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El profesor que trabaja con los niños en Tirúa para mantener el mapudungún CULTURA Crédito: U. de Chile

El profesor que trabaja con los niños en Tirúa para mantener el mapudungún

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El educador parvulario Antonio Chiwaikura está dedicado a la enseñanza de la lengua en el Wallmapu. «Yo sabía que tenía que volver a territorio mapuche para tratar de construir y apoyar en este proceso de reconstrucción como pueblo, en la lengua, en educación, en cultura, en lo que se pueda”, asegura. En esta labor, destaca además que “a través de la lengua he podido hacer una búsqueda hacia mi propia persona y mi propia cultura. La lengua es muy importante en las niñeces. Siendo plurilingüe, hace que seas más empático porque aprendes a pensar como la otra persona, y elegí Parvularia por eso, por el aprendizaje de las lenguas y también porque el mapudungun está pasando por un momento muy crítico, ya que hay muy pocos niños y niñas hablantes».


Antonio Chiwaikura estudió educación parvularia y básica inicial en la Universidad de Chile desde 2010 a 2015, una carrera que tiene un significado especial para él y una importancia fundamental ante el escaso porcentaje de penetración que tiene actualmente el mapudungun en niñas y niños durante la primera infancia.

Oriundo de Cholchol, Chiwaikura relata que su sueño siempre fue aportar con la educación preescolar en algún territorio del Wallmapu. Por eso, hoy busca cumplir su meta de perpetuación de la lengua mapuche desde su puesto de coordinador comunal de educación parvularia de la Municipalidad de Tirúa, la cual cuenta con alrededor 300 niñas y niños de jardines infantiles y escuelas en niveles de transición.

«Yo sabía que tenía que volver a territorio mapuche para tratar de construir y apoyar en este proceso de reconstrucción como pueblo, en la lengua, en educación, en cultura, en lo que se pueda”, asegura. En esta labor, destaca además que “a través de la lengua he podido hacer una búsqueda hacia mi propia persona y mi propia cultura. La lengua es muy importante en las niñeces. Siendo plurilingüe, hace que seas más empático porque aprendes a pensar como la otra persona, y elegí parvularia por eso, por el aprendizaje de las lenguas y también porque el mapudungun está pasando por un momento muy crítico, ya que hay muy pocos niños y niñas hablantes».

«La lengua es el futuro, un futuro que se ve un poco oscuro en estos momentos, porque muchas veces se cree que los niños no pueden pensar, reflexionar o que no tienen más motivaciones que jugar. Eso es una mirada adulto-céntrica, pero son los primeros años de vida los que nos marcan, se desarrollan los primeros conocimientos, aprendizajes, herramientas, además de que se instala el lenguaje y aprendizaje de la lengua», agrega Chiwaikura.

Pueblo mapuche post 18-O

Para Antonio, el estallido social de 2019 permitió a muchas chilenas y chilenos cuestionarse sus raíces y ver con ansias la opción de querer re-conocerse, saber quiénes somos, de dónde venimos y quiénes estuvieron antes que nosotros. Es por eso que para él no fue una sorpresa la elección de Elisa Loncon como presidenta de la Convención Constitucional.

«Yo creo que el mapudungun y las culturas originarias se respetan mucho más. Es un respeto hacia todas las personas que habitan estos territorios. Después del estallido social, la gente se ve hacia sí misma y no tanto hacia Europa. Por eso veo importante que Elisa y todas las personas de pueblos originarios ocupen estos espacios, que muestren diversidad en un territorio que no es hegemónico, que tiene distintas culturas e identidad que no tienen por qué ser chilenas», plantea Chiwaikura.

«He seguido la trayectoria de Elisa Loncon, la conozco y en el tema lingüístico es muy importante, pero también es significativo que esté ahí porque tanto ella como sus hermanos y hermanas (en la Convención) muestran formas más amables de construir, porque tuvieron infancias amables. Amables con el medioambiente y la comunicación, una infancia donde pedimos permiso para entrar al río a bañarse. Por eso, alguien que pide permiso para sacar una hoja al árbol, debate sobre el futuro y construcción de un país, enriquece la mirada”, añade el educador.

Infancia violentada

La construcción del «Che» (hombre o mujer) desde la infancia mapuche y de pueblos originarios ha estado marcado por la violencia de la intolerancia, y por eso otras de las tareas que busca Chiwaikura es buscar una reparación para las niñeces que se sientan violentadas en el Wallmapu.

«Tirúa es un espacio complejo y difícil porque hay muchos intereses económicos de las forestales, sobre las aguas, sobre el mar, sobre recursos naturales, que son vistos con esta perspectiva de usufructuar de estos recursos, pero también hay una resistencia de hermanos y hermanas por esta ternura que tienen sobre el territorio y esta resistencia crea espacios de violencia», afirma.

«Creo que hay una violencia estatal en espacios como Tirúa, donde está lleno de militares, de personas preparadas para la guerra. Vas a un negocio y hay efectivos militares con armas y enfrentamientos, entonces las niñeces crecen y viven en un espacio violentado. Estos grupos militares están cerca de las escuelas, no cuidando a la gente, entonces pueden quemar las escuelas, pueden enfrentarse a fuego cruzado, y los niños están viendo eso y formándose con esa violencia, que por supuesto les afecta y afectará biológicamente, emocionalmente, y es bastante duro poder ver y sentir el miedo de las niñas y niños, que no puedan dormir bien, y sienten y temor de lo que está pasando. A los adultos y adultas no nos queda más que contener y tratar de educar para construir hacia la paz», concluye.

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