Según la AChHi, el texto titulado “Atrévete Chile” se trata de «una propuesta que no solo desconoce el desarrollo historiográfico en el país, sino que también las características de ese conocimiento, en tanto saber fundado en fuentes que se comparan, contrastan y critican. La iniciativa, además resulta problemática y abre interrogantes entre las que se cuentan, ¿qué pasado se intentará reclamar, legitimándose en la pretendida verdad histórica? ¿Qué tipo de ciudadanía intentará promover esas reivindicaciones? ¿Qué conocimiento se pretende prescribir? ¿Y qué conocimiento se busca obliterar?». Y añade que «como Asociación Chilena de Historiadores rechazamos estas propuestas que constituyen un riesgo para la investigación y la enseñanza de la historia y, en último término, para una convivencia democrática informada, en la que se puedan procesar nuestras diferencias de manera libre y racional. Las amenazas de reivindicaciones y revisiones unilaterales atentan contra el núcleo de una reflexión histórica que aspire a ser transformativa y permita pensar y comprender la realidad social desde diversas perspectivas», concluye.
La Asociación Chilena de Historiadores (AChHi) manifestó su preocupación por el programa presentado por el candidato presidencial José Antonio Kast, particularmente en lo que se refiere a la disciplina histórica y el conocimiento sobre el pasado en el espacio público.
Según la AChHi, el texto titulado “Atrévete Chile” utiliza un lenguaje e interpretaciones históricas «tendenciosas, simplistas, engañosas y excluyentes para justificar sus propuestas de políticas públicas».
Esto se refleja –según la declaración– en el inicio de distintos capítulos, donde se ofrecen explicaciones de la trayectoria histórica chilena, como las relacionadas con la historia de la educación en Chile y la historia de las políticas culturales, «que silencian o niegan la importante función que el Estado ha cumplido en estos ámbitos».
Además, el comunicado destaca que el programa se refiere a los avances sociales de los últimos años como “transformaciones sociales totalitarias” (p. 5).
«A esto se suma la negación a perspectivas que desde hace décadas se vienen desarrollando en las Ciencias Sociales, como los enfoques de género, definidos en su programa como ‘articulación ideológica’ (p. 4). Todos estos elementos demuestran la nula valoración que la candidatura mencionada ha otorgado al conocimiento fundado y a la investigación, y que –por lo demás– han quedado evidenciados en las opiniones que el candidato y su equipo han expresado sobre diversos temas, en particular respecto a la relativización de la dictadura de Augusto Pinochet y la negación de las violaciones a los derechos humanos».
Asimismo, la Asociación acusa que el programa de Kast presenta diversas iniciativas «que constituyen un peligro para la investigación y enseñanza de la historia».
Entre estas destaca la medida Nº 770, que señala la urgencia de una “reivindicación de la verdad histórica” en diferentes espacios, en bibliografía especializada y textos de enseñanza.
Se trata de «una propuesta que no solo desconoce el desarrollo historiográfico en el país, sino que también las características de ese conocimiento, en tanto saber fundado en fuentes que se comparan, contrastan y critican. La iniciativa, además resulta problemática y abre interrogantes entre las que se cuentan, ¿qué pasado se intentará reclamar, legitimándose en la pretendida verdad histórica? ¿Qué tipo de ciudadanía intentará promover esas reivindicaciones? ¿Qué conocimiento se pretende prescribir? ¿Y qué conocimiento se busca obliterar?».
«Las múltiples alusiones a la historia patria y a la historia nacional permiten atisbar un retroceso hacia la visión de la historia como ejemplo, una historia lineal, unilateral y monocultural, basada en la primacía exclusiva de la nación y en la negación de sus tensiones internas y diversidades. Se trata de la imposición de una forma de ver el pasado, cuya implicancia será la reproducción de las exclusiones, la dificultad de comprender en perspectiva histórica problemas que hoy ocupan un lugar central en el debate público, como la violencia y la desigualdad, y la obstaculización a la oportunidad de pensar históricamente para comprender el pasado de manera informada, compleja y crítica».
De acuerdo a la AChHi, los problemas señalados se acentúan al considerar el lenguaje utilizado en el programa de Kast, «tendiente a cuestionar la vida en comunidad, la colaboración y participación ciudadana».
«Esto se ha reflejado en las reiteradas referencias a un ‘campo de batalla’ en el ámbito cultural, ideológico y programático, que sólo contribuyen a construir visiones dicotómicas, polarizar el debate y negar las diferencias», advierte.
«Como Asociación Chilena de Historiadores rechazamos estas propuestas que constituyen un riesgo para la investigación y la enseñanza de la historia y, en último término, para una convivencia democrática informada, en la que se puedan procesar nuestras diferencias de manera libre y racional. Las amenazas de reivindicaciones y revisiones unilaterales atentan contra el núcleo de una reflexión histórica que aspire a ser transformativa y permita pensar y comprender la realidad social desde diversas perspectivas», concluye.