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Misión científica descubre nuevas especies de arácnidos no descritos por la ciencia en Antofagasta CULTURA

Misión científica descubre nuevas especies de arácnidos no descritos por la ciencia en Antofagasta

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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El descubrimiento se dio en el marco de un proyecto realizado por la Universidad Católica del Norte, en colaboración con Conaf, y gracias a un fondo regional, en la Reserva Nacional La Chimba, a 15 kilómetros al norte de la capital regional, entre septiembre de 2019 y enero de 2020. «Estos hallazgos en su conjunto, revelan una gran riqueza de especies y la importancia de la Reserva Nacional La Chimba como refugio de vital importancia para la biodiversidad nativa y en muchos casos endémica de la Región de Antofagasta», expresa Mauricio Mora, director del proyecto.


Una serie de nuevas especies de insectos fueron descubiertas por científicos chilenos en una misión en la Región de Antofagasta.

El descubrimiento se dio en el marco de un proyecto realizado por la Universidad Católica del Norte, en colaboración con Conaf, y gracias a un fondo regional, en la Reserva Nacional La Chimba, a 15 kilómetros al norte de la capital regional, contigua a un antiguo basural, entre septiembre de 2019 y enero de 2020.

«Estos hallazgos en su conjunto, revelan una gran riqueza de especies y la importancia de la Reserva Nacional La Chimba como refugio de vital importancia para la biodiversidad nativa y en muchos casos endémica de la Región de Antofagasta», expresa Mauricio Mora, director del proyecto.

«Muchas de las especies registradas están presentes en localidades muy puntuales del Norte de Chile, y algunas de ellas son solo conocidas para esta área protegida, por lo cual es de vital importancia tomar todas las medidas necesarias que aseguren la protección efectiva del ecosistema único presente en el área protegida, de lo contrario, las especies allí presentes podrían desaparecer para siempre», señaló.

Especies descubiertas

Uno de los científicos que participó fue el entomólogo Jaime Pizarro-Araya, del Laboratorio de Entomología Ecológica, Departamento de Biología, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Serena.

«Se identificaron cuatro nuevas especies aún no descritas para la ciencia, principalmente arácnidos, entre las cuales tenemos dos especies de escorpiones de la familia Bothriuridae, un solífugo de la familia Ammotrechidae y una araña de la familia Filistatidae», comenta.

Brachistosternus sp. nov. Crédito: Alberto Castex.

Eso no fue todo. También hubo avances a nivel de líquenes, como destaca Reinaldo Vargas Castillo, del Departamento de Biología de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

«En mi caso, que trabajo con líquenes, se han identificado 32 especies que son propias del desierto costero del norte de Chile, donde más del 65% de las especies son endémicas del territorio nacional chileno».

Vargas agrega que hay alguna evidencia para indicar la presencia de una especie nueva para la ciencia desarrollándose sobre las cortezas de las cactáceas presentes en las partes altas de la Reserva.

Sin embargo, dada la emergencia ambiental del coronavirus y el consiguiente cierre de las dependencias de su institución (UMCE), no han podido analizar molecularmente la muestra para poder avanzar en su identificación y descripción.

Crédito: Reinaldo Vargas.

Importancia de los hallazgos

Estos hallazgos tienen varias aristas a considerar. «Lo primero es incluir una fauna no descrita al catálogo de biodiversidad para la Reserva Nacional La Chimba; lo segundo es entregar información distribucional actualizada de estas especies, registros que nos permitirían entender los rangos distribucionales de estas especies, que inicialmente serían endémicas para el desierto costero de Tocopilla», destaca Pizarro-Araya.

“Desde un punto de vista patrimonial, cada vez que describimos una especie nueva de artrópodo para Chile, aumenta el valor taxonómico, genético y cultural para el país. Es información de una biota particular, una biota muy antigua adaptada a la aridez del desierto de Atacama”, detalla.

“Es fundamental desarrollar políticas y estrategias de conservación del área, ya que, conservando el área de la Reserva Nacional La Chimba, podremos conservar la biodiversidad contenida en estos ecosistemas tan frágiles. La mayoría de las especies que hemos registrado son endémicas», subraya.

 

Crédito: Mauricio Mora.

