En el marco del plan de descarbonización anunciado en junio, se informó que dos termoeléctricas en Tocopilla de la empresa francesa Engie dejaban de funcionar. Una ironía, porque semanas antes esta misma compañía había puesto en marcha una nueva central esta vez en Mejillones, ambas de la región de Antofagasta, con más capacidad que las dos que se cerraban y un consumo de 228 toneladas de carbón por hora. Esta situación se torna especialmente dramática luego de conocerse un reciente estudio de la UC, que arrojó que los habitantes que son vecinos de termoeléctricas, como los de Mejillones, Tocopilla y Huasco, cuentan con los más elevados índices de cáncer de pulmón a nivel nacional y se enferman cuatro veces más que los de otras regiones.
Pocos meses después de la inauguración de una nueva termoeléctrica en la localidad de Mejillones por parte de la empresa francesa Engie, un estudio de la UC reveló las graves consecuencias de estas centrales en la salud de los habitantes de la zona.
Los habitantes de zonas con termoeléctricas se enferman hasta cuatro veces más, según una investigación difundida esta semana, que abarcó a las localidades de Huasco, Tocopilla y Mejillones.
En mayo pasado, la firma gala Engie (antigua GDF Suez) comenzó con las operaciones de la termoeléctrica Infraestructura Energética Mejillones (EIM), una central a carbón, en la región que cuenta con los más elevados índices de cáncer de pulmón a nivel nacional.
La puesta en marcha de esta nueva central coincidió, con apenas una semana de diferencia, con el lanzamiento del Plan de Descarbonización del Gobierno de Piñera, en el que anunció el cierre programado de dos termoeléctricas de la misma Engie en la zona de Tocopilla, de la misma región de Antofagasta. para este año.
La noticia celebrada por el oficialismo fue, sin embargo, duramente criticada por organizaciones ambientalistas, pues vieron en ella una macabra ironía que afectaba a los pobladores de esta zona de la región de Antofagasta.. Si la idea era descarbonizar la matriz energética, en esta zona estaba pasando todo lo contrario, ya que la sumatoria de la potencia instalada de las dos centrales de las que se anunció su retiro era menor que la potencia de la nueva central, que en ese mismo periodo comenzaba a funcionar. En concreto, en esta zona saturada había aumentado la carbonización.
La nueva planta, la mayor de Chile, consumirá 228 toneladas de carbón por hora, además de consumir una inmensa cantidad de agua.
En el caso específico de Engie, la nueva central costó mil millones de dólares y tardó cinco años en construirse. Para sumar apoyos, la firma gala accedió a entregar 1,5 millones de dólares a la municipalidad local para iniciativas sociales.
Al ser inaugurada la central a carbón, generó un duro rechazo, no solo entre los ecologistas, sino también en el mundo político.
“Finalmente, pone en cuestión todo lo que se señala públicamente respecto de la importancia que tiene el cambio climático, respecto de que se va a hacer la COP25 en Chile y que es muy importante», reclamó el presidente de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado, Guido Girardi.
«Son todas palabras que se las lleva el viento, porque al final lo que prima son solo los intereses económicos. Además, intereses económicos que tienen responsabilidad en dañar la salud de las personas”, criticó.
De acuerdo a fuentes de la industria, las dos centrales que se retiraron tenían altos costos operacionales. Además, la firma hizo el anuncio del retiro después de intentar vender las centrales y no encontrar compradores.
Fue en este escenario de magra perspectiva económica cuando la empresa suscribió oficialmente el “Acuerdo de Retiro de Centrales Termoeléctricas a Carbón” con el Ministerio de Energía, en el marco de los avances de la mesa “retiro y/o reconversión de centrales a carbón”.
En Mejillones viven actualmente 13 mil personas, de los cuales dos mil están en edad escolar. Las principales actividades económicas son la pesca y la minería, pero la bahía posee una fuerte actividad industrial.
Allí están las centrales termoeléctricas Punta Angamos, Mejillones y Atacama, pero además GNL Mejillones, plantas químicas como Molymet y Cementos Polpaico, entre otras, en un centro de alta productividad biológica, de acuerdo a los científicos.
«Actualmente la bahía, desde el punto de vista ecológico, presenta un elevado riesgo ante contingencias ambientales, principalmente por los compuestos químicos e hidrocarburos que actualmente están siendo manipulados en el sector. A esto se le suma el potencial riesgo a la salud humana», advierte un informe del Centro de Ecología Aplicada.
En un reciente estudio de la UC, realizado por el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, los investigadores evaluaron Tocopilla (expuesta a termoeléctricas a carbón de manera exclusiva), Mejillones (expuesta a un complejo industrial diverso, que incluye termoeléctricas a carbón) y Huasco (expuesta a termoeléctricas a carbón de manera exclusiva), en comparación con Caldera (no expuesta).
Los resultados fueron demoledores: las tres comunas poseen mayores tasas de mortalidad. Específicamente, la comuna de Tocopilla presenta un riesgo de morir 22% mayor, respecto a la tasa de mortalidad general del país.
Asimismo, al analizar la mortalidad por tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón, el estudio detectó un riesgo significativamente superior en la misma localidad, con un valor de 2,7 veces más riesgo respecto al país.
Por último, al observar los resultados de egresos hospitalarios por enfermedades del sistema respiratorio, Tocopilla y Huasco presentan riesgos relativos significativamente superiores respecto al país y a sus respectivas regiones. Tocopilla, de hecho, presenta un 76% más de riesgo de enfermarse por causas respiratorias respecto a la tasa de morbilidad del país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre la preocupante repercusión de las termoeléctricas en el desarrollo pulmonar, el incremento en el riesgo poblacional de infartos y los efectos en la capacidad intelectual.
En el caso de los niños, hay evidencias de alteraciones perinatales, disminución del cociente del desarrollo y cociente de inteligencia, menor desarrollo de la función pulmonar, mayor frecuencia de síntomas respiratorios (tos, sibilancias y dificultad para respirar), y mayor prevalencia de neumonía, entre otros.
El Mostrador intentó contactarse con la empresa para saber su opinión sobre los estudios de salud, sin resultados positivos.
Actualmente, en Chile operan 28 termoeléctricas a carbón. Tienen un fuerte peso en la generación energética: representan entre 38% y 40% de la generación del parque eléctrico nacional, según datos oficiales. Además, son las principales responsables de las emisiones de CO2 de todo el sector energético en Chile.
La localización y contaminación atmosférica de las 28 termoeléctricas se concentran en cinco comunas del país: Tocopilla, con siete unidades; Mejillones, con ocho; Huasco, con cinco; Puchuncaví, con cuatro; y Coronel, con tres.
En cuatro de estas comunas se superan las normas de calidad del aire y han debido ser declaradas Zonas Saturadas o Latentes de Contaminantes Atmosféricos y, en consecuencia, sometidas a Planes de Descontaminación.
Los expertos coinciden en que las termoeléctricas a carbón son extremadamente contaminantes. Afectan no solo a las personas, sino también el aire, el agua y el suelo.
En su proceso de combustión, estas centrales emiten diversos contaminantes atmosféricos, como dióxido de carbono, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y metales pesados como el mercurio, vanadio, níquel y plomo.