A los 90 años murió Lucho Gatica artista chileno reconocido internacionalmente y con una estrella en el paseo de la fama en Hollywood. Decenas de anécdotas rodearon su vida, con artistas como Elvis Presley, Frank Sinatra y Julio Iglesias. En esta entrevista, realizada el último año que visitó Chile mientras se hospedaba en la embajada de Ecuador, el rey del bolero, contó todas sus historias plagadas de pasajes singulares de un época muy intensa para la música popular latina.
En la pieza de invitados, junto a la mía, han dormido muchas personas. Pero nunca antes lo había hecho el dueño de una estrella del paseo de la fama de Hollywood, alguien que compartió su vida artística con Elvis Presley, Ava Gardner, Frank Sinatra, Atahualpa Yupanqui y Julio Iglesias, entre muchos otros grandes de la música mundial, personaje conocido en todo el mundo como el rey del bolero, quien falleció el 13 de noviembre de este año en Ciudad de México. Se trataba del chileno Lucho Gatica, a quien escuchaba vocalizar en su habitación. Él pensaba que estaba solo en la casa, según me confesó luego, y por eso lo hacía. No quería molestar. Pero ¿qué clase de molestia podía ser escuchar ensayar al rey del bolero? A pesar de que su canto era fuerte, y que se escuchaba a través de las paredes, no era molestia alguna, todo lo contrario, todo un privilegio.
En tres ocasiones, en los últimos años, se hospedó en la embajada del Ecuador en Chile, donde su amigo embajador. Y yo aproveché la circunstancia para entrevistarlo y conversar con él acerca de su vida y su carrera. Muchas veces off the record, y en una ocasión con grabadora en mano. En lo que sería el último día de su última visita a la embajada, y también el último día en que lo vi, siempre sonriente, amable y sencillo, decidí encender la grabadora y registrar algunas de sus muchas y muy interesantes anécdotas. ¡Tantas anécdotas!
“Cuando terminé de cantar, el director artístico me dice “qué pena, debutas y terminas”. Yo me di media vuelta y me fui a llorar a uno de los estudios que había al lado de la oficina”, cuenta Lucho Gatica al recordar la primera vez que cantó en Radio Minería, donde partió su carrera musical. Su hermano Arturo, también cantante, le había presentado en la emisora y había arreglado para que cantara ahí, pero para su debut Lucho llegó tarde por 10 minutos, por cuanto venía de su Rancagua natal, donde había cantado el Ave María en el matrimonio de un amigo.
[cita tipo=»destaque»]Lucho Gatica es considerado el rey del bolero y tiene una estrella en el paseo de la fama en Hollywood. Recibió ese reconocimiento en el año 2008, en un día lluvioso. “Yo soy profundamente católico y creyente desde muchacho, desde que estudié en los maristas. Y cuando iban a darme la estrella, se paró la lluvia. ¡Se paró la lluvia y yo estaba ahí, arrodillado! Y mis hijos y toda mi familia rodeándome, me sacaron la foto y se paró la lluvia. Increíble. Algo insólito”, recuerda.[/cita]
A pesar del retraso, y de haber creído que su carrera había terminado antes de comenzar, Lucho tuvo un programa radial con su hermano Arturo en esa misma radio. Allí comenzó todo.
Su primer gran éxito en Chile fue “Contigo en la Distancia”, canción que reconoce como su preferida. Sin embargo, “Sinceridad” le abrió las puertas en Brasil y “No me Platiques Más”, las de México, tema que superó el millón de copias vendidas en ese país.
En República Dominicana, su amigo Bola de Nieve le recomendó cantar “No me Platiques Más” de Vicente Garrido, pero el maestro José Sabre le advirtió que esa canción había sido grabada muchas veces y que no había tenido éxito. No obstante, él insistió en grabarla.
“Cuando salió, la llevaron a una emisora de pedidos, yo llamaba por teléfono a la radio para que la tocaran. Yo llamaba y entonces imitaba la forma de hablar de los mexicanos. Y decía, una y otra vez: “¿me podrían poner el disco de Lucho Gatica, No Me Platiques?”.
-“Sí, ahorita se lo ponemos”, decían. Y lo ponían, y bueno, estuve por lo menos una hora llamando. Y para hacer el cuento corto, yo en dos, tres semanas, era el hombre más conocido de México. Por esa canción. Y ahí empezaron los otros éxitos, y empezaron los compositores a darme canciones”, recuerda.
Sus canciones lo llevaron a toda América Latina, Europa, EE.UU, al Medio Oriente, China, Japón, e inclusive a Filipinas, donde cantó “Te Quiero Todavía” en tagalo, la lengua local.
Se casó tres veces y tuvo siete hijos. La penúltima, Luciana, de su segundo matrimonio, es ahijada de Julio Iglesias, a quien conoció en España. Cuando Lucho hablaba de Julio lo hacía con mucho cariño, era su gran amigo, su compadre.
