Fundación PROhumana –a través de Mesas Redondas con participantes provenientes del mundo privado, público, organizaciones medioambientales y expertos– desarrolló discusiones en torno a las estrategias que se deben llevar a cabo entre todos los actores involucrados para remediar la crisis hídrica que vive el país. «Esta estrategia debería considerar una transformación sistémica que se sustenta en los principios rectores –proteger, respetar y remediar– de los derechos humanos y que se articula en el marco de un desarrollo humano sustentable y regenerativo, buscando sanar y respetar la naturaleza», explicó a El Mostrador la fundadora de la fundación, Soledad Teixidó. En el documento se detalla, además, que «las empresas deberían apuntar en desarrollar procesos productivos que reduzcan el consumo, aportando a la mayor disponibilidad de agua para lograr la seguridad hídrica de los territorios y sus actores. La meta debe estar en cómo reducir los usos y la extracción de agua, comprendiendo el irreversible escenario de escasez en el que se encuentra Chile».
La fundación PROhumana lanzó el Estudio «Mesa Redonda PROhumana Meta Crisis del Agua: urgencia de visión y transformación sistémica», donde 66 personas del mundo privado, público, de la sociedad civil y académicos se reunieron en mesas redondas para discutir sobre la crisis hídrica que afecta a distintas zonas del país.
En las mesas participaron sujetos de empresas privadas, como Antonella Pellegrini, Sustainability Manager de Enel; Claudio Sebaach, el presidente ejecutivo de Generadoras de Chile; Daniel Gordon, gerente de Medio Ambiente – Colbún; y Edson Landeros, gerente de planificación de Aguas Andinas. Además de organizaciones ambientales como Fima, Fundación Mi Parque, Oceana, entre otras.
«Este Estudio es el ejercicio 18 que realiza PROhumana con el objetivo de comprender colectivamente lo que no se ha advertido, lo que no se logrado y lo que falta para avanzar en grandes dilemas sociales, como lo es en este caso la escasez y brecha hídrica. Esto con el foco de aportar al desarrollo humano sustentable de Chile y sus actores, como lo son las empresas, los gremios, el Estado y la sociedad civil», comentó la fundadora de PROhumana, Soledad Teixidó.
En el estudio se discutieron cinco ejes principales en relación con las acciones a tomar según los actores privados, el Estado y la sociedad civil, respecto a la brecha de acceso al agua y la escasez hídrica. El primero es la «falta de visión y transformación sistémica», donde los líderes empresariales «observan con preocupación que la brecha y riesgo hídrico no se aborde desde la estrategia del negocio y por quienes llevan el timón en las empresas. La relevancia está instalada en cómo ser más eficientes en la gestión del agua cuando impacta directamente en los costos y desarrollo propio del negocio, y no en que la falta del recurso hídrico pone en riesgo al ecosistema que da viabilidad a cualquier tipo de negocio», detalla el informe.
Mientras que la sociedad civil argumenta que hay una «falta de capacidades y recursos de las ONGs para instalar con más fuerza temas estratégicos como eeste en la agenda pública, se suma a la propia debilidad que han tenido en coordinarse como colectivo para dialogar y abogar constructivamente para que la urgencia hídrica se aborde como un riesgo real e imperioso. Tampoco, observan un accionar intencionado y estratégico de la empresa por enfocarse en consumir menos agua, sí por ser más eficientes y efectivos en sus procesos, lo que no siempre soluciona el origen de la crisis que es comprender que hay una falta del recurso y mala gestión en su uso», explica el documento de PROhumana.
El segundo eje es «¡Inactivo protagonismo empresarial!», donde se crítica que los líderes empresariales no han asumido su rol protagónico y estratégico para enfrentar la meta crisis del agua. Lo que deriva en el tercer fundamento, «Urgencia de liderazgos empresariales regenerativos y valientes», donde –según un gráfico– los líderes de las empresas que participaron de las Mesas Redondas describen «con insuficiencia de conocimiento técnico y, sobre todo de consciencia estratégica sistémica» a los dueños, directores y primera línea de las empresas.
Además observaron «con preocupación cómo esta realidad afecta la viabilidad de los negocios ante la diversidad de riesgos que conlleva la crisis hídrica. Los liderazgos en Chile están hoy en lo que el concepto tormenta perfecta representa: es una realidad de urgencia global, que está poniendo en riesgo a la humanidad, pero que si no se observa un efecto evidente en el negocio no se aborda, pero se está en medio de una crisis que ya se desató», describe el informe.
Luego, en el cuarto eje, «el actuar de las empresas para enfrentar la meta crisis del agua», se concluyó que las empresas no comprenden que el ecosistema impactado por la brecha y riesgo hídrico afecta la estabilidad económica, ambiental y social de Chile, siendo este un tema de responsabilidad de todo el país.
En el documento se detalla que «las empresas deberían apuntar en desarrollar procesos productivos que reduzcan el consumo, aportando a la mayor disponibilidad de agua para lograr la seguridad hídrica de los territorios y sus actores. La meta debe estar en cómo reducir los usos y la extracción de agua, comprendiendo el irreversible escenario de escasez en el que se encuentra Chile».
Finalmente, en la última parte se tomaron en cuenta los roles que han jugado las empresas, el Estado y la sociedad civil para enfrentar la crisis hídrica desde el punto de vista de los representantes de la sociedad civil.
En esa misma línea, el documento expresa que los «líderes de la sociedad civil no son lapidarios sobre el hacer de las empresas y el Estado en la materia, pero sí son enfáticos en analizar los pendientes de estos en la meta crisis del agua, así como también críticos de su propio desempeño. Señalan que la crisis del agua no proviene de razones naturales, sí de una equivocada administración de las partes de un bien común cada día más escaso y que por su bajo costo es tratado como un ‘dado’ al que no se le otorga el real valor que tiene».
En ese, sentido el informe cuestiona a todos los actores involucrados en la crisis hídrica que afecta al país, con el objetivo de que se creen estrategias de transformación sistemática para garantizar los derechos humanos dentro de un desarrollo humano sustentable.
«El gran desafío está en impulsar una Estrategia de Transición Hídrica país de largo plazo e independiente del gobierno de turno, que considere el escenario actual y proyecte los riesgos futuros, con un activo, protagónico y coordinado rol de todos los actores involucrados. Esta estrategia debería considerar una transformación sistémica que se sustenta en los principios rectores –proteger, respetar y remediar– de los derechos humanos y que se articula en el marco de un desarrollo humano sustentable y regenerativo, buscando sanar y respetar la naturaleza», concluyó Soledad Teixidó.
El informe está disponible para su consulta pública y gratuita en la web de PROhumana: www.prohumana.cl