El ajuste abrió nuevas oportunidades de financiamiento, señalaron este miércoles el cineasta Sebastián Lelio y el productor Sebastián Freund. En el marco de la polémica que suscitó la eliminación de la ayuda cinematográfica de la entidad financiera estatal, Freund adelantó que los malos argumentos del BancoEstado han hecho que otras instituciones financieras se acerquen, porque apoyar el cine nacional implica un retorno en valoración de marca de 100 veces la inversión como mínimo. Lelio, por su parte, apuntó que los logros que ha tenido el cine chileno en el último momento se derivan de «un uso inteligente de los escasos recursos disponibles, más en un mercado pequeño como el chileno, donde además mantener la continuidad en la creación cinematográfica exige un gran esfuerzo y voluntad».
El recorte de fondos del BancoEstado para el cine chileno abrió nuevas oportunidades de financiamiento, según señalaron este miércoles el cineasta Sebastián Lelio y el productor Sebastián Freund.
Ambos fueron entrevistados por el editor general de El Mostrador, Héctor Cossio, en el marco de la polémica que suscitó la eliminación de la ayuda cinematográfica de la entidad financiera estatal, sumado esto a otro del Consejo Nacional de Televisión.
En el caso de BancoEstado, se trataba de unos 200 millones de pesos que eran otorgados desde 2004, y se destinaban principalmente a la distribución, según explicó Freund, presidente de la Asociación de Productores de Cine y Televisión (APCT).
Se trata de un monto menor, tomando en cuenta que, en enero de este año, BancoEstado informó que sus utilidades en 2018 alcanzaron los $356 mil millones, con lo cual el fondo eliminado del cine chileno representa apenas el 0,5% de ese monto.
«Con este fondo difundíamos la película con afiche, tráiler y campaña de marketing, así como el paso del celuloide al digital», señaló Freund. «Era un aporte súper relevante para esa etapa», especialmente tomando en cuenta que cada año se estrenan unas 40 cintas.
«Una película como ‘Avengers’, que la conoce todo el mundo, se gasta 50 millones de dólares en difusión», comparó.
Uno de los argumentos de BancoEstado era el escaso retorno del fondo, aun cuando apoyó cintas emblemáticas como Una mujer fantástica, ganadora el Oscar en 2018. Otro factor insólito es que jamás realizó un estudio sobre los retornos de la inversión, según Lelio.
«Es contradictorio», comentó el director. «Uno lo puede ver desde el punto de vista cuantitativo y la cantidad de gente que ve una película, como que el logo es todo lo que una película puede dar. Pero una película genera bienes intangibles que van mucho más allá que esa dimensión», planteó.
En el caso de Gloria, por ejemplo, llegó a 150 mil espectadores en Chile, pero en el mundo superó el millón solo en salas de cine, sin contar la televisión, Internet y streaming. Otras cintas más masivas, como varias de Nicolás López, hacen que Lelio aventure el retorno para la marca BancoEstado en unas 100 veces, mínimo.
Además, «no pasa solo por la cantidad de espectadores, sino por las funciones que el cine cumple, como darle rostro a un país y visibilidad a toda una cultura», destacó. Por eso estos recortes de fondos «nos dejan muy desconcertados» y da la impresión de que «estamos abandonados a nuestra suerte», apuntó.
Freund señala que en Chile una película estándar cuesta un millón de dólares, tomando en cuenta los actores, locaciones y un equipo de al menos 25 personas.
En ese sentido, señaló que el tema del financiamiento en nuestro país es precario, en especial con comparación con países como Argentina o Brasil.
El INCAA trasandino, por ejemplo, subsiste gracias a una parte del valor de la entrada del boleto de cine y otro impuesto a las televisoras, con lo cual llega a un fondo de 100 millones de dólares.
En Chile, en cambio, los aportes de Corfo, CNTV, BancoEstado y DIRAC llegan a apenas 15 millones de dólares, con una Ley de Donaciones Culturales que Freund calificó de deficiente y burocrática. En comparación, en México el 70% proviene de esta última modalidad.
Lelio agrega que, paradójicamente, los logros que ha tenido el cine chileno en el último momento causan la falsa impresión de que ya no necesita financiamiento local, cuando en realidad lo que ha habido es un uso «inteligente» de los escasos recursos disponibles, más en un mercado pequeño como el chileno, donde además mantener la continuidad en la creación cinematográfica exige un gran esfuerzo y voluntad.
Sin embargo, los creados no se quieren quedar en lamento.
Para Lelio, lo ocurrido es una «oportunidad» para que el cine local se mire al espejo y se revalore.
«No se trata de asistencialismo, sino del valor que una cultura aporta a una sociedad», expresó, «al tejido social, a la generación de identidad, más allá de la generación de puestos de trabajo».
Freund resaltó que el tema BancoEstado ha servido para que haya habido «acercamientos de otro banco diciendo ‘tal vez esta es una oportunidad, ya que el BancoEstado está ciego’. Que otra empresa que tiene cierta relación con el entertainment esté interesada –ya tenemos reuniones con ellos esta semana– es una súper oportunidad».
«Chile es hoy conocido en el mundo por su arquitectura y su cine», remató Freund, al destacar que el cine local hoy está en las grandes ligas, al nivel de México o Argentina, gracias al talento de sus artistas y premios como los Oscar y los Emmy, con presencia a nivel de festivales y en coproducciones con plataformas como Amazon y Netflix.
«Es muy inculto dejar de apoyar a la cultura», remató.