Dra. Daniela Rebolledodel Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes, CEBIMA y del Centro de Envejecimiento y Regeneración CARE Chile UC, utilizará al C. elegans como un biosensor para conocer si la persona tiene coronavirus. Herramienta permitirá establecer si los diagnosticados continúan o no produciendo el virus, lo que ayudará a determinar si deben seguir en cuarentena.
Un test que permite medir la infección provocada por COVID-19 en las personas, espera desarrollar la Dra. Daniela Rebolledo, investigadora del Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes, CEBIMA, la entidad científica más austral del mundo. La académica también integra el Centro de Envejecimiento y Regeneración CARE Chile UC, entidad dirigida por el Dr. Nibaldo Inestrosa, Premio Nacional de Ciencias.
La Dra. Rebolledo, junto a su equipo, esperan utilizar un gusano de un milímetro de largo -de nombre C. elegans– como un biosensor para determinar la infectividad provocada por el virus. Posteriormente, esperan que los resultados obtenidos se conviertan en una prueba capaz de establecer el porcentaje del virus al interior del organismo humano, lo cual facilitará la decisión de terminar o continuar con el período de cuarentena en el caso de los infectados. Además, su implementación podría ser útil para detectar aquellos pacientes asintomáticos. Por lo tanto, el proyecto debe ser considerado como una herramienta de apoyo al diagnóstico de COVID-19.
La académica imitará la infección del coronavirus poniendo en contacto al C. elegans con la proteína “spike”, la cual es utilizada por el SARS-CoV-2 para infectar las células del organismo.
“Nosotros vamos a trabajar con la proteína, no necesitamos el virus completo para nuestra investigación. La idea es que interactúe con el receptor ACE2, que es una enzima presente en la superficie de las células y que, al unirse con el coronavirus, permite ingresar e infectar a las estructuras sanas. Esta ACE2 va a estar en la membrana de las células del gusano, donde será incorporado por técnicas de ingeniería genética. Posteriormente analizaremos si esta proteína es internalizada al contacto con spike y el nivel o porcentaje de ingreso, lo que permitirá establecer su tasa de infectividad”, explica la Dra. Rebolledo.
Con el objetivo de disminuir los niveles de infección producidos por el virus en el C. elegans, la Dra. Rebolledo probará distintos extractos de plantas y algas de la Región de Magallanes, “extractos con posibles poderes biomédicos”.
Para evaluar si estos futuros posibles medicamentos tienen la capacidad de reducir la infectividad de SARS-COV-2, los investigadores de CEBIMA utilizarán el biosensor para un ensayo que determine los niveles de infectividad en el gusano cuando se aplican estos productos endémicos.
“La idea es probar distintos extractos naturales que nosotros creemos que podrían disminuir la tasa de infectividad, y luego de probarlas en el C. elegans, pasar a los ensayos con otros modelos biológicos, y eventualmente personas. Por otro lado, si este biosensor funciona como pensamos, podemos ayudar a otros investigadores a evaluar sus propias moléculas de interés.”, comenta la bioquímica.
En una región extrema como Magallanes, donde los tiempos de espera y la entrega de reactivos para realizar análisis de detección depende principalmente del stock disponible de Santiago, el proyecto se convierte en un método de control eficiente y oportuno.
“En el test de PCR lo que se hace es tomar una muestra, de la cual se extrae ARN. Ésta se amplifica por la reacción en cadena de la polimerasa, así podemos ver si está presente el ARN del virus en ella. Lo que nosotros estaríamos haciendo es medir si el virus está por sí mismo, porque estaríamos midiendo la respuesta a la proteína que éste genera”, detalla la doctora en Biología Celular y Molecular.
La Dra. Rebolledo agrega que “cuando un individuo está infectado y se enferma, la cantidad de virus que tiene en su sistema -en su saliva, en sus secreciones- es muy alta. Sin embargo, cuando comienza a mejorar eso disminuye. Por eso nosotros pensamos que podría ser una manera de seguir a las personas cuando van saliendo de su cuarentena o de su tiempo de enfermedad. Sería una ayuda complementaria para el PCR”.
C. elegans es un modelo biológico simplificado de todos los procesos de cualquier organismo vivo, incluso de las personas. Ha sido ampliamente utilizado desde la época de los años 60 para estudiar procesos que son comunes a todos los organismos vivos. También, es muy útil para el estudio de distintas enfermedades humanas. “Tiene un genoma que está totalmente secuenciado, a pesar que es un organismo tan distinto tiene mucha similitud con los humanos y otros mamíferos”, explica la Dra. Rebolledo.
“Es un modelo fácil de utilizar, es más barato para trabajar en el laboratorio y existen muchas herramientas que se pueden utilizar en un período corto de tiempo porque el gusano vive alrededor de tres semanas y a los tres días alcanza la edad adulta. Entonces, si uno quiere hacer, por ejemplo, estudios de longevidad o de envejecimiento, o de enfermedades crónicas durante la vida, es muy útil porque puedes estudiar en el mismo animal en tres semanas lo que pasaba en toda su vida”.
Una de las razones por las que los investigadores de CEBIMA estaban interesados en utilizar C. elegans es, porque el centro está enfocado en el estudio de enfermedades crónicas que afectan a la vida humana y patologías asociadas al envejecimiento, como Alzheimer, Parkinson, patologías cardiovasculares, neuromusculares, cáncer y diabetes dentro de la población mundial.
Los científicos que integran CEBIMA están analizando los mecanismos de acción que permite a compuestos aislados, extraídos de plantas, hongos y algas de la Región de Magallanes, la posibilidad de transformarse en nuevos fármacos capaces de prevenir y controlar la aparición de enfermedades crónicas relacionadas con la edad.
“Estamos analizando las características de plantas que sobreviven y se desarrollan sin mayores dificultades en un clima extremo como lo es la Región de Magallanes y la Antártica Chilena y sus beneficios terapéuticos para tratar males que aparecen con el paso de los años. No obstante, la Dra. Rebolledo está enfocada en relacionar ese conocimiento con la contingencia provocada por el COVID-19”, señala el Dr. Nibaldo Inestrosa.
La Dra. Rebolledo destaca que este proyecto fue presentado recientemente al Concurso para la Asignación Rápida de Recursos para Proyectos de Investigación sobre el Coronavirus (COVID-19) año 2020, organizado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, de cuyos resultados depende su ejecución. (Por: María Mercedes Barraza C. Agencia: Inés Llambías Comunicaciones).
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