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Un viaje hacia la poesía de Juan Arabia CULTURA|OPINIÓN

Un viaje hacia la poesía de Juan Arabia

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Sergio Sepúlveda A.
Por : Sergio Sepúlveda A. Sergio Sepúlveda A. Profesor Escritura Creativa PUCV. Escritor.
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En “Hacia Carcassonne” (Pre-Textos, 2021), el poeta argentino revela la virtud de la ciudad francesa patrimonio de la humanidad y la hondura de una realidad oculta que emerge a través de las calles y su pasado. Los lugares dan paso a impresiones sobre nuestra existencia y de cómo la naturaleza nos entrega pistas sobre la verdad del mundo. Con un talento y sobriedad particular, Juan Arabia es capaz de modelar las distintas caras de la belleza, donde conviven los impostores de la palabra y el canto inmanente de los pájaros en el cielo.


Los caminos de la poesía son complejos y en su abstracción nos muestran el mundo que no vemos. Representa, al igual que la pintura de Klee o Rothko, cuadros de sensaciones ocultas de difícil acceso. Observamos el cielo, los montes lejanos y somos testigos de procesos que esconden significados y representaciones remotas, digamos, la verdad que nos remece al anochecer.

Precisamente, en “Hacia Carcassonne” (Pre-Textos, 2021), del poeta, traductor y crítico literario Juan Arabia (Buenos Aires, 1983), vemos la historia de una ciudad marcada por un pasado y tradición que guarda en sus calles y muros el secreto de una belleza que emerge a través del viaje.

Más allá de elementos concretos de sus versos, leer a Arabia nos obliga a cuestionar la realidad que apreciamos. Vagamos por sus poemas como desconocidos en un pueblo amurallado donde nadie nos conoce. Es una sensación que nace desde los primeros poemas del libro y que funcionan como una declamación de principios, por ejemplo, en Tensó: “Avanzando, por encima del mástil/imitando el sonido de los pájaros/mucho antes de que otros poetas/invadieran el cerco con canciones/tontas y estancadas”.

De igual forma, leemos en Carcassonne la unión y el anclaje que se sucede entre sus poemas, como si la totalidad del libro expresara un mismo ideal: “El único castillo construido/hacia el horizonte es el de los pájaros. /El otro es el refugio de los pobres/que siempre exigieron autoridad”.

La palabra es el viaje hacia el corazón de las ciudades. Narran el pasado remoto que guardan los versos de poetas antiguos y los callejones de piedra por donde renace la virtud del mediterráneo. La comunión entre los versos y esta realidad es una de las claves por donde Juan Arabia se despliega en sus poemas y una huella que ensancha los caminos de Carcassonne.

Posiblemente, uno de los mejores versos del libro se encuentra en Purgatorio Crane —guiño al poeta estadounidense Hart Crane—, donde expresa a cabalidad la hondura y secretismo de la naturaleza: “Toma este mar cuyo diapasón toca las campanas/de oraciones en papiros de plata nevada”.

El despojo al leer estos versos es parte fundamental para recordar que los versos deben ir más allá del papel, de los libros y las palabras. Arabia nos obliga a sumergirnos en la sensación de que algo sucede a nuestro alrededor y de que la quietud aparente de Carcassonne contiene la esencia de una futura belleza.

Contra los falsos profetas

Juan Arabia ha publicado varios libros de poesía, entre los que destacan “Il Nemico dei Thirties” (Samuele Editore, Collana Scilla, 2017), “Desalojo de la naturaleza” (Buenos Aires Poetry, 2018), “L´Océan Avare” (Al Manar, Voix Vives de Méditerranée en Méditerranée, 2018) y “Hacia Carcassonne” (Pre-Textos, 2021).

Etiquetar su obra y su estilo creo que es un experimento infértil, porque sus versos deambulan y recorren tanto la tradición de un canon poético clásico (quizás con influencia estadounidense e italiana), como también las reminiscencias de una poesía contemporánea. La crítica hacia los falsos profetas y la ironía también son parte de su estilística.

La encontramos en varios de sus poemas, como por ejemplo en Presencia: “Y a esos lunáticos de la noche académica/una presencia de escarabajos/los corroe porque no han visto la tierra/ni el horizonte”. Mientras que en Infierno: Marcabrú dialoga con el destino y el amor “Todos los falsos tienen su lugar reservado/el verdadero amor lo ha prometido/en el reino del dolor y la desesperación”.

Creo firmemente que debemos leer aquello que nos hace descubrir significados que no habíamos advertido. Las páginas de “Hacia Carcassonne”, en este caso, crean un modelo vivo que nos desliza por los límites de una ciudad cuya belleza y bondad se esconde en las llanuras, en las ruinas, en los rayos de sol y en la noche misteriosa. Ya lo decía Raúl Ruiz «el arte debe proporcionar a las personas emociones que nunca han vivido antes, que nunca han sentido.

No se trata de hacer llorar, sino de que la lágrima salga de una manera particular, cuando uno menos lo espera, y por razones que no se entienden». Los versos de Juan Arabia se encuentran en esta línea. Sus poemas, como un boxeador experimentado y paciente, nos golpean apenas bajamos la guardia. Nos dejan si aliento al terminar el último round.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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