoda a una teoría específica que puede hacer predicciones testeables, y que algún día podamos instalar en sistemas artificiales», explica.
Graziano insiste en que el cerebro no sólo procesa información, sino que además tiene un estilo específico de procesamiento.
«Como carece de la capacidad de procesar todas las señales ingresantes al mismo tiempo, usa un truco para tratar con los datos. Focaliza recursos en una parte de la información y la procesa en gran profundidad. Ese foco se llama ‘atención'».
Este término es usado un poco diferente al significado diario, coloquial de la palabra. Por «atención’ los neurocientíficos se refiere a algo mecánico, un tipo de mejora de señales. Este tipo de atención puede entenderse en gran detalle e incluso ya ha sido implantado antes en sistemas artificiales.
«Pero además de usar la atención, enfocando su procesamiento, el cerebro también construye un auto descripción, un conteo de lo que hace. Ese ‘esquema de atención’ o descripción simplificada de atención, deja fuera los detalles mecánicos y suministra al cerebro un conteo simplificado. El cerebro se dice a sí mismo, ‘tengo algo vago dentro mío que puede captar cosas, enfocarse en cosas, conocer cosas, y como resultado puedo elegir actuar sobre las cosas'», señala.
«Nos describimos a nosotros mismos como teniendo una conciencia en nuestro interior. Lo hacemos, por supuesto. Tenemos una mente en nuestro interior. Pero lo que decimos tener es simplemente un poco más vago, y mucho más mecánico, que la realidad. Nuestra auto descripción no es totalmente errada, pero nos seduce a pensar erradamente que tenemos una magia no física adentro».
Finalmente, la creación de una conciencia no biológica es otra de las cuestiones que se plantea Graziano.
«Creemos que ya tenemos dos concepto básicos, las bases de ingeniería de lo que podría ser la conciencia. Por eso la conciencia artificial probablemente llegará pronto. Podría llegar, de alguna forma, en la próxima década o algo así. No estoy hablando de inteligencia similar a la humana, que puede hablar de cualquier cosa y cubrir el mismo espacio mental que un cerebro humano. Ese nivel de complejidad es mucho más lejano en el futuro», dice.
«Hablo de algo que, como nosotros, asegure tener una experiencia subjetiva privada, habla de gran riqueza y flexibilidad, y usa la habilidad que ayude a comprenderse a sí misma y su relación con el mundo. Pienso en el pronto beneficio de máquinas que saben qué es la conciencia, que habrá una mejor capacidad para la interacción de la gente con los computadores, como una interfaz social de usuario».
Graziano además estima que más adelante en el futuro podríamos ver una tecnología que pueda migrar la mente humana desde el cerebro biológico hacia una plataforma artificial, un tipo de tecnología va a conectar totalmente nuestro mundo.
«Tendremos la parte más humana de nosotros, la mente, capaz de vivir de manera indefinida en sistemas artificiales y de sobrevivir en cualquier medio ambiente. Por ejemplo, el futuro de la colonización espacial podría no ser sobre la construcción de ambientes artificiales para alojar el cuerpo humano, sino sobre la construcción de plataformas artificiales para portar la mente humana. Sospecho que ése es nuestro futuro».