Vargas agrega que los descubrimientos son relevantes, porque muestran que, a pesar del daño acumulado producto de la cercanía de la Reserva con la ciudad de Antofagasta, y en particular con el antiguo vertedero de la Chimba, aún es posible encontrar una biota liquenológica en buen estado.

«Los líquenes son muy sensibles a la contaminación ambiental, dado que son bioacumuladores, esto es, no pueden deshacerse de aquellos compuestos que les son tóxicos», explica.

«Así, si incluso en las décadas de funcionamiento del vertedero, aún tenemos presencia de líquenes, esto podría indicar que aún es posible revertir el potencial daño generado por la presencia del vertedero en la biodiversidad de la Reserva, así como convertirse en un nuevo foco turístico para senderistas y amantes de la naturaleza».

 

 

Crédito: Mauricio Mora.

Desarrollo de Reserva Nacional

Mora explica que el proyecto es parte de una iniciativa que busca desarrollar un conjunto de acciones que contribuyan a la recuperación y puesta en valor de la Reserva Nacional La Chimba.

El objetivo es mejorar la infraestructura y formalizar rutas de trekking (incluyendo limpieza con maquinaria pesada, habilitación de sombraderos y miradores, señalética, infografías, entre otros), propiciar la protección y resguardo de su frágil ecosistema.

También desarrollar nuevas líneas de investigación que permitan conocer de mejor forma la biodiversidad presente en el lugar y, en especial, acercando la comunidad al conocimiento de su patrimonio natural, mediante educación ambiental y fomento al turismo responsable.

Crédito: Mauricio Mora.

Catastro

El trabajo consistió en un catastro de flora (septiembre de 2019), artrópodos (diciembre de 2019) y líquenes (enero de 2020).

Estos catastros fueron todos desarrollados al interior de la Reserva Nacional La Chimba, el área silvestre protegida más antigua de las seis unidades que existen en la Región de Antofagasta, siendo parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado de Chile (SNASPE).

«Esta área protegida ha sido poco estudiada en el pasado respecto a la flora y fauna presente en el sector, por tanto,  nos pareció importante actualizar y profundizar el conocimiento existente respecto a los distintos grupos taxonómicos presentes en el lugar, con el apoyo de expertos en distintas disciplinas, como flora, líquenes, artrópodos, reptiles, aves, entre otros», explica Mora.

«Complementariamente, buscamos contribuir a la recuperación y puesta en valor del ecosistema que resguarda el área protegida, considerando que es un refugio natural de gran importancia para numerosas especies de flora y fauna nativa, y en algunos casos endémica –solo presentes en este lugar–, las que en su conjunto son parte del valioso y a la vez poco conocido patrimonio natural que resguarda nuestro Desierto Costero», agrega.

Crédito: Mauricio Mora.

Otros hallazgos

Además de los hallazgos, el botánico del proyecto, Luis Faúndez, profesor de la Universidad de Chile, resaltó que el presente trabajo ha permitido definir con mayor precisión las entidades que realmente se encuentran dentro de ella.

Anteriormente se citaban varias especies que en realidad se encuentran fuera del área silvestre protegida, principalmente en las vegas costaneras, también denominadas La Chimba, hoy integradas al espacio urbano de Antofagasta y lejanas a la Reserva, dice.

«Por otra parte, una buena parte de las especies citadas en informes técnicos, corresponden a nombres incorrectos, los cuales aumentaban el número de entidades. Además existen registros de colectas que no habían sido informadas como parte de la flora local, pero que permiten asegurar su presencia en la reserva tras la revisión desarrollada por nuestra investigación».

Crédito: Mauricio Mora.

De las especies verificadas durante la campaña de terreno, destacan las cactáceas Pyrrhocactus reconditus y Eriosyce rodentiophila, ambas registradas, cada una, en un solo punto de la Reserva durante la investigación, debiéndose poner atención en ellas, intentando aumentar los registros y monitorear su estado, constituyéndose en indicadores del estado general de la flora local, según Faúndez.

Dentro de las especies que no fueron detectadas por los estudios de terreno realizados por el presente proyecto, de las cuales existen registros confiables en herbarios públicos y que no se tenía noticias de su presencia en la Reserva, destacan Atriplex taltalensis, especie clasificada en su estado de conservación como “En Peligro” (EN) y «Calceolaria rinconada», entidad endémica de los oasis de niebla de Antofagasta (quebrada El Rincón en Paposo).

