La historia de una empleada doméstica y el éxito de la actriz principal de la película «Roma» reabre en México el debate sobre el racismo, la diversidad y la tolerancia.
El clasismo y el racismo son los temas principales que aborda la película Roma, del director mexicano Alfonso Cuarón. Su éxito ha dado la vuelta al mundo, rompiendo récords en premios internacionales. Incluso en los Premios Óscar se le nominó como mejor película, mención rara vez otorgada a producciones extranjeras. Su protagonista, Yalitza Aparicio, ha sido también ovacionada por el público, al tiempo que suscita fuertes críticas por su ascendencia indígena.
El clasismo que se muestra en la película revela uno de los rasgos más vergonzosos de los mexicanos: la veneración a la piel blanca. Roma, además de invitar a los espectadores a la nostalgia, hace una reflexión sobre el poco cambio que se ha producido en las estructuras sociales. Y la realidad actual no es lejana, ya que el trato que recibe Marina de Tavira, actriz secundaria, en comparación con Aparicio, es un ejemplo de esto. De Tavira no ha sido objeto de comentarios racistas ni ofensas por su actuación, pues su imagen, blanca y de cabello claro, no rompe estructuras.
Al respecto, actrices mexicanas han señalado que les llama la atención que alguien cuya apariencia va en contra de los cánones de belleza pueda triunfar en EE. UU. y ser portada de revistas de moda. Incluso comentaristas de medios de comunicación han pedido en público a la actriz que se vista de indígena en las ceremonias de premiación. «Esto es un reflejo de las posiciones de privilegio y del racismo tradicionales en México. Las reacciones más despectivas provienen de gente que no tiene la menor oportunidad de ganar un premio en su vida. Son muestras de envidia al talento y al éxito ajeno”, comentó en entrevista con DW Federico Navarrete, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«La élite mexicana cree que los espacios de poder le pertenecen. El privilegio racial, las personas blancas, ocupan lugares prominentes en la sociedad, y ahora se sienten amenazados y con coraje”, agregó Navarrete, también escritor del libro ‘México racista: Una denuncia’.
«En México el ascenso social implica el blanqueamiento, de forma literal. En el país existen incluso cremas para aclarar la piel. La blancura es una aspiración; se la asocia con la posición económica, con sofisticación y el ser cosmopolita”, dijo a DW el investigador Navarrete.
Prieto, moreno o negro son adjetivos despectivos en la sociedad mexicana. Lo que resulta sorprendente, ya que más del 80% de la población tiene tez oscura, según estudios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Lo que permite concluir que la imagen de Aparicio es el verdadero rostro de México, muy a pesar de las críticas que recibe.
Que una mujer indígena logre el éxito significa mucho para la sociedad mexicana, ya que ese sector es el más marginado en términos económicos, en cuanto al acceso a la educación, a la salud y a los derechos reproductivos. Tan solo el tener tez morena, en México ya es motivo de discriminación. De acuerdo a estudios del INEGI, el color de piel influye en el nivel de estudios y en las oportunidades laborales que tiene la gente. Un 72.2% de los entrevistados para esas investigaciones considera que sí hay racismo, y 47% señala que los indígenas no tienen las mismas oportunidades para obtener un trabajo, mucho menos si es un puesto directivo.
Aparicio, de 25 años de edad, es hija de una mujer triqui y un hombre mixteco. Ambos provenientes de los pueblos indígenas del estado de Oaxaca. En la película Roma, ella interpreta a Cleo, trabajadora doméstica de una familia de clase media en la Ciudad de México. El personaje está inspirado en Liboria Rodríguez, la niñera que cuidó al cineasta Alfonso Cuarón en sus años de infancia. Cleo remueve las conciencias y exhibe las desigualdades raciales y sociales de las personas indígenas en México. Tanto el personaje como la propia actriz han sido temas de controversia. Por un lado, la sociedad se enorgullece de mostrar al verdadero México; mientras que, para otros, Yalitza y Cleo tienen historias de vida que no merecen ser contadas.
«Pinche india” fueron las palabras de un actor mexicano al referirse a Aparicio y a su nominación como mejor actriz. Ésta es tan solo uno de las tantas ofensas que ha recibido. «Ella no sabe actuar, no debería estar nominada”, «Ella no actuó, ella así es”, son otros de los comentarios más comunes que se manifiestan en redes sociales. Por su parte, Yalitza Aparicio ha sido reconocida en el mundo por su actuación, incluso ha ganando el premio a la Nueva Actriz, uno de los galardones del cine de Hollywood.
Ahora, Aparicio brilla en un mundo destinado, en su mayoría, a gente de rasgos caucásicos. Ella, así como la película Roma, han reabierto el debate sobre las desigualdades. La actriz principal, gane o no la estatuilla de los Óscar, ya es una figura de inspiración para todos las mujeres morenas e indígenas. Pues su historia rompe todos los paradigmas.