«Un día que tuvo el accidente en coche, que estaba en el hospital con su padre que era médico y yo estaba haciendo un programa de televisión en Barcelona, él me contó y dice, le dice a su papá: ‘Yo quiero ser como ese señor que está en la televisión’. No solamente fue como yo, sino que me superó, porque Julio es el cantante latino más conocido a nivel mundial. Lo conocen en todo el mundo. Y creo que el segundo soy yo. Porque, vaya, gente como Omar Shariff que te diga “yo te escuchaba en El Cairo cuando tenía veintitantos”. Y después cuando hice la gira por Asia, Filipinas, y luego Hong Kong y Japón. Y claro, me conozco todo EE.UU.”, comenta.
Su primera esposa fue Mapita Cortés, una bella actriz mexicana, con quien se casó a los 32 años y tuvo cinco hijos, pero confiesa que antes de eso tuvo mucho éxito con las mujeres:
-“Pues sí, la juventud. La juventud… en toda América Latina, en todos lados. En Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, en todos lados”, sonríe.
Antes de conocer a Mapita, cuenta que salía con Martha Roth, una actriz mexicana, con quien terminó la relación luego de un viaje a Cuba. “Lo que pasa es que cuando uno es joven y tiene éxito, pues, las muchachas le llueven a uno, ¿verdad? Entonces en Cuba yo conocí muchas muchachas guapísimas todas y ella se enteró y me dice: “¡No, porque ya me he enterado que tú andas con una muchacha muy guapa!”.
-“No una”, le digo yo. “Varias”. Entonces ahí terminamos”, recuerda entre risas.
Lucho Gatica es considerado el rey del bolero y tiene una estrella en el paseo de la fama en Hollywood. Recibió ese reconocimiento en el año 2008, en un día lluvioso.
“Yo soy profundamente católico y creyente desde muchacho, desde que estudié en los maristas. Y cuando iban a darme la estrella, se paró la lluvia. ¡Se paró la lluvia y yo estaba ahí, arrodillado! Y mis hijos y toda mi familia rodeándome, me sacaron la foto y se paró la lluvia. Increíble. Algo insólito”, recuerda.
Su éxito lo llevó a conocer a grandes artistas y leyendas del mundo del espectáculo. Uno de ellos fue Elvis Presley en 1957.
“Oh, Elvis, genial. Había un amigo, ecuatoriano por cierto, que era muy amigo mío, que estaba en el periódico La Opinión de Los Ángeles y me dice: ‘Lucho, ¿te gustaría conocer a Elvis?” ¡Pero sí, imagínate! Encantado’, cuenta.
Juntos se fueron a los estudios de la Metro Goldwyn Mayer, donde Elvis Presley filmaba la película Jailhouse Rock.
-“Y cuando salió del estudio, bastante alto era él. “Mucho gusto”, le digo yo. “My pleasure to meet you”.
-Tú eres muy famoso en los países latinoamericanos, me dice.
-Sí, en varios países del mundo, le respondo.
-Pues te felicito, agregó.
– ¿Nunca ha hecho una gira por América Latina? Usted es un ídolo enorme allá en toda América Latina.
-No, no tengo tiempo, porque la película termina hoy, mañana empiezo la otra, y después de la otra me voy a Alemania a hacer el servicio militar.
«Y efectivamente se fue a hacer el servicio militar a Alemania», recuerda.
Después de eso no lo vio más, pero se quedó con la foto en blanco y negro. Foto que cuenta se la quedó Luis Miguel, años después, cuando se encontraron en Miami.
“Al final me vio la foto con Elvis, Luis Miguel, y me la robó. Le digo: ‘No importa, llévatela. Total, yo tengo más’. No podía creer que yo estuviera con él, porque el ídolo de él fue siempre Elvis Presley. Y tenía toda la razón, yo creo que para mí ha habido dos gentes: los Beatles y él, que para mí son lo máximo del rock and roll.
Y no sólo conoció a Elvis, sino que también a Ringo Starr, en un vuelo de Los Ángeles a México. Recuerda que eran las 10:30 de la mañana: “Entonces yo estaba aquí y él estaba en la otra fila y pasan ofreciendo si quería algo de tomar. “A mí deme un agua natural”. Y le preguntaron a él y dice: “rum and coke”. ¡A las 10:30 de la mañana! Ringo Starr”, cuenta entre risas.
No hablaron mucho, sólo intercambiaron un par de palabras.
-Yo le dije ¿Y por qué usted no hace conciertos?
– Yo solamente hago discos, dijo.
Lucho disfruta de Santiago. A sus más de ochenta años recorre la ciudad en un Mercedes Benz de su amigo Raúl Labán y conoce a más de un fan. Uno de ellos es el ex Presidente del Ecuador Rafael Correa, quien estaba de visita en Chile en 2010. A Correa le gustan las guitarreadas y cantar, por lo que no desaprovechó la oportunidad de cantar con el rey del bolero. Recuerdo haberlo escuchado decir: “Hemos subido de categoría, estamos cantando con Lucho Gatica”.
Desayunos, almuerzos y comidas venían siempre acompañados de las variadas anécdotas del famoso intérprete. Anécdotas y vivencias con Frank Sinatra, Atahualpa Yupanqui, Charles Aznavour, Mario Vargas Llosa, Ava Gardner, Armando Manzanero, Pedro Vargas, entre muchos otros colegas de la época.
