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Incendios amenazan el permafrost del Ártico: descongelamiento podría causar reacciones en cadena irreversibles CULTURA

Incendios amenazan el permafrost del Ártico: descongelamiento podría causar reacciones en cadena irreversibles

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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El Ártico está sumido en una ola de calor extremo y se están dando los incendios más grandes desde hace 20 años. El fenómeno provoca el descongelamiento del permafrost, un hielo que tiene gran cantidad de materia orgánica, la cual es liberada en forma de CO2. «El rápido derretimiento, ya sea del permafrost o del hielo del Ártico, retroalimenta y acelera el cambio climático, lo que tiene consecuencias de alcance global, particularmente vía alza del nivel del mar y vía cambios en patrones de circulación», como viento, nubes y precipitaciones, advirtió Raúl Cordero, académico de la U. de Santiago.


Varios científicos chilenos expresaron su preocupación por una serie de incendios que actualmente se desarrollan en el Ártico y que agravan las consecuencias del cambio climático.

La zona está sumida en una ola de calor extremo y se están dando los incendios más grandes desde hace 20 años. El fenómeno provoca el descongelamiento de un hielo que tiene gran cantidad de materia orgánica, la que es liberada en forma de CO2, según un artículo de Deutsche Welle. Se trata del permafrost, un tipo de suelo congelado, que también existe en la Patagonia chilena, donde hay cantidades limitadas de este material.

«La gravedad radica en la extensión y lo inusual de un evento como este, un evento que no había sido registrado por lo menos en los últimos 17 años», alertó el geólogo Fernando Fernandoy, de la Universidad Nacional Andrés Bello. Este es el periodo en que se han venido monitoreando, mediante medios satelitales, los eventos de incendios forestales naturales de acuerdo a las observaciones hechas por agencias climatológicas como European Centre for Medium-Range Weather Forecast (ECMWF) y NASA.

«Todo eso no es normal», coincidió Fabrice Lambert, miembro del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de Chile, en un contexto donde los ocho meses usuales de niveles podrían reducirse a siete o seis.

Cuando hay nieve, la luz del sol se refleja, pero, si hay menos nieve, eso implica que la luz es absorbida, igual que su calor, lo que contribuye a un aumento general de la temperatura.

«Si se descongela el permafrost, que normalmente está congelado, continúa la putrefacción y descomposición de la materia orgánica, con lo cual se libera una gran cantidad de carbono a la atmósfera», detalló Lambert.

Según Fernandoy, se habla que la liberación de CO2 es de varias decenas de millones de toneladas de este gas «y eso claramente tendrá un efecto al largo plazo».

«Ocurrirá un efecto de retroalimentación, que quiere decir que, debido a estos incendios, habrá más CO2 en la atmósfera y, por lo tanto, el efecto invernadero irá en aumento, probablemente generando eventos más intensos en futuro», dijo el especialista de la UNAB.

Carbono negro

Raúl Cordero, académico de la U. de Santiago, señaló asimismo que en altas latitudes los incendios son particularmente problemáticos, pues también emiten material particulado (carbono negro).

«Al ser negro, el carbono negro absorbe radiación solar, por lo que al depositarse en la nieve o hielo contribuye a derretirla», explicó.

Agregó que la pluma de carbono negro de los incendios en Groenlandia afectan a la capa de hielo de la isla, mientras que los incendios en Alaska están estos días contribuyendo a derretir el hielo marino «en el mismísimo Polo Norte».

«En el futuro podemos esperar más incendios en altas latitudes y particularmente en el Ártico, la zona del mundo de más rápido calentamiento en el planeta. Este rápido calentamiento, además, afecta el permafrost, que al descongelarse libera gases de efecto invernadero», dijo.

Incendios

Aunque el verano facilita la propagación de incendios forestales, esta temporada en el hemisferio norte ha sido particularmente dura, con incendios forestales entre 4-5 veces más intensos (observados desde el espacio) que el promedio de largo plazo, añadió. Los incendios forestales hoy afectan con más frecuencia zonas de altas latitudes, como Siberia, Groenlandia y Alaska.

«Los incendios del 2019 son un brote anómalo de incendios cuya programación ha sido facilitada por las elevadas temperaturas del también anormal verano 2019», puntualizó Cordero.

La ola de calor de la semana pasada en Europa rompió varios récords con máximas antes nunca alcanzadas en al menos cinco países: Inglaterra 38.7° C, Alemania 41.7° C, Bélgica 41.8° C, Luxemburgo 40.8° C, Holanda 40.7° C.

«La masa de aire cálido que causó estas marcas ha seguido su curso al norte y esta semana causará una intensa ola de calor en Groenlandia, donde se esperan temperaturas más de 10º C sobre valores típicos», recalcó el académico de la U. de Santiago.

«El mes de julio terminará como el mes más cálido jamás registrado», alertó.

Sin permafrost en el sur

En el tema del permafrost, la diferencia del Ártico con Antártica radica principalmente en su configuración geográfica, ya que el primero es un océano rodeado por continente. Este continente comprende parte de Europa, Asia y Norteamérica, y que no está cubierto completamente por hielo como Antártica, explica Fernandoy.

«En el Ártico tenemos grandes extensiones de bosques y estepas y, por lo tanto, gran acumulación de materia orgánica proveniente de los restos vegetales, principalmente», señaló.

«En Sudamérica y en Chile también tenemos registros de suelo congelado o permafrost, pero que no presenta ni las características de materia orgánica ni de extensión que caracteriza al hemisferio norte. En Chile sabemos que existen en zonas de altura como el altiplano y la alta cordillera, pero estos no son tan importantes como en el hemisferio norte».

Alza del nivel del mar

Aunque la Antártica es mucho más fría que el Ártico y no tiene prácticamente superficies libres de hielo que hagan posible la propagación de incendios, el principal riesgo es el derretimiento del hielo, que podría aumentar el nivel del mar en hasta cinco metros, complementó Lambert.

«El problema que tenemos en el sur es con la cantidad de agua. Como la temperatura sube alrededor de la Antártica, se derriten las plataformas de hielo, especialmente en el oeste. Este derretimiento no es solo por arriba, sino también por abajo», dijo el especialista del (CR)2.

Un ejemplo es el desprendimiento de las plataformas de hielo en el caso de Larsen B en 2002 y Larsen C en 2017.

En el largo plazo esto podría llevar a un aumento del nivel de mar de hasta cinco metros, como se señaló, sobre todo porque el hielo que se recupera en invierno no supera el que se pierde en verano, agregó.

Fernandoy recordó que en el 2015, por ejemplo, se registró un máximo de +17.5° C en 2015 en la Península Antártica. Y alertó que estas olas de calor también están siendo más recurrentes y produciendo efectos sobre las masas de hielos, en especial en las zonas cercanas a la costa, donde hay una mayor circulación de masas de aire caliente.

Cambio climático en Chile

Los efectos más obvios del cambio climático sobre la Antártica son su derretimiento, el que a su vez contribuye al alza del nivel del mar en todo el mundo, incluido Chile, dijo a su vez Cordero.

La Antártica contribuye actualmente con alrededor del 10% del alza observada del nivel del mar, indicó.

«Además, los cambios de temperatura en latitudes antárticas también son problemáticos, pues producen anomalías en los patrones de vientos de alcance hemisférico, lo que a su vez afecta a los patrones de lluvias. Parte importante de la tendencia a la baja en las precipitaciones que afecta al centro-sur de Chile se explica por los cambios de temperatura en la Antártica», finalizó.

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