Las decisiones de los municipios que, cual inquisición, han obstaculizado o lisa y llanamente denegado su apoyo, no termina de sorprender, en un mal entendido de su poder ante la comunidad que los puso en sus cargos. Sorprende que esta actitud es transversal en lo político, autoridades representantes de los partidos políticos que van desde el Partido Comunista, Frente Amplio y UDI han marginado con sus decisiones la cultura. Estas municipalidades, que actúan como feudos o reinados, deciden y cierran espacios para el arte que benefician a sus comunidades. Entre las víctimas están: Lollapalooza, Puerto de Ideas, Teatro a Mil y el Museo Los Tajamares.
Si existe un gremio afectado por la pandemia, ese es el mundo de la cultura en todas sus manifestaciones, prácticamente desde el estallido social que los teatros y espacios culturales comenzaron a cerrar sus puertas por temor a ser vandalizados (centro cultural violeta parra, cine arte alameda), a partir de ese momento los artistas vieron como sus fuentes laborales desaparecían junto con la llegada de la pandemia, que definitivamente impidió poder ejercer su trabajo, es así como músicos, actores, equipos técnicos y gestores culturales se vieron obligados a reinventarse ejerciendo oficios alejados de su expertise para sobrevivir ellos y sus familias.
Al día de hoy la situación no ha variado, cumpliendo dos años de parálisis laboral y con un futuro incierto en el horizonte, que depende del comportamiento de los contagios que inciden en los aforos permitidos en los espacios como los teatros y otros.
En este contexto sus posibilidades de trabajo real como los festivales de música, teatro y otras instancias, representan la posibilidad de volver a recuperar su fuente laboral. Es aquí cuando resulta incomprensible que con toda esta realidad las autoridades comunales no tengan la sensibilidad de apoyar a este mundo, y en contrario toman decisiones que los perjudican y coartan aún más sus posibilidades laborales.
Las decisiones de los municipios que, cual inquisición, han obstaculizado o lisa y llanamente denegado su apoyo, no termina de sorprender, en un mal entendido de su poder ante la comunidad que los puso en sus cargos. Sorprende que esta actitud es transversal en lo político, autoridades representantes de los partidos políticos que van desde el Partido Comunista, Frente Amplio y UDI han marginado con sus decisiones la cultura. Estas municipalidades, que actúan como feudos o reinados, deciden y cierran espacios para el arte que benefician a sus comunidades.
Este Festival que desde sus orígenes se ha desarrollado en la explanada del Parque O’higgins por espacio de 10 años, constituyéndose en el Festival que por su organización ha posibilitado que puedan venir a nuestro país las bandas y artistas más destacados en su género a nivel internacional, posibilitando también a que los artistas nacionales puedan presentarse en ese escenario y que a partir de esta plataforma puedan acceder a otros países, hoy no podrá continuar llevándose a cabo en este espacio de la comuna de Santiago, por decisión del Reinado y su Corte que determino que el Festival representa un problema para el sector, independiente que la organización aporta al municipio cerca de $600.000.000.- para mitigar posibles daños, sin perjuicio que la actividad representa una fuente laboral no solo para los artistas, también para equipos técnicos y de producción, como también para variados servicios que se prestan durante el transcurso del Festival que se ha ganado un nombre en el concierto de Festivales a nivel internacional.
La Inquisición del Reinado de Santiago decide eliminar de su comarca a Lollapalooza, la Corte así lo determino.
Con un gran esfuerzo de energías, compromiso y contactos de sus organizadores, se ha logrado por 10 años levantar una gran iniciativa que es un orgullo no solo para Valparaíso, también para nuestro país. Este gran encuentro de las artes ha sido reconocido a nivel internacional, lo que queda de manifiesto con las personalidades que año tras año participan en su programación.
Sin embargo, nuevamente asoma la Inquisición del Reinado de turno, en este caso Viña del Mar, municipio al cual se le ofreció poder llevar parte de las actividades del encuentro a los habitantes de esta ciudad, pero como el poder lo tiene la Corte y el sequito del reinado deciden no aceptar la oferta, aduciendo que el evento se financia con aportes de una Embajada que a esta Corte no le simpatiza. Y así entonces impiden y dejan a sus súbditos sin la posibilidad acceder a los contenidos de este gran encuentro cultural.
Adriana Valdes, Directora Academia de la Lengua.
“Puerto de Ideas ha sido un regalo y un refresco para la cultura, es una fiesta donde se conversan temas de las artes, ciencias, el pensamiento, lo acontecido con la Municipalidad de Viña del Mar es un síntoma de pequeñez y mezquindad”
Pablo Simonetti, Escritor.
“Que una funcionaria municipal se niegue a recibir algunas de las actividades en su comuna, es de una ignorancia y una pequeñez supina”
Carla Guelfenbein, Escritora.
“Me parece una actitud deplorable. Ese es exactamente el Chile que no queremos”
Agustin Squella, Convencional Constituyente, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009.
“Darle la espalda a Puerto de Ideas es darle la espalda a la cultura”.
Este Festival que por 30 años ha brindado a los chilenos lo mejor del arte en forma gratuita, co continua más en el Reinado de Las Condes porque la Corte por 7 votos contra 3 determino que “no comparten la ideologización de sus contenidos”. Así entonces se suma al oscurantismo de la cultura en esta asonada de la inquisición de la cultura en nuestro país.
La Corte determinó que los vecinos de su Reinado merecen algo superior a sus elevadas mentes y necesidades intelectuales. Proponen que los artistas ahora deberán concursar con sus propuestas vía casting, donde deberán demostrar ante esa Corte sus habilidades artísticas que ellos evaluarán. Así entonces los músicos podrán interpretar temas acordes a sus oídos, pero no vaya a ser cosa que quieran mostrar temas de Violeta Parra o versos de Pablo Neruda, porque lo más probable es que no le va a ir bien y no van a calificar a los fondos. Lo mismo ojo con las obras de teatro.
A partir de 1603 se comenzó a construir el Puente Calicanto sobre el rÍo Mapocho, en su época fue considerado uno de los tres proyectos arquitectónicos más importantes de Latinoamérica, fue el primer paseo público de gran nivel en Santiago.
Posteriormente con el paso del tiempo el puente fue derribado, quedando partes enterradas en los alrededores de la construcción. A comienzos de 1980 se inauguro el Museo de los Tajamares bajo la superficie, destacando grandes bloques de lo que fue el puente, para que los visitantes pudieran admirar por ejemplo cómo pegaban con claras de huevo los ladrillos. En ese espacio se presentaban diversas exposiciones artísticas, decayendo los últimos años, pero toda la infraestructura permanecía intacta.
En estos días se cumplen dos años desde que por decisión del reinado de Providencia se ordenó sepultar bajo toneladas de tierra y escombros el Museo, sin mayor consulta a la comunidad, pasando a llevar decretos que lo calificaban como Monumento Nacional. En cualquier país civilizado atentar contra el patrimonio implica grandes penas, siendo el Estado quien persigue a los responsables. Aquí pareciera que el Reinado conlleva impunidad a los autores de este grave daño a un bien patrimonial.
Nuevamente entonces asoma la Inquisición, que como en los otros casos aquí mencionados y este en particular un ser iluminado determinó que las nuevas generaciones de chilenos no podrán conocer parte de nuestra historia en los comienzos de la Colonia. Enterrar un Museo representa una vergüenza nuestro país. Santiago, Las Condes, Providencia y Viña del Mar unidas, jamás serán vencidas.