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Neurocientífico brasileño hablará sobre poder antidepresivo de la ayahuasca en Puerto de Ideas CULTURA|CIENCIA

Neurocientífico brasileño hablará sobre poder antidepresivo de la ayahuasca en Puerto de Ideas

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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En un mundo que lleva más de medio siglo en «guerra contra las drogas», Draulio Barros de Araujo cree que el papel de la ciencia es proveer evidencia de que las sustancias sicodélicas tienen prometedores efectos antidepresivos y ansiolíticos e, incluso, podrían ayudar en el combate a la adicción de sustancias. «Eso es algo muy curioso. Hoy usamos sicodélicos para tratar adicciones a la cocaína, la pasta base, los opioides, el alcohol y el tabaco, como tratamiento alternativo», afirma, y va más allá: «La frase de la ‘guerra contra las drogas’ no tiene sentido, porque todo es droga. Si vas a una farmacia, compras una droga. Básicamente elegimos ciertas drogas a combatir y creo que las sicodélicas deberían estar fuera de esa lista. Esto debido a la evidencia que tenemos, que causa problemas muy menores y es relativamente segura. Obviamente hay grupos de personas que no deberían consumirla, como aquellas susceptibles de tener brotes sicóticos, un historial de bipolaridad o esquizofrenia».


Una charla sobre el poder antidepresivo de la ayahuasca realizará este sábado el neurocientífico brasileño Draulio Barros de Araujo, en el marco del festival Puerto de Ideas Antofagasta, que se celebra hasta el 24 de abril.

El especialista se ha dedicado por 15 años a investigar científicamente esta sustancia, con el objetivo de conocer los efectos que genera en el cerebro humano, llegando a realizar ensayos clínicos en pacientes con depresión resistentes al tratamiento.

El investigador compartirá los resultados de sus investigaciones y sus hallazgos más recientes. Será el sábado 23 de abril, a las 18:30 horas, en el Teatro Municipal de la ciudad nortina.

Conocida por sus efectos alucinógenos, la ayahuasca, brebaje elaborado a partir de dos plantas de la zona de la Amazonia, tiene un lugar importante en la medicina tradicional sudamericana y es considerada sagrada por varios pueblos originarios amazónicos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. Su uso sanador es milenario y posee una fuerte carga cultural de creencias, cultos y veneraciones.

Origen

Barros de Araujo es doctor en Física Aplicada por la U. de Sao Paulo (Brasil) y en Física Aplicada a la Medicina y Biología por la U. de Wisconsin (Estados Unidos). Desde el 2009 es profesor titular de Neurociencias del Instituto del Cerebro, en la U. Federal de Río Grande del Norte (Brasil). Su investigación sobre los efectos antidepresivos del uso controlado de ayahuasca ha recibido financiamiento del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil (CNPq) y la Fundación CAPES, dependiente del Ministerio de Educación de Brasil.

«Hemos trabajado con la ayahuasca desde 2006. Hubo varias razones para trabajar con ella. Una fue el tema legal. Es mucho más fácil trabajar con la ayahuasca aquí en Brasil, donde es legal para propósitos rituales», explica a El Mostrador.

Su primera línea de investigación fue con individuos que tenían experiencia con la sustancia, para someterlos a una resonancia magnética. Así, los primeros proyectos fueron para comprender la base neuronal de la ayahuasca, para lo cual era necesario poder someterlos a un escáner mientras estaban bajo sus efectos.

«Cualquiera que haya estado bajo sus efectos sabe que no es algo trivial, especialmente para aquellos que no han tenido una experiencia previa. Por eso necesitábamos individuos con buenas experiencias», puntualiza.

Características

La ayahuasca se consume de forma oral y contiene una sustancia alucinógena llamada DMT (dimetiltriptamina), que es degradada por determinadas enzimas presentes en el estómago.

Se trata de una mezcla de dos plantas de la zona amazónica. Una es una planta rica en DMT, aunque consumir solo este vegetal no tiene ningún efecto. La clave es la combinación con otro vegetal, que protege a la DMT de ser degradada y permite el efecto sobre el sistema nervioso central.

«Tiene efectos muy específicos, pero el efecto que más la distingue de otras sustancias sicodélicas es que provoca mucha náusea, vómitos y a veces diarrea. Eso dificulta enormemente su uso recreacional. Por eso es improbable que la uses y vayas a una fiesta. Te da una experiencia más introspectiva».

Efectos

El investigador relata que no hay una dosis ideal, ya que depende de cada individuo.

«Algunos beben muy poca ayahuasca y tienen un efecto pleno, y otro beben mucho y no sienten ninguno», explica.

Atribuye esto a su formulación oral y a que debe pasar por el sistema digestivo, el cual difiere en cada individuo, al igual que sus efectos. En general los efectos comienzan unos veinte minutos después de su ingestión y dura unas cuatro horas. El peak del efecto se alcanza entre una y dos horas después de la ingestión.

Entre otros, el científico nombra efectos como sudoración, temblor, mientras a nivel mental incluye la generación de imágenes con los ojos cerrados, por lo cual se parece más a un «estado de sueño» que a una alucinación.

En tanto, la introspección incluye tener a la vista los propios pensamientos y emociones, que se perciben con gran intensidad, lo que al parecer tiene un efecto terapéutico, especialmente relacionado con la depresión.

«Algunos pacientes han dicho que han sentido dos horas de ayahuasca como cuatro años de sicoterapia», agrega.

Antidepresivo

El tratamiento antidepresivo de la sustancia es algo que el especialista deduce de sus investigaciones también de nivel biológico.

«Trabajamos con muchos pacientes con depresión y lo he visto. ¿Por qué pasa esto? La ayahuasca estimula algunos sistemas claves de nuestro cuerpo», dice.

«Por ejemplo, disminuye las inflamaciones, y sabemos que hay una relación entre las inflamaciones y la depresión. También aumenta la neuroplasticidad, algo que también provocan los antidepresivos. Además reduce el estrés, el cortisol. Estos tres factores parecen ser las tres razones por las cuales la ayahuasca tiene un efecto terapéutico», señala.

«Guerra contra las drogas»

En un mundo que lleva más de medio siglo en «guerra contra las drogas», Barros de Araujo cree que el papel de la ciencia es proveer evidencia de que las sustancias sicodélicas tienen prometedores efectos antidepresivos y ansiolíticos e, incluso, podrían ayudar en el combate a la adicción de sustancias.

«Eso es algo muy curioso. Hoy usamos sicodélicos para tratar adicciones a la cocaína, la pasta base, los opioides, el alcohol y el tabaco, como tratamiento alternativo».

Resalta que la ayahuasca no es adictiva ni provoca que el uso de cierta dosis de una sustancia requiera aumentarla para lograr el mismo efecto, como sucede con las anteriormente nombradas.

«La frase de la ‘guerra contra las drogas’ no tiene sentido, porque todo es droga. Si vas a una farmacia, compras una droga. Básicamente elegimos ciertas drogas a combatir y creo que las sicodélicas deberían estar fuera de esa lista. Esto debido a la evidencia que tenemos, que causa problemas muy menores y es relativamente segura. Obviamente hay grupos de personas que no deberían consumirla, como aquellas susceptibles de tener brotes sicóticos, un historial de bipolaridad o esquizofrenia», concluye.

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