Es la quinta mujer en obtener el galardón. La literatura ha sido su derrotero en donde dio el primer golpe a la cátedra con “Lumpérica” en 1983. Obra perturbadora que también ha sido calificada como claustrofóbica y que le ha significado cargar, de alguna forma, con una imagen mítica dentro del patrimonio de la literatura chilena de los últimos cincuenta años.
La escritora y académica Diamela Eltit (Santiago, 1949) ganó este viernes el Premio Nacional de Literatura 2018.
La autora, que ha publicado multitud de novelas y ensayos desde su primera novela «Lumpérica» (1983), fue elegida por un jurado que se constituyó en el Ministerio de Cultura, que otorgó el galardón por primera vez.
Eltit fue postulada por la Universidad Católica y además recibió el respaldo de la U. Academia de Humanismo Cristiano y la UTEM. Antes había obtenido, entre otros, el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2010) y el Municipal de Santiago (2017).
Es la quinta mujer en obtener el galardón, Gabriela Mistral (1951), Marta Brunet (1961), Marcela Paz (1982) e Isabel Allende (2010). Se impuso a otros candidatos de peso, como Germán Marín, Hernán Rivera Letelier y Carlos Franz.
El jurado que la eligió estuvo integrado por Consuelo Valdés, ministra de Cultura; el escritor Manuel Silva Acevedo; la académica María Eugenia Góngora Díaz; y el rector de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Jaime Espinosa. No participó el rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, quien fue reemplazado por su vice, Rafael Epstein.
De indiscutible trayectoria y prestigio en Chile y el extranjero, en los años de mayor oscuridad en nuestro país fundó el Colectivo de Acciones de Arte, CADA, junto a nombres como Raúl Zurita, Lotty Rosenfeld, Juan Castillo y Fernando Balcells. Corrían tiempos de dictadura (1979) y todo era silencio. Sin embargo, con una fuerza que nace desde el margen, cuando aún estudiaba literatura en la Universidad de Chile, logra instalarse como una voz profunda y poderosa que hasta el día de hoy convoca al pensamiento crítico y a repensar desde el arte y la literatura el país y la sociedad en que vivimos.
Eltit, nunca parece detenerse y expresa en forma contundente lo que cree. Su voz ha sido referente casi obligado en temas de contingencia política y en unos de los temas que desde joven ha impulsado como la sexualidad y la identidad de género. Su voz, en este contexto, se ha escuchado más fuerte a raíz del movimiento feminista que ha marcado la agenda política a comienzos de este año.
En el marco del conversatorio “Feminismos, cultura y sociedad”, organizado el pasado 28 de junio por Radio JGM de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, sostuvo que las mujeres durante toda la historia han escrito tanto como los hombres, por lo tanto existen “líneas de paridad”.
“Hay que mirar el espacio a donde llegan las mujeres y hay que ver como administran esa mirada, y la reformulan”.
La literatura ha sido su derrotero en donde dio el primer golpe a la cátedra con “Lumpérica” el año `83. Obra perturbadora que también ha sido calificada como claustrofóbica y que le ha significado cargar, de alguna forma, con una imagen mítica dentro del patrimonio de la literatura chilena de los últimos cincuenta años. Asunto que, no ha hecho otra cosa que convertirla en una trabajadora incesante de lo que podríamos arriesgarnos a definir como el uso público de la razón.