Chile subsidia con 133 millones de dólares a la industria pesquera, pese a que la mitad de los peces de la costa Pacífico están sobreexplotados. Según Ernesto Fernández Monge, experto del programa de subsidios perjudiciales de Pew Charitable Trusts, los países latinoamericanos tendrán la oportunidad de eliminar dichos subsidios –y reorientar sus acciones hacia el desarrollo sostenible de los océanos– durante la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), a realizarse este 15 de julio. La eliminación de subsidios perjudiciales, a través de un tratado jurídicamente vinculante en la OMC, tendrá un impacto positivo y duradero sobre la salud del océano y sobre las comunidades costeras, donde los pescadores de pequeña escala están luchando por sobrevivir, en parte debido a la sobrepesca impulsada por tales subsidios, asegura la entidad.
Los países latinoamericanos tendrán la posibilidad de revaluar los subsidios a la pesca en una reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a realizarse el próximo jueves.
Según cifras que maneja Pew Charitable Trusts, Chile subsidia con 133 millones de dólares a la industria pesquera, a pesar de que la mitad de los peces de la costa del Pacífico están sobreexplotados, aunque este es un fenómeno mundial.
«Los miembros de la OMC tendrán una oportunidad fundamental para unirse en torno a un acuerdo que podría poner fin a los subsidios dañinos a la pesca, mejorar la salud de los océanos y mejorar los medios de subsistencia de las comunidades pesqueras de todo el mundo», afirma Ernesto Fernández Monge, miembro de la entidad.
«Sin embargo, para lograr realmente resultados positivos para las personas y la naturaleza, es fundamental que los miembros de la OMC den prioridad al tema de la sostenibilidad en el acuerdo, en el que no se permita a ningún gobierno seguir subsidiando permanentemente prácticas que perjudicarán a las poblaciones vulnerables de peces, poniendo en peligro sus posibilidades de recuperación».
A pesar de la inmensa biodiversidad oceánica en la región, muchos países latinoamericanos no le han dado la importancia o prioridad política necesaria a la protección del océano y sus recursos, según Pew.
De acuerdo a cifras de la entidad, más de la mitad de la poblaciones de peces en las aguas que bañan a ambas costas de Sudamérica –el Pacífico sudoriental y el Atlántico sudoccidental– son explotadas a niveles insostenibles. Esto se debe, en parte, a que muchos gobiernos latinoamericanos otorgan subsidios a sus flotas pesqueras, perjudicando significativamente a la sostenibilidad de las poblaciones de peces y aumentando las emisiones de carbono.
Si bien los subsidios perjudiciales en América Latina representan el 5.6% del total global, países como Perú ($USD 280M), Brasil ($USD 256M), Argentina ($USD 234M), México ($USD 192M) y Chile ($USD 133M) continúan otorgando subsidios a sus flotas pesqueras, contribuyendo a la sobrepesca y perjudicando la viabilidad de la biodiversidad marina en la región, según Pew.
A juicio de Fernández, mucho se argumenta que los subsidios pesqueros están diseñados para ayudar a la pesca de pequeña escala, pero lo cierto del caso es que hay estudios que demuestran que el sector de la pesca en pequeña escala solo recibió el 18,7% (6.600 millones de dólares) de los subsidios mundiales a la pesca en 2018.
El experto cita estudios según los cuales los gobiernos están gastando 35.000 millones de dólares cada año para apoyar a sus sectores pesqueros, de los cuales 22.000 millones de dólares corresponden a subvenciones perjudiciales, ya que promueven el aumento de la capacidad del esfuerzo pesquero.
Añade que uno de los autores de los estudios, Rashid Sumaila, profesor de economía oceánica y pesquera en la Universidad de Columbia Británica, Canadá, y director de la Unidad de Investigación de Economía Pesquera en el Instituto de Océanos y Pesca de la UBC, calcula que Chile otorga más de US$ 133 millones en subsidios perjudiciales.
Fernández calcula que a nivel global los subsidios benefician en casi un 81,3% a las flotas industriales y apenas en un 18,7% a la pesca de pequeña escala.
«Por este motivo, un acuerdo en la OMC sobre subsidios pesqueros ayudará a nivelar el campo de juego de todos los miembros y reducir esta alta discrepancia. Una reforma a los subsidios debe diseñarse adecuadamente para atender las necesidades de las comunidades pesqueras que más lo necesitan», afirma.
«Esto incluye hacer una reforma para transformar los subsidios dañinos en subsidios beneficiosos para estas comunidades y para el medio ambiente marino. Aunque el sector pesquero de pequeña escala recibe una pequeña parte de los subsidios mundiales, y aunque es comprensible que los subsidios destinados a esta flota puedan apoyar sus necesidades a corto plazo, se recomienda la eliminación de los subsidios dañinos o de fomento a la capacidad de todos los sectores para la sostenibilidad de la pesca», dice.
Según el experto de Pew, en un estudio reciente se ha logrado determinar que, si los miembros de la OMC acuerdan eliminar todos los subsidios dañinos (US$ 22 mil millones), esto podría hacer que la biomasa de los peces se incremente en un 12,5% para el 2050 a nivel global.
«Los subsidios pesqueros crean un círculo vicioso fomentando la sobrepesca. Una explicación de este fenómeno es que, por ejemplo, los subsidios al combustible, la construcción de embarcaciones y otras actividades de ‘mejora de la capacidad’ están reduciendo artificialmente los costos de pesca y permitiendo estos aumentos económicamente irracionales y derrochadores de la presión pesquera que les permite a las embarcaciones explotar los recursos al máximo, y luego, cuando no encuentran más recursos, con los subsidios pueden ir a otras zonas más alejadas o permanecer por más tiempo en el agua para lograr obtener la producción que buscan», asegura.
Agrega que la FAO ha estimado que desde mediados de los años setenta, cuando los miembros empezaron a regular las pesquerías marinas, la situación de las poblaciones ha continuado deteriorándose a medida que continúa la pesca insostenible: en 1974, el 10% de las poblaciones estaba sobreexplotado; en 2000 (justo antes de que comenzaran las negociaciones en la OMC) era del 27%; y en 2017 fue del 34%. «Un acuerdo para frenar los subsidios dañinos es una forma clara para revertir esta tendencia», subraya.
Actualmente el Gobierno de Sebastián Piñera pretende impulsar una nueva Política Nacional de Acuicultura (PNA) para los próximos 20 años, ¿qué recomendaría Fernández al respecto?
«El acuerdo de la OMC únicamente incluye los subsidios a la explotación pesquera marina», responde. «Los subsidios a la acuicultura y pesca de continental –agua fresca– no son parte de las negociaciones. Sin embargo, una reforma a las políticas de pesca deben tomar en cuenta la sostenibilidad y también que los subsidios se diseñen de una forma que no dañen al medio ambiente».