El jardín colonial es un oasis en el corazón de Santiago, dados su mucha vegetación y estos animalitos viviendo de manera silvestre. A través de la campaña “Mejoremos el hábitat de Crisóstomo y sus amigos” se busca recolectar los 2 millones de pesos necesarios para reparar la pileta de los peces y la jaula donde los pavos y gallitos de la pasión se protegen del frío y las lluvias, así como también para cubrir las necesidades de alimentación que estos animales requieren durante un año.
Desde 7 lucas está pidiendo el Museo de Arte Colonial de San Francisco, ubicado a un costado de la emblemática iglesia de la Alameda, con el objetivo de mejorar el hábitat de las aves y peces que
en su jardín viven.
Según explicó la gestora cultural, Francisca Lazo, la reparación es urgente, pues el estado de la pileta y la pajarera está afectando el bienestar de los animales. “La pileta carece de sistema automático de limpieza y filtrado de agua, y a la jaula le faltan vidrios; ambas están en un franco deterioro.
Como museo no contamos con los fondos para hacer estos arreglos y por eso estamos acudiendo a la comunidad, la que sabemos valora mucho el jardín y quiere a sus mascotas”, dijo.
El jardín colonial es un oasis en el corazón de Santiago, dados su mucha vegetación y estos animalitos viviendo de manera silvestre. Las aves son Crisóstomo y Clarita, una pareja de pavos reales que cada tanto crían pavitos, los que son regalados al crecer, y Moisés y Antonio, padre e hijo gallitos de la pasión. En la pileta a su vez vive una treintena de peces de colores y una tortuga que eventualmente sale de la tierra para habitar en ella. Este espacio es parte de la espiritualidad franciscana y genera mucha paz y alegría entre los visitantes.