Luego de tres años de entrevistas e investigaciones, la escritora chilena lanzó una segunda edición de su libro «Conversaciones con Isidora Aguirre», para el centenario del natalicio de la dramaturga. Jeftanovic detalla las 33 obras que escribió Aguirre a lo largo de su vida y busca que la gente la conozca más allá del éxito de «La pérgola de las flores». “Reducirla a La pérgola me parece esquivo y lo que yo más quisiera es que, en el libro, la gente conociera y se inspirara de Isidora Aguirre, que escribió contra la discriminación. Todo lo que hay que tener es esa pasión y convicción de que las mujeres estamos en el espacio público y podemos ser creadoras excepcionales”, expresó la autora.
En marzo de 2019 se celebraron 100 años del nacimiento de la dramaturga Isidora Aguirre.
Conocida por escribir La pérgola de las flores, su trabajo es extenso. Con 60 años de carrera dedicados al teatro, Aguirre escribió 33 obras, todas con un sentido social, político e histórico.
Con la idea de que las personas conozcan el importante trabajo de la dramaturga, la escritora Andrea Jeftanovic lanzó en 2009 el libro Conversaciones con Isidora Aguirre, donde realiza un recorrido detallado por toda la obra de la artista a través de entrevistas e investigación.
Con motivo del centenario de su nacimiento, la autora sacó una nueva edición del libro, junto con actividades en relación con la obra de Isidora Aguirre, quien murió en 2011 a los 91 años.
Pese a que La pérgola de las flores es una de las obras más reconocidas del teatro chileno, el trabajo de Isidora Aguirre va más allá del musical. Jeftanovic describió a la dramaturga como “un volcán de ideas”, que se destacó por una vida dedicada al teatro siempre con una impronta social, política e histórica.
“Reducirla a La pérgola me parece esquivo y lo que yo más quisiera es que, en el libro, la gente conociera y se inspirara de Isidora Aguirre, que escribió contra la discriminación. Todo lo que hay que tener es esa pasión y convicción de que las mujeres estamos en el espacio público y podemos ser creadoras excepcionales”, expresó Jeftanovic.
Conversaciones con Isidora Aguirre es una obra completa y detallada que abarca la vida de la dramaturga a través de entrevistas, fragmentos de obras, imágenes y narraciones. El libro está dividido en distintos ejes temáticos relacionados con los grandes hitos en su carrera y existencia. Estos van desde un recorrido por sus primeros años de vida, sus inicios en la dramaturgia, el teatro social-político e histórico, La pérgola de las flores, sus viajes y bitácoras de viajes.
En 2019, para el centenario del nacimiento de Isidora Aguirre, el actor Héctor Noguera –quien fue parte del elenco original– dirigió La pérgola de las flores en la sala principal del Gam. La obra se estrenó el 4 de octubre y se iba a presentar hasta el 15 de diciembre. Sin embargo, debido al estallido social tuvieron que cancelar algunas funciones. De hecho, el mismo 18 de octubre una de las actrices, María Paz Grandjean, fue baleada en el rostro por Carabineros.
La obra se estrenó por primera vez en 1960 en el Teatro Camilo Henríquez bajo la dirección de Eugenio Guzmán –uno de los directores favoritos de Isidora Aguirre–, con las canciones y las letras de Francisco Flores del Campo y el elenco del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica.
“Ella tenía sentimientos encontrados, es una obra que escribió por encargo y ella estaba embarazada y no le gustaba el musical, pero iba a trabajar con Eugenio Guzmán, que era su director favorito. Sin embargo, le interesó que le podía dar espacio a las mujeres y que podía ponerle una veta política”, comentó la autora de Conversaciones con Isidora Aguirre.
La escritora explicó que el éxito de la obra fue ambivalente porque, por un lado, Isidora Aguirre pasó a ser una de las dramaturgas más reconocidas del teatro chileno, pero al mismo tiempo sus otros trabajos no fueron tan reconocidos.
“Escribió 33 obras mucho más declaradamente políticas y esas obras no se montaron tanto, quedaron un poco desconocidas y opacadas por La pérgola de las flores”, detalló.
El musical es una de las primeras obras de teatro chilenas que tuvo éxito en el extranjero y ha sido una de las más representadas en el país. Uno de los montajes favoritos de Isidora Aguirre fue en Cuba, en el año 1966, frente a cinco mil estudiantes de pedagogía. También disfrutó mucho el montaje de un grupo folclórico de mujeres mayores en Reñaca en el año 2007.
“Me hice comunista más por instinto maternal que por las teorías de Marx”, expresó Isidora Aguirre en una de las entrevistas que aparecen en el libro. Desde joven mostró una vocación por lo social, además de haber crecido en un ambiente acomodado y rodeada de gente que tenía un fácil acceso a la educación y que opinaban regularmente de política y de arte.
