CULTURA
La nominación al Goya a mejor película iberoamericana es el “broche de oro” para “Los perros”, un filme chileno que ha dado a su equipo muchas satisfacciones, especialmente por el hecho de que “ha dialogado con todo el mundo porque conecta con la naturaleza humana”, afirmó a Efe su protagonista, Antonia Zegers.
“Es una película con la que partimos en Cannes, que es donde cualquier película quiere empezar, luego en San Sebastián conseguimos el premio Horizontes Latinos, ha sido un vuelo muy bonito y lleno de satisfacciones”, señaló Zegers, quien estará presente en la gala de los Goya el próximo sábado.
Una ceremonia que se toma como la coronación para esta película dirigida por Marcela Said y en la que Zegers interpreta a Mariana, una mujer de la clase alta que conoce a Juan (Alfredo Castro) un exmilitar investigado por abusos de derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet y que ahora es su profesor de equitación.
Una historia que, pese a partir de algo a priori muy local, se sale del ámbito nacional porque es un retrato de la ambigüedad, de las contradicciones de la protagonista y, como reflejo, del ser humano en general.
Fueron esos elementos los que atrajeron a Zegers. “No estamos rodeados de héroes, todos somos seres contradictorios, con valentías y miedos al mismo tiempo”, explicó la actriz, quien valora especialmente de Said el hecho de que aporta “una mirada muy particular, femenina y oblicua” a los temas de su país.
Said mira “por la ventana trasera, desde donde nunca se ha mirado nuestra realidad”, resalta Zegers, cuyo principal desafío en esta película fue precisamente el “entrar en las zonas oscuras”.
Porque Mariana “es una mujer no definible, fuerte pero no lo suficiente como para romper con todo, frágil pero no tanto como para ser sometida por su clase”, preció Zegers.
Llena de sutilidad, la película se adentra en un mundo complejo, el de las repercusiones aún presentes en Chile por la actitud tolerante de muchos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Los llamados ‘cómplices pasivos’ que salieron indemnes pese a su colaboración con el régimen dictatorial, muchos de los cuales pertenecieron a esa burguesía que retrata Los perros.
“Creo que es el cuento de nunca acabar, la ficción se sirve de la historia y la historia de la ficción”, declaró Zegers, quien considera que hay que seguir haciendo este tipo de películas sobre el nazismo o las dictaduras porque “verlas es interesante para comprender la naturaleza humana”.
Y hacerlas desde una cierta distancia es importante “porque te permite mirar sin querer ser testimonio, solo observar la naturaleza humana para intentar comprenderla pero no juzgarla”.
Eso es lo que hace Said en Los perros, donde los protagonistas no son ni buenos ni malos. Ni siquiera el coronel es retratado como un monstruo, sino como alguien que mantiene una vida normal mientras espera a ser juzgado.
Un retrato en el que la mirada y el rostro de Alfredo Castro son imprescindibles y facilitaron mucho la labor de Zegers.
Ella se incorporó a la película cuando Castro ya estaba en el proyecto y fue algo que le encantó porque tiene con él una intimidad y confianza que les permitió desarrollar la compleja relación que mantienen en la ficción.
“Cuando estoy rodando con él sé que van a pasar cosas y que no las tengo que planear, solo me tengo que colgar de su mirada, es un actor al que me entrego en cuerpo y alma”, explicó Zegers, que ya trabajó con Castro en Post Mortem (2010).
Otra historia que, al igual que Los perros, constituye el tipo de cine que le gusta a la actriz, que busca poder contar historias distintas y desde diferentes ángulos.
“El ejercicio de mi profesión me apasiona, ser testimonio de nuestra historia, de la naturaleza compleja del ser humano y compartirlo con la audiencia”, resume.