A Ava Gardner la conoció en Madrid una noche de verano, esas noches en que a las nueve todavía están soleadas. Había dejado el recado de que no lo despertaran antes de las 7:00 de la noche, y así fue.
-A las siete de la noche me despierta, me dice: ‘My name is Ava Gardner’
-Y le digo yo: ‘My name is Frank Sinatra’.
-Oh!, se enojó.
-You don’t belive me?
– I’m sorry, I don’t believe you.
-My suite number is 315316
-Llamé al pianista, al cuarto de él, y le digo: ‘Oye, Jorge, tú sabes que me llamó la señora Ava Gardner’.
-¿Y qué haces, tarado que no la vas a ver?, me dice.
-Y fui. Toco el timbre. Me dice: And now you believe me?
– Yes.
-Come in.
-Y pasé. Me lleva al lugar donde tenía todos los discos míos, ¡todos los discos míos!”, cuenta con una gran sonrisa.
Al día siguiente, Lucho la invitó a almorzar y luego ella sugirió ir a un bar de flamenco.
– Y la llevé al Corral de la Morería. ¿Sabes a qué hora terminó la fiesta? Yo después salí a bailar con ella. ¡A las 7 de la mañana! Cerramos el Corral” recuerda.
Después de eso ella regresó a Inglaterra y él a Nueva York.
Ahí, en la gran manzana, Lucho se presentaría. Estaba con su esposa, Mapita Cortés, y le informaron que Ava Gardner le esperaba junto a su hermana. “Le digo yo a Mapita, que habla muy bien inglés, ‘¿por qué no vas y le dices que tú eres mi esposa?’ Y bajó, y yo también”, comenta.
Se saludaron y luego Lucho cantó: “Yo sabía la canción que a ella (Ava Gardner) le gustaba. Y yo la voy a cantar, pero a guitarra, y la canté con la guitarra. ¿Cómo se llama la canción? “Nadie me Ama”. Se la canté, pero no podía decir que se la dedicaba a ella porque se armaba un escándalo ahí espantoso”.
Se despidieron, y tiempo después volvieron a encontrarse en Nueva York, después de un show de su amigo Frank Sinatra.
– Y yo la fui a saludar. “¡Ava!”, le digo.
-Oh, Lucho, how are you?
-Y me preguntó por mi esposa: “where is your wife?”
– Over there.
-Ok, I’ll see you later with Frank.
– Y esa fue la última vez que la vi, cuenta.
-Nunca vi a una mujer más bella, no se ponía nada en la cara, todo en ella era natural. Hermosa mujer. Ni la Elizabeth Taylor, ni la otra, la rubia famosa… Marylin Monroe, comenta.
Lucho asegura que nunca nada pasó entre él y Ava Gardner, que solamente eran amigos. Pero claro, le gustaba.
-Por supuesto, si estaba como quería (ríe). Así que ya le digo, estaba como quería la señora. Guapísima. Nunca vi a una mujer más bella que ella. Nunca, jamás.
Momentos de dicha tuvo por montones en su vida en México y en Los Ángeles, y en todos los países que visitó para cantar. Pero el momento más feliz de su vida dice que fue cuando su mamá, que nunca había viajado fuera de Chile, le sorprendió al presentarse sobre el escenario, en Cuba, cuando había terminado de cantar cuatro de sus éxitos. Cuenta que lloraba, y que con él lloraba toda Cuba. Un país que no volvió a pisar desde que Fidel Castro tomó el poder.
Y el momento más triste también está relacionado con su mamá, cuando ella murió. Lucho había viajado a Chile para acompañarla en una operación, y la dejó recuperándose porque tenía que volver a grabar una película en Puerto Rico. Fue ahí cuando, mientras jugaba tenis, se enteró de su muerte.
-“Y fue la última vez que la vi, ella estaba en el hospital… bueno, menos mal que la vi con vida después de la operación. No quería yo verla muerta. No, para nada. En fin, todos vamos a seguir el mismo camino. Estamos de paso”, comenta, y sonríe emocionado.
Luego de esta entrevista, que duró dos horas, “más larga que Lo que el Viento se Llevó”, como él mismo Lucho dijo, el rey del bolero partió hacia el aeropuerto para volver a México. Viajó de traje, como se solía hacer tiempo atrás.
Ese fue el último recuerdo que me dejó este artista que grabó 13 álbumes de estudio, el último a los 85 años, pero que cuando joven se ponía tan nervioso que no quería cantar junto a sus hermanos en las juntas familiares.
-No, yo no canto
-¿Por qué?
-Me da mucha vergüenza”
-No, no, no, tú tienes que cantar, porque llegó tu hermano, tenemos que celebrarlo.
– Bueno, yo canto detrás de la puerta.
«Era muy vergonzoso, y canté detrás de la puerta. Pero quién me iba a decir a mí que yo iba a cantar y a ser profesional del canto, del bolero, del folclore, de los tangos, canté de todo”.