CULTURA|OPINIÓN
Dos integrantes del directorio del teatro Nescafé de las Artes, reflexionan sobre los 11 años de este espacio cultural. La cultura se encuentra en tiempos de incertidumbre, no hay fechas claras de cuándo se podrán abrir al público los teatros, cines y centros culturales, pero eso no derriba los deseos de continuar apoyando a la cultura y revisar con emoción estos 11 años de historia.
El 15 de marzo de 2020 cerramos las puertas del Teatro abatidos por la llegada de la pandemia. Recorrimos por última vez la sala principal, los camarines, el escenario, el foyer, apagando las luces con la incertidumbre de no saber cuándo las volveríamos a prender. Nuestro motor no se había detenido en 10 años de efervescente actividad artística, de emociones disparadas sin mezquindad, de descubrimientos sorprendentes, de lágrimas regadas con la generosidad de la conmoción, sincronía de risas, aplausos, canciones, un loop de principios y de finales que se sucedían cada día, en cada concierto, en cada obra, en cada ballet, en cada ópera, en cada stand up. Emociones que hoy descansan, reposan escondidas en alguna parte, convertidas en recuerdo.
[cita tipo=»destaque»]Hoy vivimos una fiesta sin invitados, un cumpleaños replegados en nuestras añoranzas, porque queremos ser anfitriones pacientes y cuidadosos, de esos que preparan con mucho esmero la gran fiesta del reencuentro, para seguir cumpliendo años y siendo cómplices de ese instante efímero que es el arte en un escenario y verlos salir al final de cada función más felices, más completos, más sensibles y, quizás, más sabios.[/cita]
Sabemos que no es tiempo de celebrar. Nuestro sector, convertido en un frágil barco de papel, ha debido sostenerse en la acción solidaria de su comunidad. Como Teatro quisimos hacernos parte y gracias a la colaboración de nuestro sponsor pudimos tener un gesto concreto de apoyo a 984 trabajadoras y trabajadores de la cultura y sus familias: 984 cajas, una por cada butaca de nuestro teatro. No hay mejor manera de darle sentido a lo que hacemos que dando valor a quienes lo hacen posible.
Hoy vivimos una fiesta sin invitados, un cumpleaños replegados en nuestras añoranzas, porque queremos ser anfitriones pacientes y cuidadosos, de esos que preparan con mucho esmero la gran fiesta del reencuentro, para seguir cumpliendo años y siendo cómplices de ese instante efímero que es el arte en un escenario y verlos salir al final de cada función más felices, más completos, más sensibles y, quizás, más sabios.
Esta vez desde nuestras casas, volveremos a pasar por nuestro corazón las historias vividas en estos once años de existencia del Teatro Nescafé de las Artes y queremos invitarles a que ustedes también lo hagan, que se tomen un minuto para recordar ese instante feliz y nos compartan ese momento que atesoran y del que tuvimos la fortuna de ser parte.
Irene González Peña y Alfredo Saint-Jean Domic. Directorio del Teatro Nescafé de las Artes
