La Fundación homónima lamentó con profunda tristeza la partida de una de las últimas grandes exponentes del siglo XX y sostuvo que “la figura de Roser Bru seguirá viva en las páginas de la historia del arte iberoamericano, y contribuiremos a la divulgación de su legado, vida y obra a las nuevas generaciones”. La Unión Nacional de Artistas (UNA) también lamentó su muerte y señaló que fue «una de las artistas más relevantes del siglo. Gracias por tanto, Roser».
A los 98 años de edad falleció la pintora y grabadora Roser Bru, que obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2015 por su reconocida trayectoria artística, según informó este miércoles la fundación homónima.
La artista falleció a los 98 años de edad, en su domicilio de Santiago de Chile, informó un comunicado.
La Fundación lamentó con profunda tristeza la partida de una de las últimas grandes exponentes del siglo XX y sostuvo que “la figura de Roser Bru seguirá viva en las páginas de la historia del arte iberoamericano, y contribuiremos a la divulgación de su legado, vida y obra a las nuevas generaciones”.
La Unión Nacional de Artistas (UNA) también lamentó su muerte y señaló que fue «una de las artistas más relevantes del siglo. Gracias por tanto, Roser».
También expresaron su pesar la Asociación de Pintores y Escultores de Chile (APECH) y el Comité Nacional de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos (AIAP), quienes indicaron compartir «el dolor de la familia y de la comunidad artística por tan dolorosa e irreparable pérdida».
Nacida en Barcelona el 15 de febrero de 1923, de nacionalidad chileno-española, llegó en el grupo de intelectuales refugiados de la Guerra Civil Española llegados de la mano de Pablo Neruda en el barco Winnipeg en 1939 (a los 16 años), que influyeron significativamente en la cultura y el arte chilenos.
Su vasta obra expresa su preocupación por la problemática social y humana, principalmente de la mujer, donde el cuerpo femenino es materia en situación límite. Su multiculturalidad penetra su obra desde su condición catalano-chilena al cruce de influencias en su conexión artística con otros países de la región de América Latina.
Entre más de 30 premios y distinciones en más de 70 años de trayectoria, destacan Premio Nacional de Artes Plásticas (Chile, 2015), Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (España, 2018), Creu de Sant Jordi (Cataluña, 2020), Medalla al Orden del Mérito Artístico y cultural Pablo Neruda (Chile, 2005) y Encomienda de la Orden de Isabel la Católica (España, 1995).
Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas chilenas y del exterior, como los Museos MNBA y MAC de Chile; Museu Nacional d´Art de Catalunya (MNAC 2020) con su reciente adquisición a inicios del pasado año impulsada por la Fundación Roser BRU, de una importante Tela de los años 60´; MACBA (Barcelona); Reina Sofía (Madrid); Museo de Arte Moderno y Museo Metropolitano (Nueva York), Galería Staatliche Graphische (Berlín).
Entre sus últimas exposiciones destacan: “Roser Bru. Pintura Poética” en el Museo Gabriela Mistral (GAM 2016); “4 Premios Nacionales. Balmes – Barrios – Bru – Núñez” en el Museo Nacional de Bellas Artes de Sgo de Chile (MNBA 2017); “Vínculos y Complicidades” en el CC El Tranque, (Lo Barnechea 2018); “Transformaciones estéticas Chile 60-80”en el CCM (Buenos Aires 2018); “Balmes-Bru Pasajeros del Winnipeg” en el Museo de Bellas Artes (Valparaiso 2019)”.
Recién llegada a Chile, Bru, que había realizado estudios de dibujo en Barcelona, entró en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile donde fue alumna destacada. En 1947 formó parte del influyente Grupo de Estudiantes Plásticos, GEP, junto a artistas de la Generación del 50 como José Balmes, Gracia Barrios y Guillermo Nuñez, más tarde también Premios Nacionales al igual que ella. En 1957 ingresó en el Taller 99 de Grabado (fundado por Nemesio Antúnez) constituyéndose desde entonces en guía y referente del oficio de pintores y grabadores.
Fue profesora de dibujo y pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Santiago desde 1964 a 1968, y profesora invitada del taller de pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica en 1989.
Su trabajo es predominantemente figurativo y temático. Marcado desde sus inicios por el dibujo de la figura humana y el grabado, e influenciado en el origen por el bidimensionalismo y el fuerte expresionismo de colores planos de los frescos del período Románico catalán.
En 1958 realiza el primer viaje a Barcelona desde su exilio y se acerca al Informalismo de Tapiès, que reflejan sus primeras pinturas matéricas de los 60. Su pintura es experimentación y reflexión. Desarrolla temáticas de la vida cotidiana y familiar con gran foco en la figura femenina. Invoca recuerdos de la memoria personal e histórica que entrelaza con lo actual, creando un puente entre sus dos identidades culturales.
A partir de 1973 y hasta finales de los 80, realiza un trabajo crítico y comprometido, de resistencia, que refleja el dolor humano, la herida y la realidad social y política relacionada con Chile en dictadura y con acontecimientos bélicos del pasado europeo y particularmente de España. Incorpora cada vez más la realidad por medio de fotografías, noticias y significantes numéricos y utiliza recursos como la borradura, la tachadura o el cubrimiento.
Ya a partir de finales de los 80, Bru retoma sus obsesiones en torno a la mujer -finos trabajos de dibujo y colores delicados- los frutos, como sus sandías, relacionadas con metáforas de la fertilidad femenina y de la exhuberante región americana, y sus citas a grandes maestros de la pintura como Velázquez y Goya o su diálogo con poetas y escritores de relevancia. Sin olvidar su siempre presente vida-muerte y su compromiso crítico a través de la práctica conceptual, con la mutilación y relegamiento de la mujer en la sociedad patriarcal.
El histórico episodio de su emigración a Chile a bordo del Winnipeg como exiliada republicana tras la Guerra Civil Española y el robo de sus obras del edificio de la UNCTAD en el Golpe de Estado, han dado lugar a una obra teatral de su nieta la actriz Amalá Saint-Pierre junto al Colectivo Mákina Dos y dirección de Héctor Noguera, que ha podido verse en 2019 en Centro GAM y en 2021 en el Festival Santiago a Mil: BRU o el exilio de la Memoria.
La Fundación Artística Cultural Roser Bru nació en octubre 2018 creada por su familia, con el objetivo de preservar, investigar y difundir el legado humano, histórico, artístico, y patrimonial de la pintora y grabadora. Su propósito es constituirse en el principal referente de su obra y mediadora entre la vida y obra de Roser Bru con la comunidad artística, académica y sociedad en general a nivel nacional e internacional.
Entre sus actividades destacan la constitución y mantenimiento de sus archivos y obra, y la certificación, asesoramiento y divulgación del acervo de la artista.