La obra, de los directores Francisco Obrador y Flavio Morales, es protagonizada por Amos Belony y cuenta una historia de sacrificio y esfuerzo que refleja la realidad de miles de haitianos que viven hoy en Chile. El filme es parte de seis documentales de la serie Opinadocs que presenta el diario El Mostrador. «Cuando te adentras un poco en sus vidas, te das cuenta de que los chilenos los hemos estafado, utilizado, abusado y hemos visto en la migración solo un beneficio productivo, mano de obra a bajo precio. ¡Es triste!», lamenta Obrador. «Hay gente con valores y principios rescatables que viene a nuestro país con la voluntad de hacer un aporte. Hay que saber ver ese aporte, entenderlo y darle el valor que corresponde. En lo personal, creo que esta nueva fuerza migratoria es la que va a sacar adelante a nuestro país y lo hará culturalmente más rico y diverso, siempre y cuando les demos las oportunidades para hacerlo», señala.
Un cortometraje sobre la vida de un universitario haitiano que trabaja en La Vega de Santiago es parte de la serie de seis documentales Opinadocs que presenta este jueves el diario El Mostrador.
La meta es presentar obras para abordar distintas problemáticas de nuestra sociedad, en temas tan diversos como las drag queens, el patrimonio cultural o la migración y, luego, promover su circulación en festivales locales e internacionales
En el caso de Muscle, de los directores Francisco Obrador y Flavio Morales, es protagonizada por Amos Belony y cuenta una historia de sacrificio y esfuerzo que refleja la realidad de miles de haitianos que viven hoy en Chile.
Morales explica que la idea del corto surgió con comenzar a hacer contenidos para aportar una visión de lo que estaba pasando hoy en nuestro país.
«El tema de la migración estaba sonando mucho entre nuestros cercanos», comenta. «Personalmente me di cuenta de que estábamos en un gran problema de discriminación cuando escuché a un familiar riéndose y hablando muy mal de un haitiano que había conocido. Pensar que tu propia familia está fomentando la discriminación, hizo gatillar la necesidad de poder crear una pieza audiovisual».
Obrador destaca la importancia de reflexionar sobre uno de los procesos culturales más potentes que ha vivido Chile en su historia reciente.
«La llegada de miles de inmigrantes al país en busca de nuevas y mejores oportunidades no solo ha cambiado la geografía humana, también ha invitado a cuestionarnos quiénes somos los chilenos realmente, qué clase de anfitriones queremos ser y cómo reaccionamos frente a los cambios culturales y demográficos «, señala. «La visión de un inmigrante haitiano tratando de abrirse camino a pulso en un país que a veces no es lo que aparenta, fue la principal motivación».
Actualmente los haitianos son la tercera colonia migrante en Chile, superada solo por Venezuela y Perú, según un informe oficial de abril pasado. Suman unas 180 mil personas y se desempeñan en sectores tan variados como la construcción, la agricultura y el comercio.
En el caso de Muscle, los realizadores escogieron primero el escenario y fue allí donde encontraron a su protagonista.
«Escogimos el Mercado Lo Valledor, que es el principal lugar de abastecimiento de todas las ferias De Santiago e incluso La Vega. Por lo mismo, es un espacio gigantesco, lleno de vida y movimiento, con sus propias reglas y horarios, un pequeño país dentro de otro país. Apenas cruzas las puertas te das cuenta que estas en un lugar especial, se respira una diversidad cultural donde el efecto de la migración adquiere otra escala», apunta Obrador.
Para Morales, Lo Valledor tiene la ventaja de «poder mostrar una realidad cruda, donde es el esfuerzo lo que hace ganar el dinero».
«Era fundamental poder contar la historia desde un punto de vista donde los ambientes no son muy hostiles, donde la mayoría de nosotros pensamos que ese tipo de trabajo los hace gente que no tiene una claridad, pero muchas veces erramos, ya que lo hacen por necesidad y por la falta de oportunidades», añade.
Él recuerda que, tras buscar a un haitiano en distintos lugares, un día fueron a Lo Valledor en la búsqueda del personaje. «No muchos querían conversar con nosotros, hasta que Amos (el protagonista) se nos acercó. Fue mágico».
«Llegar hasta Amos fue un proceso súper natural, casi como que él nos escogió a nosotros», complementa Obrador. «De hecho, cuando estábamos haciendo las primeras visitas a Lo Valledor con Tiare (la productora), él mismo se nos acercó con deseos de participar. A los pocos minutos de conversación nos dimos cuenta de que habíamos encontrado a una persona especial, y fueron finalmente su manera de ser, su historia y sus palabras las que moldearon el contenido».
Los directores querían un hatiano porque, más allá de los colombianos y venezolanos que llegan a Chile, «los haitianos son completamente distintos a nosotros, hablan otro idioma, se ven distintos y porque son los más discriminados en Chile», en palabras de Morales.
Para Obrador, la idea de un migrante haitiano por sobre otra nacionalidad tuvo que ver con la distancia cultural que existe.
«Por ejemplo, la barrera idiomática ya los distingue de la migración de otros países latinoamericanos y condiciona de manera distinta su vida en Chile. Para ellos el shock es más fuerte y, en lo personal, creo que el espacio y las oportunidades que les hemos otorgado no solo son cuestionables, también han causado en ellos un estigma. Amos habla cuatro idiomas, estudió leyes en su país de origen y, cuando conversas con él, no solo percibes su gran inteligencia, te sorprendes con sus fuertes convicciones y capacidad de análisis».
Aunque en parte del corto su protagonista habla en español, también lo hace en creole, su idioma nativo. ¿Por qué los realizadores quisieron incluir este idioma, que es una mezcla de francés y lenguas africanas?
«Compartiendo con Amos, previo y durante el rodaje, te vas dando cuenta que el idioma es una barrera que dificulta la elaboración de ideas complejas o las reflexiones más profundas», contesta Obrador.
«Cuesta más conectar, es un hecho. Siempre me pareció lo más justo poder darle la oportunidad a Amos de expresarse en su lengua de origen, para que pudiera fluir más fácil su capacidad de análisis y sobre todo sus emociones. Flavio capturó un bello momento al atardecer, cuando hablaba en creole».
En definitiva, de esta manera Amos pudo conectar de manera más emotiva con sus experiencias en Chile, expresa Obrador.
Finalmente, consultados sobre el mensaje que quisieron transmitir con este corto, Obrador responde que se «quedaría feliz sabiendo que logramos al menos llamar la atención e invitar a hacer una pequeña reflexión sobre el proceso migratorio que vive Chile» y ojalá poder estimular un cambio de visión frente a la migración y frente a las personas de distintas culturas que se están sumando a nuestro proyecto de país.
«Cuando te adentras un poco en sus vidas te das cuenta que los chilenos los hemos estafado, utilizado, abusado y hemos visto en la migración solo un beneficio productivo, mano de obra a bajo precio. ¡Es triste!», lamenta.
«Hay gente con valores y principios rescatables que viene a nuestro país con la voluntad de hacer un aporte. Hay que saber ver ese aporte, entenderlo y darle el valor que corresponde. En lo personal, creo que esta nueva fuerza migratoria es la que va a sacar adelante a nuestro país y lo hará culturalmente más rico y diverso, siempre y cuando les demos las oportunidades para hacerlo».
Para Morales, la idea principal era poder mostrar cómo algunos seres humanos se sienten superiores a otros y cómo los propios miedos e inseguridades «hacen que tengas que apuntar a alguien para tú sentirte mejor».
«La mayoría de los chilenos pensamos que los haitianos no tienen mucha claridad de vida y que solo ejecutan, pero, como vemos en el corto, es nuestro personaje el que entiende mucho mejor la vida, con sus metas claras y la capacidad de enfrentar sus miedos», concluye.
