Sin embargo, al mismo tiempo el gobierno destinó $2.800 millones al Museo de la Democracia, el proyecto «estrella» del presidente Sebastián Piñera. «Parece exagerado cuando hay tantas necesidades», criticó el diputado Amaro Labra, presidente de la comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, que sesionó este lunes para debatir el tema.
Los recortes a cinco entidades culturales consolidadas en el Presupuesto 2020, además del sector audiovisual, frente a la destinación de millonarios fondos al Museo de la Democracia, el proyecto «estrella» del presidente Sebastián Piñera, sigue sacando ronchas entre los afectados.
Este lunes, el tema fue debatido en la comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, presidida por el músico Amaro Labra, quien se reunió con los encargados de los organismos afectados.
«No queremos más recortes», expresó el legislador, quien recordó que el año pasado el sector sufrió un hecho similar, cuando se debatió un tijeretazo por 30% que finalmente se logró revertir.
Este año, el sector cultural ya debió sufrir el fin del programa de fomento del cine de BancoEstado.
En esta ocasión, el Ministerio de las Culturas justificó las medidas en razón de las «medidas de austeridad» que está llevando a cabo el gobierno, aunque matizó que los recortes serán debatidos en el Parlamento.
Para cualquier entidad, no sólo cultural, «un recorte de esta naturaleza significa repensarlo todo», comentó Carmen Romero, directora de la Fundación Teatro a Mil. «Es doloroso, complejo, no lo merecemos».
Los miembros de las organizaciones esperan reunirse en próximamente con otros dirigentes del mundo de la cultura para ver cómo seguir adelante.
«Éste es un sistema cultural y afecta a todos», señaló Cristóbal Gumucio, director de Matucana 100. «Hay que abrir el diálogo con el Ministerio y los parlamentarios, porque el recorte es un retroceso».
Los organismos afectados son Fundación Teatro a Mil, Matucana 100, Museo Precolombino, Balmaceda Arte Joven y Teatro Regional Biobio, los cuales no sólo poseen una larga trayectoria en la provisión de contenidos gratuitos o de bajo costo, sino también en la formación de audiencias y como alternativa laboral de gestores y artistas.
Sólo el BAJ llega a 75 mil personas al año y el recorte puede significar el cierre de una de sus sedes, ya que la entidad funciona en cinco regiones y 40 comunas, con 400 colaboradores en todo el país.
«El recorte para nosotros es una situación gravísima, pues éste se vería reflejado en disminuir en un 20% las plazas laborales, disminuir en un 20% la oferta laboral para los trabajadores de la cultura, disminuir nuestra programación, nuestras actividades, nuestra labor dirigida a más de 8 mil estudiantes de escuelas y liceos del país, entre otros aspectos», señaló Loreto Bravo, director ejecutiva de Balmaceda Arte Joven.
Las organizaciones resultaron sorprendidas ya que contaban con el respaldo de la ministra Consuelo Valdés frente a lo ocurrido el año pasado, aseguró Francisca Peró, directora del Teatro Regional del Biobío, con lo cual tras el recorte no sólo quedaría debilitado el sector, sino el propio Ministerio, según dijo.
Este teatro de menos de dos años de antigüedad y casi diez mil metros cuadrados fue construido por el Estado y tiene costos fijos que no pueden limitarse, como la luz y mantención, añadió. El recorte «equivale a cerrar un mes y medio del teatro», advirtió.
Paloma Cintolesi, gerente general en Museo Chileno de Arte Precolombino, subrayó que en su caso el recorte es especialmente grave porque pone en duda el propio funcionamiento de la institución, ya que el dinero se destina entre otros al pago de sueldos. «Esperamos que se reviertan los recortes, como ocurrió el año pasado», pidió.
Un elemento que causa especial irritación es que mientras se resta dinero a las entidad, se destinaron millonarios fondos al así llamado Museo de la Democracia, un proyecto del presidente Sebastián Piñera.
«Destinar $2.800 millones de pesos al Museo de la Democracia parece exagerado cuando hay tantas necesidades», criticó el diputado Labra tras escuchar las explicaciones de las autoridades del Ministerio de las Culturas.
Este «museo» se encontrará alojado en el Museo Histórico Nacional, según lo previsto. Una fuente de esa entidad señaló que «en el presupuesto está la renovación de nuestro museo, que contempla nuevo guión muselógico, museográfico y la habilitación de la Galería de la Democracia».
El Museo Histórico ha experimentado, según sus propias cifras, un continuo aumento de las visitas, y pasó de 152.537 en 2014 a 292.832 en 2018, casi el doble.
«Creo que pone en evidencia la escasez de presupuesto en cultura, de tal manera que despierta la pregunta sobre prioridades y levanta sospecha sobre la arbitrariedad de esas prioridades», comentó la directora ejecutiva de Balmaceda Arte Joven. «Pero cómo no disponemos de información, lo que digo es una hipótesis».
Gumucio, por su parte, no ve una relación directa entre ambos hechos, aunque esperaba que la instalación del Ministerio implicara un impulso al presupuesto cultural.
Para Bravo, con la polémica cabe preguntarse si cualquier nueva institución tiene garantizada su sustentabilidad futura.
«Hacienda, por favor entienda que la cultura no es un costo, es un inversión», recalcó Sebastián Freund, presidente de la Asociación de Productores de Cine y Televisión (APCT).
El Ministerio de las Culturas reconoció la labor que llevan a cabo las entidad, y su importancia «para el desarrollo cultural del país, para el cual siempre serán deseables más recursos e igualdad de oportunidades que lo potencien».
Sin embargo, advirtió que en este momento Chile requiere aplicar medidas de austeridad, «por lo que este presupuesto se enfoca en privilegiar las iniciativas que puedan reactivar las industrias creativas desde el propio Estado, como los Centros de Creación para niñas, niños y jóvenes, o los programas de fomento y desarrollo de la educación artística. Todas ellas son parte de esta política pública que este presupuesto sí permite reforzar».
Finalmente, indicó que el proyecto será discutido en el Congreso, espacio donde todos los sectores tendrán la oportunidad de dar a conocer sus argumentos «y así perfeccionar aquello que beneficiará, finalmente, a la ciudadanía».