«Si la ministra de la Cultura tiene esa actitud, evidentemente no amerita que esté en el cargo. Siento que en este momento obligadamente hay que pedirle la renuncia a la ministra», señaló el presidente de la Unión Nacional de Artistas, Mario Rojas. Para Tehani Staiger, presidenta de la Asociación Gremial de Gestores Culturales (AdCultura), «la actitud de la ministra, en esta entrevista ha marcado un punto sin retorno. La ministra debería renunciar y darle la oportunidad a una persona que crea y esté dispuesta a defender al sector. No defender al sector, es un abandono de deberes».
Indignación causaron en los gremios del sector los dichos de la ministra de Cultura, Consuelo Valdés, en los cuales justificó la reducción de presupuesto de su cartera en pos de las necesidades de otras áreas.
La secretaria señaló este lunes en una entrevista con CNN que «un peso que se coloque en Cultura es porque se deja de colocar en otro programa o necesidad de los ciudadanos».
«Yo creo, con absoluta honestidad, pero también de manera muy categórica, que hemos llegado a un momento muy crítico con la ministra, en su permanente estilo de desdecirse, porque ha cometido grandes errores, como haber anunciado quince mil millones de pesos (de ayuda al sector) que en realidad no fueron tal», afirmó Mario Rojas, presidente de la Unión Nacional de Artistas (UNA).
«Yo creo que este problema va más allá que esto. Esto trasunta lo que verdaderamente piensa, lo que ha dado como argumento para no apoyar al sector, sin duda. Nunca nadie ha dicho ‘cada peso en salud es menos dinero para las necesidades de la gente’. Lo mismo con Defensa, Educación, Transporte o lo que sea. Es como colocar a la cultura en un plano inferior. Si la ministra de la Cultura tiene esa actitud, evidentemente no amerita que esté en el cargo. Siento que en este momento obligadamente hay que pedirle la renuncia a la ministra», señaló.
De manera similar se expresó Bárbara Negrón, directora del Observatorio de Políticas Culturales (OPC).
«La afirmación tiene múltiples interpretaciones, todas ellas graves. ¿Los ciudadanos no son los destinatarios de las políticas del Ministerio de Cultura? ¿La cultura no es parte de las necesidades de las personas? ¿Los trabajadores de la cultura no son ciudadanos?», cuestionó.
También advirtió que «no es primera vez que una ministra de Cultura en Chile, dice una frase desafortunada, pero no recuerdo una que debilitara más el sector que debiera defender».
Para Tehani Staiger, presidenta de la Asociación Gremial de Gestores Culturales (AdCultura), «da la impresión que la ministra piensa que los trabajadores culturales no son ciudadanos, y que el sector debe dejar de reclamar porque no están los tiempos para la cultura».
«La actitud de la ministra, en esta entrevista ha marcado un punto sin retorno. La ministra debería renunciar y darle la oportunidad a una persona que crea y esté dispuesta a defender al sector. No defender al sector, es un abandono de deberes», remató.
«La señal es desalentadora sabiendo que estamos defendiendo con uñas en el Congreso, los pocos recursos que tenemos. Pero la ministra está sola en esto, porque los trabajadores de la cultura somos miles y contamos con el apoyo de la bancada cultural», dijo.
Para Teresa Ugarte, vocera de la Coordinadora Intersectorial Cultural en Emergencia (CICE), es «lamentable el nivel de abandono que ha vivido todo el sector cultural no solo durante la pandemia sino históricamente».
«Resulta incomprensible que la propia autoridad no valorice ni conozca su sector, lo que ha quedado demostrado una y otra vez. Con sus últimas declaraciones deja en evidencia su falta de liderazgo y no ser capaz de defender su propia cartera en un momento crítico de discusión, otorgando a las y los trabajadores de la cultura una condición de no ciudadanos», expresó.
«Creemos que lo correcto sería su renuncia por el bien de todo el sector que en estos momentos necesita alguien que los defienda y valore como el real aporte, tanto desde el punto de vista de empleos que entrega, como desde el aporte a la salud mental y calidad de vida de todos. Un peso gastado en cultura es una inversión para la sociedad entera», dijo.
Por su parte, Arturo Duclos, líder de la Plataforma de Artes Visuales (PAV) resaltó que cada peso que se coloca en cultura rinde diez veces más que en un presupuesto de cualquier otro programa, porque la cultura «educa, humaniza, genera fuentes de trabajo, reemplaza la economía extractiva, es ecológica, mejora la salud de las personas, baja la delincuencia, mejora las condiciones de vida, genera pensamiento crítico y es más barata que todas las otras áreas productivas».
«Entonces si no son suficientes estas razones de rendimiento, es que tenemos muy malos ministros para defender estas tesis, tenemos muy malos economistas en el gobierno y definitivamente la derecha está en un nivel cultural bajísimo para poder entender el poder de la cultura», señaló.
José Osorio, presidente de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, por su lado, señaló que las declaraciones de Valdés eran «graves», sobre todo tomando en cuenta que según estudios al menos uno de cada dos trabajadores de la cultura se ha visto gravemente afectado por el confinamiento, «en medio de cesantía y precariedad».
«Esta clase de declaraciones no ayuda a la resolución de la grave problemática social y económica actual», añadió, en vista de que la cultura también es un motor económico al interior de las comunidades.