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La importancia de la educación interdisciplinaria CULTURA|OPINIÓN

La importancia de la educación interdisciplinaria

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Samuel Toro
Por : Samuel Toro Licenciado en Arte. Doctor en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, UV.
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Una clara ignorancia de la futura colaboración entre-disciplinas desde las artes se puede apreciar en la sintomática y nula asistencia de ministros citados por la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, el pasado miércoles 29, para abordar la situación laboral de los y las artistas chilenas. Ni siquiera la propia ministra de las culturas asistió. Lamentablemente en Chile esto no es tan sorpresivo si consideramos que los políticos de turno no comprenden la importancia del tema a largo plazo dada sus segmentadas educaciones especializadas. Para este tercer mundo las artes -dentro del campo de urgencia- son prescindibles.


En Chile, aún, demasiados investigadores y académicos -de cualquier generación- son resistentes a mantenerse en las especialidades de sus propios campos disciplinares. Esto, en principio, podría no acarrear un problema, sobre todo cuando la híper-especialización puede contribuir a mayores entendimientos de campos específicos del conocimiento, pero si es un problema si se continúan abarcando los estudios, modelos y métodos bajo una organización disciplinar tradicional, cuando las complejidades del mundo están demandando posibles nuevas maneras de enfocar miradas distintas a, valga la redundancia, distintos problemas.

Es interesantemente triste y catastrófico constatar aún en el país a académicos y académicas que se resisten a esto, sobre todo desde ciencias aplicadas, o las llamadas ciencias duras en relación con las humanistas, sociales y artísticas. Si le sumamos las políticas chilenas, de más de 40 años, donde se “cree” que los avances sustanciales se deben potenciar desde las carreras técnicas, pero sin relación interdiciplinar, sino más bien en el aprendizaje específico de soluciones de engranaje.

Esta discusión se viene dando desde principios del siglo XX en Europa, pero, fuertemente, en el mundo, desde fines del siglo XX, aún cuando no pocas disciplinas, estudiadas como campos específicos, habían nacido interdisciplinariamente, como, por ejemplo, la sociología (cómo una de las más jóvenes de reconocimiento institucional transversal). Las artes y la filosofía lo han estado haciendo desde sus orígenes y no separadas, en sus comienzos, de las ciencias de sus épocas. La especialización dura del siglo XX impidió que un humano pudiera abarcar exhaustivamente todas las materias y estudios que se ampliaban, complejizaban y sofistificaban vertiginosamente hasta hoy en día.

Un ejemplo de integración actual es la organización Network for Science, Engineering, Arts and Design, la cual es parte de redes de colaboración impulsadas por la National Science Foundation. En esta colaboración dialogan las ciencias de manera transversal, investigaciones sociales, humanistas y artísticas. Las capitalizaciones de una importante organización como la mencionada pueden ser discutibles en torno a la búsqueda de procesos económicos, considerando que, también, de una forma u otra, el aumento de la utilización, en el mundo, del significante interdisciplina en las academias y  distintos colectivos pude estar ejerciendo la contemporánea labor de un creciente capitalismo del conocimiento, es decir, la generación de formas novedosas en la producción, las cuales logran el aumento de la “masa y valor de sus resultados”, todo para el perfeccionamiento del ciclo económico (Valdevenito, 2020).

Sin embargo, por ahora, podríamos esperar que no pocos de los problemas en vías de solución en el mundo pueden integrarse no a distintos modelos de abarcamiento del problema, sino a las distintas perspectivas del mismo como lo intenta la organización norteamericana mencionada. Las ciencias, las artes y el diseño podrían estar en cierta punta de relaciones interdisciplinarias de importancia en lo que toca a la comprensión de los nuevos enfoques de la relación con nuevas realidades.

Los estudios teóricos de modelización en ciencia encuentran en las relaciones con la ficcionalización basada en las filosofías de la ciencia y filosofías de la tecnología nuevas perspectivas de análisis que conducen a posibles soluciones prácticas. Recordemos que la ficcionalización, como rama de la teoría de ficciones, debe su proveniencia de las artes, en las cuales la ficción es parte constitutiva de su ontología (sea esta tangible o no como respuesta creativa). Los procesos de ficcionalización comienzan a servir de bases para la elaboración de diseños de modelos que, en conjunto con la integración científica, nos otorgan nuevas perspectivas en el ejercicio de soluciones de mundo creativas más allá y más acá de lo ortodoxamente disciplinar.

Comenzamos a entender que la creatividad siempre ha sido un campo abierto, independiente de los usos “justos o injustos” en los cuales se genere. Las artes siempre han sido una buena excusa para re-dirigir los temas hacia otros lugares que no les correspondían en principio. Son el motor del principio creativo donde podemos hacer converger las distintas perspectivas de mundo. Es por eso que cuando leo propuestas de políticos que invitan a “dejar de lado” las materias que “no sirven” en la actual  emergencia sanitaria, para poder continuar el año escolar, no dejo de escandalizarme al recordar que aún existen demasiados operadores, agentes y funcionarios que entienden la educación como una fragmentación de materias separadas unas de otras, privilegiando, por lo general, las de uso técnico pasivo para funcionamientos específicos, y no la búsqueda de pedagogías creativas para las emergencias y complejidades que nos toca vivir en nuestra era, la cual, separada o fragmentada en las visiones disciplinares no sobrevivirá.

Otra clara ignorancia de la futura colaboración entre-disciplinas desde las artes se puede apreciar en la sintomática nula asistencia de ministros citados por la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, el pasado miércoles 29, para abordar la situación laboral de los y las artistas chilenas. Ni siquiera la propia ministra de las culturas asistió. Lamentablemente en Chile esto no es tan sorpresivo si consideramos que los políticos de turno no comprenden la importancia del tema a largo plazo dada sus segmentadas educaciones especializadas. Para este tercer mundo las artes -dentro del campo de urgencia- son prescindibles.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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