En total, se citan 46 especies nuevas en comparación con lo informado por el Plan de Manejo CONAF (1995), considerando tanto las especies registradas en el trabajo de terreno (septiembre 2019), como la revisión de registros de herbarios y otras fuentes actualizadas. De esta forma, se confirma la presencia de 47 especies citadas previamente y se eliminan 85 nombres citados incompleta o equívocamente. En términos generales, se llega a un número de 88 especies de flora vascular nativa confirmadas para la RNLCh, 65% de ellas endémicas de Chile.

Crédito: Mauricio Mora.

Reptiles

Mora agrega que respecto al Plan de Manejo CONAF (1995) y las cuatro especies de reptiles que ahí se mencionan, se descartó la presencia en la RNLCh de dos de estas especies, al no existir ninguna evidencia ni registro reciente que pudiera sugerir la presencia de estas, y al no ser parte la Reserva de los rangos de distribución conocidos para estas especies actualmente.

Por otra parte, se confirmó la presencia de cinco especies presentes en el lugar que no se mencionan en el Plan de Manejo.

«Del total de siete especies que pudimos confirmar, dos de ellas se encuentran en categoría ‘Casi Amenazadas’, y una se encuentra ‘En Peligro’ de extinción», agrega.

Las especies se confirmaron mediante registros libres obtenidos durante 2019-2020, con posterior identificación del herpetólogo especialista, Jorge Mella.

«Esta riqueza de especies da cuenta que la reserva es un sitio de gran importancia para los reptiles presentes en el norte del país», señala el director del proyecto.

Aves

Respecto a las 23 especies de aves informadas en el Plan de Manejo CONAF (1995), se descartaron ocho especies cuyo rango de distribución en Chile no alcanza la Reserva, y para las que no existen registros recientes confirmados, aunque eventualmente pudieran algunas de ellas registrarse de forma errante.

Por otra parte, mediante revisión de bibliografía actualizada y registros disponibles en la plataforma eBird analizados por la Red de Observadores de Aves de Chile, a cargo del trabajo de investigación, se pudo agregar el registro de otras 17 especies para la RNLCh, lo que da un total de 32 aves que visitan o residen en el área protegida, ya sea para alimentarse, descansar o, en algunos casos, nidificar.

Situación del área protegida

El área protegida, creada en 1988, es parte del SNASPE que administra Conaf. La cercanía del área protegida con el basural de Antofagasta a solo 700 metros, operativo por 50 años y que cesó en sus funciones recién en diciembre 2019, así como los diversos impactos antrópicos que ocurren en el lugar por quemas, microbasurales, etc., han implicado en su conjunto un deterioro del ecosistema y la belleza escénica del lugar, sobre todo durante las últimas décadas, puntualiza Mora.

Por otra parte, estudios científicos publicados recientemente dan cuenta de cómo el cambio climático se estaría manifestando en sectores costeros del Norte de Chile, principalmente mediante menor frecuencia de lluvias y disminución de cobertura de nubes, ambos procesos vitales para la presencia de vida en ecosistemas costeros como el presente en la Reserva Nacional La Chimba y que, según estas evidencias, se estarían acrecentando en Antofagasta desde la década del 50.

Por lo anterior, para el jefe del proyecto sería importante considerar el desarrollo de programas de monitoreo de especies y acciones de restauración y reforestación ecológica con especies nativas que puedan generar un efecto cascada positivo para la biodiversidad del sector.

Crédito: Mauricio Mora.

Experiencias de este tipo se han desarrollado con éxito en la Región de Tarapacá para la recuperación del cactus columnar Eulychnia iquiquensis, especie que también está presente en la Reserva Nacional La Chimba, no obstante con altos índices de mortalidad.

«Por todo lo anterior, nuestro proyecto, en conjunto con Conaf Antofagasta, busca propiciar fórmulas que permitan contribuir a la recuperación de la Reserva Nacional La Chimba y la biodiversidad del sector, existiendo no obstante un largo camino por recorrer», concluye.

Para quienes deseen conocer más antecedentes sobre el Proyecto FIC-R, pueden visitar la página www.recuperemoslachimba.cl y sus redes sociales en Instagram y Twitter: @ficr_rnlachimba.

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