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Terapia para el trastorno límite de personalidad logra nuevas aplicaciones CULTURA

Terapia para el trastorno límite de personalidad logra nuevas aplicaciones

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Existen varias emociones que podemos experimentar en el día a día. De vez en cuando, nos sentimos tristes. Después nos podemos sentir animados e incluso felices. Normalmente, somos capaces de vivir las experiencias emocionales y seguir adelante con nuestras vidas. Pero, ¿imaginas no ser capaz de regular tus emociones y sentirte constantemente ahogándote entre todas estas sensaciones? Eso es lo que ocurre en algunas enfermedades psiquiátricas donde las personas que las padecen son incapaces de salir de este pozo. Esto ocurre, por ejemplo, en la depresión mayor, los trastornos de ansiedad y especialmente en un trastorno de la personalidad conocido como borderline.


El borderline, o también conocido como trastorno límite de la personalidad se caracteriza por la dificultad de manejar las emociones y el comportamiento, problemas de autoimagen y dificultades en generar relaciones sociales estables y duraderas, especialmente de pareja. Algunos síntomas que se encuentran dentro de este trastorno son: tener un miedo intenso al abandono, poseer un patrón de relaciones intensas e inestables, encontrarse con cambios rápidos de identidad e imagen, el comportamiento impulsivo y riesgoso, grandes cambios de humor y conductas autodestructivas, como autolesiones y/o suicidas. Estos últimos dos síntomas, se repiten en casi todos los casos y son de fundamental relevancia, ya que se ha descrito que pueden agravar la situación del paciente, pudiendo concluir en la muerte.

De hecho, un 10% de las personas que padecen de este desorden concluyen su vida dado a la incapacidad de poder regular sus emociones y conductas. Esta trastorno tiene un componente ambiental. Puede gatillarse debido a haber vivido en un ambiente invalidante durante la niñez o pubertad, como, por ejemplo, la violencia intrafamiliar, el abuso sexual o el bullying.

El diagnóstico para dicha enfermedad generalmente se realiza en la etapa adulta temprana, pero hay casos, en donde se puede identificar en la adolescencia. Es por esto que existen terapias dirigidas a adolescentes y a adultos.

Nuevas terapias

Debido a esta razón se generan nuevas terapias, para abarcar a un número mayor de pacientes y poder otorgarles las herramientas para que puedan construir una vida plena. Una de estas terapias es la llamada Terapia Dialéctica Conductual (Dialectical Behaviour Therapy, DBT), que fue creada gracias a Marsha Linehan, una profesora y psicóloga estadounidense. Ella padecía de este trastorno desde edades muy tempranas, lleno de atentados contra su vida. Vagaba desesperadamente de especialista a especialista durante 20 años, sin encontrar algún tratamiento que pudiera ayudarla.

A pesar de sus años oscuros, ella no perdió la esperanza de poder sanarse y ayudar a otras personas, por lo que estudió psicología hasta conseguir su doctorado y pudo proponer dicha terapia. Esta terapia fue inicialmente pensada para tratar a las personas que padecían borderline, pero luego se pudo adaptar para poder tratar otras enfermedades psiquiátricas como la depresión, los trastornos de ansiedad, de adicción y alimenticios.

La Terapia Dialéctica Conductual se basa en enseñar a los pacientes varias habilidades psicosociales, que permiten el control de las emociones y la conducta. Combina diversas técnicas cognitivo-conductuales dirigidas a la regulación emocional, pruebas de realidad con los conceptos de tolerancia a la angustia y al malestar, aceptación y plenitud de consciencia, que derivan de prácticas de la meditación budista, llamada mindfulness.

Los objetivos principales de este tratamiento son la reducción de las conductas suicidas y de auto daño, reducción de las conductas que interfieran en la calidad de vida del paciente, incrementar el uso de habilidades de conducta, resolver el estrés post traumático y lograr la autovalidación y el respeto hacia uno mismo.

Además, consta de terapias individuales con el psicólogo a cargo del paciente y terapias grupales con varios pacientes, se enseñan habilidades conductuales incluyendo la presencia de dos terapeutas. Estas habilidades pueden reforzarse en terapia individual, donde se discuten temas como los comportamientos autodestructivos y/o suicidas, los comportamientos que afecten la calidad de vida del día a día y finalmente conseguir el propósito final, trabajar por una vida que valga la pena vivir.

Reducir los riesgos de autolesión y suicidas

Estudios recientes han demostrado que esta terapia presenta efectos positivos en la vida de los pacientes. Un estudio dirigido por Marsha Linehan demuestra que la Terapia Dialéctica Conductual permite la reducción de las conductas de auto daño y de intentos de suicidio en adolescentes que padecen alto riesgo suicida.

El estudio consistía en realizar esta terapia psicológica durante seis meses, en donde observaron que los índices de intentos de suicidio se redujeron, pero después de doce meses post tratamiento, volvieron a aparecer. Esto se debe a que esta terapia dura un año y medio, por ende, los seis meses de estudio no fueron suficientes para crear cambios constantes en los pacientes.

Otro resultado interesante de este estudio es que los pacientes que participaron de la Terapia Dialéctica Conductual tuvieron un menor número de abandonos a la terapia, en comparación con terapias psicológicas tradicionales. Por ende, los pacientes del DBT presentaron un mayor índice de término de la terapia.

Un segundo estudio, a cargo del equipo de Van den Bosch, se enfocó en pacientes con trastorno límite de personalidad. En esta investigación se comparó el efecto del DBT versus una terapia convencional sobre la reducción de síntomas de dicho trastorno. Efectivamente, la terapia dialéctica conductual redujo los síntomas severos de esta enfermedad en los pacientes que la padecían, como el riesgo suicida y de auto daño, indicando una gran efectividad de este tratamiento.

DBT en otros trastornos

Y, por último, un estudio orientado en pacientes con trastornos alimenticios, dirigido por Alexandra Pennell, también utilizó este tratamiento para determinar si podría reducir los síntomas y problemas que traen los trastornos alimenticios, como el trastorno por atracón y la bulimia. En este sentido, el DBT logró reducir dichos síntomas, en donde los pacientes pudieron conseguir un peso ideal, reducir el número de los ingresos a instituciones psiquiátricas y reducir las conductas dirigidas a estas acciones auto destructivas.

Por lo tanto, esta terapia, que ha sido diseñada y dirigida inicialmente para tratar a los pacientes que padecen del trastorno límite de personalidad, igualmente puede ser utilizada para ayudar a personas que tengan otros problemas. En este caso tenemos los trastornos alimenticios, el alto riesgo suicida y las conductas de auto daño. Por ende, si sientes que no tienes salida, que no tienes esperanzas en seguir adelante, recuerda que esta mujer y estos pacientes lograron seguir adelante, a pesar de las adversidades.

Sí existe tratamiento, sí existe una salida que no sea la muerte y, por lo tanto, si tenemos la voluntad de querer cambiar, te aseguro que esa luz de esperanza volverá. Esto lo digo, como paciente de dicha terapia, que me ha ayudado a poder comprenderme mejor y poder luchar para conseguir una vida plena y que valga la pena vivir.

Fuentes:

*Este artículo surge del convenio con el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso.

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