Su teatro es político, social e histórico, pues ella lo veía como un espacio de militancia y un lugar donde movilizar y acoger colectivos y dignificar a las personas marginadas por el sistema político y económico. Por eso, para cada una de sus obras realizaba una labor minuciosa de investigación que incluía trabajo de archivo y de terreno.
“Fue una mujer muy trabajadora, realmente fue una vocación, como dice ella, medio tiránica. Investigó, reescribió una y otra vez, era muy prolija, rigurosa y fértil al mismo tiempo, y armó comunidades muy bonitas”, detalló Jeftanovic.
La escritora también añadió que “ella tenía inspiración, sin duda, tenía talento de sobra, pero para ser respetuosa con estos temas, yo creo que todos los líderes tienen que ser estudiosos, leer mucho. Aparte, para hacer obras históricas, tienes que documentarte mucho y ella es un ejemplo de un arduo trabajo”.
Jeftanovic la describe como una mujer que siempre estuvo atenta a los cambios sociales. A través de su escritura estuvo en los comienzos de la Revolución Cubana, participó activamente en la campaña de Salvador Allende y en la Unidad Popular, donde recorrió poblaciones, sindicatos y campamentos presentando sketches políticos, y durante la dictadura estuvo en actividades clandestinas, acogió gente en su casa y escribió obras que cuestionaban indirectamente el régimen dictatorial.
En Retablo de Yumbel (1986), utiliza la persecución de los cristianos en el siglo III para referirse al fusilamiento de 19 detenidos desaparecidos, cuyos cuerpos fueron hallados en 1979 en la localidad de Yumbel, en la Región de Biobío.
La lista de obras con contenido político es larga. Entre ella se destacan Los que van quedando en el camino (1996), Lautaro (1982), Manuel Rodríguez (1999) o Los libertadores, Bolívar y Miranda (1994).
En sus obras más políticas pone en escena a los estratos más vulnerables de la sociedad chilena. Es el caso de Los papeleros (1963), donde representa a las personas que actualmente son conocidas como cartoneros, quienes son víctimas de abuso y explotación laboral y de las desigualdades de la sociedad chilena en la época. Sin embargo, sus obras podrían ser leídas en la actualidad y encontrar muchas similitudes con las denuncias y las demandas del estallido social de octubre.
“Tomando lo del 18 de octubre, eso de que Chile despertó, yo creo que ella fue una artista que siempre estuvo despierta y que estuvo muy atenta a la injusticia. Pienso que hay una frase de Los papeleros que para mí comprueba que ella hubiese estado muy feliz de este momento histórico”, destaca Jeftanovic.
En la introducción de la obra, Isidora Aguirre escribió:
“Esta es una historia absurda/ como absurda es la ley/ que hay quienes mal vivan/ para que otros vivan bien” (Introducción de Los papeleros, 1963).
Jeftanovic explica que Aguirre en sus obras hace un llamado a que sus personajes se organicen.
“En sus obras, ella llama a sus personajes más vulnerables a organizarse, que esa es también un poco de las enseñanzas del estallido social. La única forma de que las personas que tienen menos ventajas avancen, es organizándose. Nadie logra nada solo y ella hace que los papeleros se organicen. De hecho, la Guatona Romilia, que es la líder de los papeleros, les dice ‘oye, dejen de tomar y terminar borrachos, aquí lo que hay que hacer es organizarnos para luchar contra el abuso laboral, contra los malos pagos, contra las promesas no cumplidas’”, contó.
La autora del libro también enfatizó que Isidora Aguirre siempre creó personajes femeninos fuertes, algo que en la época no era muy común. Un claro ejemplo es La pérgola de las flores, donde son las mujeres quienes se organizan y se unen con los estudiantes para manifestarse en contra del alcalde.
“A las mujeres siempre las reducen a una sola cosa. Isidora Aguirre es conocida por La pérgola de las flores, pero tiene 33 obras y se dedicó 60 años al teatro. Vivió 90 años y empezó a escribir a los 30, súper activa, trabajó con importantes compañías chilenas y de afuera”, afirmó.
Finalmente, la autora dijo: “Creo que la literatura chilena se adelantó al estallido, de hecho mucho más que los sociólogos o que los cientistas políticos, y yo creo que en este momento de contingencia hay que volver a las obras que cuestionan y que vuelven a la idea de comunidad y de justicia social. Las obras de Isidora Aguirre son súper elocuentes y una clave para pensar la desigualdad estructural chilena, qué pasa con las minorías. Yo creo que más que nunca habría que leerla”.