“Para nosotros los selk’nam es ver como arde nuestro cuerpo, nuestros ancestros, nuestro territorio, que sin importar quien lo habite o administre hoy en día, siempre será nuestro hogar ancestral, y cuidarlo, valorarlo y conservarlo como un tesoro para que las generaciones futuras lo conozcan y lo vivan es parte de nuestra esencia, no somos dueños de la Tierra, somos parte de ella y en este momento vemos como ardemos”, denunció el grupo Covadonga Ona.
La comunidad Selk’nam Covadonga Ona realizó un pedido de auxilio debido al incendio que afecta los bosques en Karokynká (Isla Grande de Tierra del Fuego, en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena).
“El martes 25 de enero pasado, ya a las 9 de la mañana se conocía la noticia, pero los caminos desconocidos de la burocracia en la que el sistema opera encienden la frustración de quienes no tenemos poder económico ni político, nos hizo tener que esperar hasta que los ‘protocolos’ permitieran dar la máxima alerta (…) Un foco de incendio que debió ser atendido con extrema urgencia para evitar su expansión, simplemente quedó atrapado en conductos regulares mientras los bosques de lenga ardían”, señaló la comunidad en un comunicado.
“Para nosotros los selk’nam es ver como arde nuestro cuerpo, nuestros ancestros, nuestro territorio, que sin importar quien lo habite o administre hoy en día, siempre será nuestro hogar ancestral, y cuidarlo, valorarlo y conservarlo como un tesoro para que las generaciones futuras lo conozcan y lo vivan es parte de nuestra esencia, no somos dueños de la Tierra, somos parte de ella y en este momento vemos como ardemos”.
He’many Molina, presidenta de la Corporación selk’nam Chile de la comunidad Covadonga ona, dijo que «el nivel de frustración es muy grande por el poco criterio que tienen los protocolos que se siguen en estos casos de emergencia».
«La verdad es que independientemente que es un incendio ante ojos expertos que dicen que todavía es pequeño, porque vamos como pasando las 250 hectáreas de bosque quemado, lo que no entienden es que, primero, es territorio ancestral, selk’nam. Segundo, son bosques de lenga endémicos y tercero, están las turberas y hay sitios ramsar y las turberas son los mayores almacenamientos de carbono el mundo. Si eso se libera el daño va a ser a nivel mundial y aquí hay un tema que va más allá de los intereses privados políticos, sino un tema de interés mundial por el tema del medio ambiente, del cambio climático y toda la lucha que hay a nivel internacional por posesionar los derechos de la madre tierra y resulta que acá todavía no pasa mucho, están esperando a que el incendio… no sé, la verdad es que no sé qué están esperando”, agregó.
“Nosotros como comunidad selk’nam, la comunidad Covandonga Ona y a través de las dos instituciones que tiene (Corporación selk’nam Chile y Fundación Hach Saye en Porvenir), por los temas territoriales, medio ambientales, cultural, estamos desesperadas, porque como no estamos integradas en la ley (reconocimiento indígenas ley 19.253), no tenemos fuerza política y no tenemos mayores recursos, , entonces la única forma es hacer llamados de auxilio y pedir que se le preste la atención no solo a nivel nacional sino mundial. Sabemos que decretaron la alerta roja, pero no basta, aquí debió haber sido alerta roja desde un principio, por la magnitud e importancia de la zona”.
“Esto es parte de la angustia más grande que tenemos. Sabemos que por ley ni ningún estamento legal no somos dueños del territorio, pero es nuestro territorio ancestral y nuestro deber como guardianes de nuestra cultura, es tratar de cuidar nuestro territorio, sin importar quien esté viviendo allí, sigue siendo nuestro territorio ancestral, siguen siendo nuestros ancestros, los que se están quemando, entonces nosotros acá en Porvenir, estamos en este minuto tratando de ser un apoyo para la WCS tratando de evitar que el incendio se expanda al parque Karokynká (Karukinka), cosa que va a ser bastante difícil, pero ayudando a la logística, haciendo campaña para sensibilizar para que la gente se entere, la gente se acerque, hay una cantidad importante de gente que ha ido llegando de apoco”.
