El pasado año un grupo de investigadores del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) se embarcó a bordo del buque científico AGS-61 Cabo de Hornos, rumbo a la Fosa de Atacama, de 8 kilómetros de profundidad, con el propósito de desentrañar los misterios que albergan las profundidades de este desconocido e inhóspito hábitat. El documental «Atacamex», que registró la aventura, se estrena este martes en Concepción.
Un documental sobre la exploración que realizó en 2018 un grupo de científicos chilenos de la Fosa de Atacama, una de las más profundas del mundo en el océano Pacífico, con hasta 8 kilómetros de profundidad, será estrenado este martes en Concepción.
Atacamex: Explorando lo desconocido es una obra del cineasta Julián Rosenblatt, que fue el encargado de filmar la odisea, tan compleja y costosa que ha sido comparada con una misión espacial.
«Era un grupo que hacía algo que nunca antes se había hecho, y acompañarlos en el proceso movilizó todas las emociones que uno pueda tener», sintetiza el director.
Osvaldo Ulloa, director del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), actor principal de la iniciativa, la destaca por «haber podido acceder por primera vez al lugar más profundo del Pacífico Sudoriental utilizando recursos propios del país».
La exhibición será el martes 18 de junio a las 19:00 horas en el Teatro de la Universidad de Concepción.
Desde el IMO resaltan que, mientras que la Luna ha sido visitada por doce personas a lo largo de la historia, a las mayores profundidades de nuestros océanos únicamente han llegado cuatro seres humanos.
La idea de explorar y estudiar la Fosa de Atacama nació el año 2013, cuando los impulsores del proyecto postularon al concurso de institutos en ciencias naturales de la Iniciativa Científica Milenio (ICM).
En el equipo científico de la expedición, que se realizó a bordo de un barco de la Armada, el AGS-61 Cabo de Hornos, participaron 24 personas, incluyendo a investigadores, ingenieros, profesionales técnicos y estudiantes.
Los costos fueron por sobre el medio millón de dólares, correspondientes al instrumental oceanográfico utilizado –incluyendo a «Audacia», el vehículo de océano profundo diseñado y construido principalmente para la expedición–, las horas del buque Cabo de Hornos y los costos de operación.
El documental muestra los principales eventos de la ya célebre expedición Atacamex, incluido el uso del vehículo autónomo “Audacia”.
Para Rosenblatt, «este proyecto se presentaba como el gran desafío de la exploración y desde que comenzaron a gestar la idea estuvimos atentos al llamado para abordar», a fin de acompañar a este grupo «osado y audaz» de científicos. Participar en una expedición que pretendía explorar un territorio desconocido «inmediatamente capturó mi atención», recalca.
El cineasta afirmó que la iniciativa era «importante y motivante, porque estaban explorando lo desconocido y hubo grandes desafíos técnicos y humanos». «Me siento muy afortunado de haber podido participar» en un proyecto que debió crear una tecnología «que no existía» y probarla.
«La historia en sí es apasionante», insistió. Además «la incógnita de saber si se iba a lograr el objetivo tenía una carga emocional que hacía necesario contar esta historia».
Rosenblatt ha participado en proyectos audiovisuales, principalmente de divulgación científica, desde el año 2008, como La Travesía de Darwin, ganador del Premio XXVI Bienal de Cine Científico, España, y Mentes Brillantes, serie documental de 30 episodios que narra la historia de la ciencia en Chile, a través de los premios nacionales. También ha dirigido la colección de documentales educativos de la colección Las Fuerzas.
Ulloa señala que el principal desafío fue contar con el instrumental necesario para poder hacer mediciones oceanográficas y colectar muestras a las grandes profundidades de la Fosa.
También poder contar con el tiempo de buque para realizar la expedición: en esto Conicyt fue clave, dice. Por último, para apalancar los recursos suficientes para el instrumental y la operación, además de los fondos de ICM, hubo que utilizar fondos de otros proyectos (como de Fondecyt) e, incluso, conseguir aportes privados de particulares, añade.
¿Cuáles fueron los principales hallazgos del «Audacia»?
«Todavía estamos analizando los resultados, pero al parecer tenemos nuevas especies y por primera vez una caracterización física y química de las masas de aguas de la Fosa», responde.
Para el científico, Atacamex fue solo el comienzo, donde –además de llegar al lugar más profundo– se obtuvo una “primera foto” de lo existente allí.
«El desafío es llegar a entender cómo funciona el sistema a esas profundidades extremas, no solo desde el punto de vista oceanográfico, sino que también geofísico, ya que los mismos fenómenos naturales que dan origen a la Fosa son responsables de los grandes terremotos y tsunamis en Chile», puntualiza.
«Para ello, además de nuevas expediciones, deberíamos de instalar instrumental con diversos sensores que permitan hacer observaciones por periodos extendidos, un desafío mucho mayor», concluye.