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El rol clave que tuvo en “La batalla de Chile” el director que inspiró la película “Doce Monos” CULTURA

El rol clave que tuvo en “La batalla de Chile” el director que inspiró la película “Doce Monos”

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Chris Marker, cineasta francés que ganó fama mundial con la cinta «La Jetée», fue quien en 1972 consiguió el material con el que se filmó el aclamado documental de Patricio Guzmán, burlando el bloqueo que Estados Unidos había puesto sobre Chile y que prohibía la importación de película virgen.


Chris Marker, director de cine francés que ganó fama mundial con su cinta “La Jetée” de 1962 y que sirvió de inspiración a Terry Gilliam para su película “Doce monos” de 1995, cumplió un papel clave para la realización del documental «La batalla de Chile», del cineasta Patricio Guzmán, reseñó el canal La Red, que emitió la obra este fin de semana pasado.

El galo vino a Chile en mayo de 1972 y visitó al realizador en su casa en Santiago de Chile, en un momento en que el país era visitado por extranjeros de todo el mundo, interesado en la vía chilena al socialismo.

Marker estaba interesado en “El Primer Año”, largometraje de Guzmán que contaba los primeros doce meses del gobierno de Salvador Allende. El francés quería filmar lo que estaba ocurriendo en Chile y como el director chileno ya lo había hecho, le ofreció comprarle la cinta y distribuirla en Francia.

“El Primer Año” se mostró en muchas ciudades de Francia, Bélgica y Suiza; ganó el festival de Nantes y obtuvo el premio FIPRESCI en Mannheim.

“Han pasado cuarenta años de esta conversación y sólo hace muy poco descubrí que marcó mi vida para siempre, ya que mi modesta carrera de cineasta novato, dio un vuelco enorme a partir de ese momento”, contó hace algunos años Guzmán en el sitio La Fuga, un episodio que también relata en su libro sobre su documental «La batalla de Chile» (Editorial Catalonia, 2020).

Crédito: Armindo Cardoso / SPA, Lisboa, Portugal

Pedido de ayuda

Varios meses después de la visita de Marker, Guzmán estaba en problemas. Esto porque meses después, a raíz del bloqueo económico que el gobierno de Richard Nixon había puesto sobre Chile, el realizador y su equipo fueron despedidos de Chile Films. Además, estaba prohibida la importación de película virgen y otros productos.

Eso significaba que Guzmán ya no tenía material cinematográfico para seguir filmando. Entonces le escribió a Marker pidiéndole ayuda.

“NO TENEMOS material virgen. Debido al bloqueo de Estados Unidos las importaciones pueden tardar un año. Para conseguir ese material hemos pensado en ti… Discúlpame la extensión y, te ruego, respóndeme con absoluta franqueza. Confío plenamente en tu criterio. Un abrazo, Patricio”, dice el final de la carta que le envió el 14 de noviembre de 1972.

Una semana después recibió un telegrama del director francés: “Haré lo que pueda. Saludos. Chris”.

Llega el material

Un mes después llegaba al aeropuerto de Santiago una caja que venía directamente de la fábrica Kodak con todos los recursos que logró reunir Marker: 43 mil pies de película en 16 mm y blanco y negro, más 134 cintas magnéticas para Nagra.

“Los cinco miembros del equipo de La Batalla de Chile no dábamos crédito al contemplar estas latas relucientes (que parecían espejos). Nunca habíamos visto latas nuevas ya que siempre habíamos empleado bobinas viejas con la fecha del material vencido”, relata Guzmán.

Esas películas enviadas por Marker hicieron posible que Guzmán filmara su obra maestra. El material lo guardaba en casa de un familiar, y gracias al embajador de Suecia, Harald Edelstam, fue enviado por barco a Estocolmo y, desde ahí, a Cuba donde se terminó de montar. El propio Guzmán fue detenido y estuvo en el Estadio Nacional, y en noviembre abandonó el país rumbo al exilio.

Contacto en París

La última vez que Guzmán vio a Marker fue en el Festival de San Francisco en 1993, pese a que por más de una década vivieron en la misma ciudad.

El 2 de agosto de 2012, Guzmán escribió el texto “Lo que le debo a Chris Marker”, tras la muerte del director francés el 29 de julio de ese año.

“Adiós gran amigo, buen viaje, gracias desde mi corazón por todo lo que me has dado. Para mi vida ha sido lo mejor. ¡Venceremos!”, finaliza el texto.

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