El mindfulness se ha convertido en una tendencia global, una práctica meditativa que se presenta como el antídoto ante el estrés, pero a su vez nos hace responsables de padecerlo sin cuestionar los factores externos que realmente lo generan. La presentación apolítica de esta técnica que promete una ambigua libertad, junto con mejorar el rendimiento y la concentración, se podría convertir, tal como lo advierte Ronald E. Purser en “McMindfulness. Cómo el mindfulness se convirtió en la nueva espiritualidad capitalista” (Alianza editorial 2021), en una “forma banal de espiritualidad que pone trabas a las transformación social y política, y refuerza el statu quo neoliberal”. Ve la reseña a continuación: