El amor como punto nodal de la existencia humana, su valoración como tal y la lucha por accionar desde el amor, de los amores, es, tal vez, uno de los actos políticos más radicales de los que se puede tener conciencia. Creo que se hace importante explicar esta aseveración, porque las frases bonitas suelen convertirse en palabras huecas y clichés si no se sostienen en una reflexión real. El amor es un acto radicalmente político y diría que incluso revolucionario, toda vez que –como el arte– es una acción gratuita, a menudo de la que se toma conciencia de forma retroactiva (no decimos, “voy a enamorarme de esto o aquello”, decimos, “estoy enamorada o enamorado de esto o aquello”).
En un mundo capitalista donde, como ya vio Marx hace un siglo, la fetichización del dinero termina por hacer que nos relacionemos con el peculio y el capital como si fueran personas o cosas reales, dotándolos de un valor que no poseen y alienándonos de las relaciones humanas en su carácter más profundo, en ese mundo precisamente, amar es una acción subversiva, pues su carácter generoso, gratuito y único desvincula al amor por completo del mundo del capital. De hecho, la prueba es que el amor, por cliché que suene, no se puede comprar… Se puede comprar a alguien que actúe como si nos amara, podemos comprar los efectos del amor (una caricia, una palabra dulce, apoyo, escucha y contención), pero no compramos el sentimiento del cual emergen estas acciones.
En cierto sentido, el viaje que propone Santi Senso, el artista multidisciplinario español que viene en el marco de Santiago Off y de la escuela de actuación y casting Matus Actores a desarrollar diversos talleres de actuación y la obra teatral Casta, peste y eternidad reflexiona y escenifica ese concepto de amor, en tanto es una acción que, por naturalizada, no logramos ver como la manifestación de nuestra más profunda identidad.
El trabajo de Senso, con 20 años de trayectoria ya, se sustenta en un lenguaje que él mismo ha creado, los “actos íntimos”, un modo de erigir la técnica actoral desde la vulnerabilidad, desde la incertidumbre, desde la falla y la acción como lugares de la creación.
La pregunta, frente al nombre “actos íntimos”, surge inmediatamente: ¿dónde está lo íntimo de esas acciones? Para Senso, se trata de un lenguaje particular.
“Para el lenguaje de los actos íntimos”, nos dice, “no hay secretos y todo lo que se expone, se verbaliza; lo que se visualiza se convierte en íntimo. Es una poderosa acción: ¿qué es, cómo es? ¿Cuándo está presente la vergüenza? Siento que la vergüenza es la luz y que aparece provocada por los demás y por ello, hasta que no accionamos, no sabemos si nos habitará esa vergüenza. El pudor es la oscuridad, lo interno y no solo afecta a lo físico, sino a la emoción que late en ese momento”.
Santi Senso desarrolla un espectáculo que nunca es del todo igual a sí mismo. De hecho, interpreta en una misma temporada la misma obra con diferentes actrices y actores, precisamente porque nunca es la misma obra; su trabajo se sustenta en la ebriedad e incertidumbre de la contingencia de un momento único, de un público irrepetible, de una acción corporal y emotiva que repele de la mecanización y se fundamenta en la posibilidad de la emergencia de la verdad escénica dotada por las acciones de los actuantes y la relación que es posible producir con el público, sin verdades absolutas, sin predisposiciones y desde la historia de quienes levantan la escena.
“Mi verdad como creador deja de ser real, honesta, cuando impongo una ‘verdad absoluta’, yo me expongo sin ‘verdad absoluta’, sino con ‘amor absoluto’. Mi biografía es la que he vivido y no sabría inventármela, fingírmela, no me interesa engañarme. El público o el lector participa abierta o discretamente de la dramaturgia/historia/viva que mostramos, responsabilizándonos del legado que estamos dejando… no sé cómo lo hago. Lo hago, deconstruyo sin destruir lo ya construido, nuestra historia”, declara el creador español.
El trabajo de Senso, que se podrá ver el 24, 25 y 26 de enero a las 21:00 hrs. en Teatro del Puente apela, sin duda, a un modo de pensar, imaginar y crear el teatro desde lo que podría considerarse una paradoja, un método que no se organiza de modo tradicional, pero que supone posibilidades, modos, caminos de articular la actuación, precisamente de algo que todas las personas compartimos (y probablemente los artistas de modo superlativo), la inseguridad, la necesidad de ser amados, la búsqueda de la valoración en el inconmesurable bosque de la vida.
Obra Casta, peste y eternidad, una apología del amor en Festival Santiago Off.
En Teatro del Puente.
24, 25 y 26 de enero, 21:00 horas.
Entrada única: $3.000. Entrada en línea: $3.500. Boletería del teatro abierta 1 hora antes de cada función.
Duración: 1 hora y 20 minutos.