He’many Molina agregó que “las respuestas fueron muy lentas, el día 25 de enero por la mañana, ya se sabía que había un incendio y hubo que esperar todo un protocolo que dio muchas horas de ventaja al fuego con un viento muy fuerte, viento que hasta ahora nos acompaña y tenemos mucho miedo porque el viento va a llevar a que se siga arrasando con el fuego. Las barreras que se hicieron fueron superadas por el fuego”.
La comunidad Covadonga ONA señaló que la Isla grande de Tierra del Fuego es un lugar apartado, con un territorio extenso y con poca accesibilidad, en donde existen grandes extensiones de bosques y turberas que se encuentran protegidas, razón suficiente para prever que una emergencia de esta magnitud no era imposible.
«La pregunta es por qué no se tomaron medidas precautorias adecuadas y eficiente, ¿cómo es posible que las comunas más alejadas y rodeadas de bosques no cuenten con una compañía de bomberos? ¿O que al menos exista un punto de Conaf estable? Miles y miles de kilómetros de bosques desprotegidos», denunció.
También señaló: “Ahora que estamos inmersos en medio de una tragedia sin precedentes, simplemente observamos cómo el viento arrastra las llamas y sentimos la desprotección de un sistema que evidentemente debe subsanar todas las deficiencias que hoy quedan en evidencia”.
Asimismo, aunque “es cierto que las voluntades existen y que se han movilizado los esfuerzos, tarde, muy tarde. Esta tragedia pudo abordarse desde el día 1, y quizás hoy estaríamos con las llamas controladas y con un incendio forestal en vías de ser apagado. Pero es todo lo contrario, estamos con una emergencia que amenaza con llegar al Parque Karukinka, con arrasar las turberas, que justamente son el foco de atención mundial para el cuidado del planeta (…) Como en toda tragedia, debemos unirnos y dejar los análisis de lo sucedido para cuando podamos hacer el recuento del daño y comenzar a reconstruir y reforestarnos”.
“La comunidad Covadonga Ona se ha puesto a disposición para aportar. La Corporación Selk’nam Chile y la Fundación Hach Saye hacen el llamado a través de sus redes sociales a cooperar. Estamos sumando esfuerzos con diversos aliados, y tratando de estar y ser útiles. Sabemos que todo lo que podamos hacer es poco, sin embargo, hacemos el llamado al país, a las autoridades. Se requiere con urgencia más aeronaves de ala fija pesada, aviones C130 de 1.500 litros, sabemos que el costo es alto, pero ese es el sentido y mejor uso del dinero. Chile siempre se ha destacado por ser solidario ante la adversidad, y esta es una emergencia territorial, de país y de mundo…hoy en día ningún bosque sobra, cada árbol falta en el planeta y no debemos darnos el lujo de sentarnos a mirar cómo se consume el bosque».
Para la comunidad, un incendio forestal, no importa en qué lugar de Chile se encuentre, debe ser de máxima prioridad y ser atendido de inmediato con todos los recursos que sean posibles.
«No son solo bosques, es la vida de todo el planeta lo que se arriesga (…) Las oraciones, los cantos de los ancestros y los cantos de la comunidad Selk’nam Covadonga Ona suenan en nuestros hogares y corazones, que nuestro llanto sea escuchado como un llamado de auxilio.Pedimos a nuestros hermanos de los Pueblos se unan en nuestro ruego por lluvia. Toda ayuda es valiosa”, indicó.
Añadió que los equipos de trabajo (Bomberos, Conaf, Ejército, municipios etc. que se encuentran en la zona) requieren agua sin gas, barras de cereal, fruta, sopas instantáneas, chocolate, frutos secos, compotas de fruta, papel higiénico, mascarillas y alcohol gel.
«Quienes se encuentran en Porvenir, pueden ir a dejar su ayuda a la compañía de Bomberos en calle Phillipi 080, Cerro Sombrero, en la sede comunitaria”, concluyó.