El 20 de mayo fue el Día Mundial de la Abeja, día que nos recuerda la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se ven enfrentados, y su importancia para la biodiversidad. Esta es también una fecha para reflexionar sobre nuestro verdadero compromiso con la salud de este insecto, y para hacer una llamado a proteger a nuestro moscardón nativo de la extinción. A través de medidas como el control de la llegada y presencia de especies invasoras a nuestro país, y la expansión del conocimiento científico sobre esta especie, podremos contribuir a preservar su valor y en gran medida, preservar nuestros ecosistemas y modo de vida.
Las abejas son un grupo amplio y muy diverso. Sólo el 10% de ellas son verdaderamente sociales, como es el caso de la abeja de miel (Apis mellifera), la más reconocida a nivel mundial.
Sus colores pueden ir desde el tradicional amarillo, hasta tonos metalizados que resaltan bajo la luz del sol. Su tamaño va desde un par de milímetros, hasta casi los 4 centímetros de longitud como es el caso de la Megachile pluto, la más grande del mundo y cuyas hembras pueden alcanzar un ancho de 63 milímetros. Aunque la gran mayoría son herbívoras, dentro del género Trigona, encontramos tres que se alimentan de carne dejando a un lado su dieta tradicional de polen y néctar. También existen las que colectan aceites florales, en vez de polen.
Las abejas están entre las principales responsables de la polinización de los cultivos, lo que permite la producción de casi el 80% de los alimentos que ponemos en nuestras mesas. Chile, cuenta con una gran diversidad de abejas silvestres, pero el representante más destacado es nuestro abejorro nativo Bombus dahlbomii, conocido como “abejorro”, “abejorro colorado”, “moscardón”, “duillin” (mapudungún), “diwmeñ” (mapudungún) o “abejorro gigante de la Patagonia”. Este pequeño habita en los bosques templados y fríos del sudoeste del Cono Sur de Sudamérica, en el centro-sur y sur de nuestro país y en el oeste de la Patagonia Argentina. De gran tamaño y notable coloración anaranjada, constituye el único abejorro nativo de Chile.
B. dahlbomii es la especie de abejorro más grande y más austral del mundo y corresponde a uno de los principales polinizadores del bosque templado valdiviano. Se reconocen por la abundante pilosidad de color anaranjado-rojizo en gran parte de su cuerpo, mientras que la zona ventral es predominantemente negra. Puede distinguirse por el tamaño de su cuerpo: reinas de 26 a 33 mm, obreras de 16 a 23 mm y zánganos de 17 a 22 mm. Los machos, a su vez, se diferencian por sus antenas más largas 7,89 mm, mientras que las de las reinas y obreras son de 5,81 y 4,13 mm, respectivamente.
Pese a ser uno de los polinizadores más importantes de nuestro país, incluyendo plantas nativas como la Achupalla (Eryngium paniculatum), el copihue (Lapageria rosea) y el amancay (Alstroemeria aurea), en 2016 esta especie fue incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y declarado en peligro de extinción.
El 20 de mayo fue el Día Mundial de la Abeja, día que nos recuerda la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se ven enfrentados, y su importancia para la biodiversidad. Esta es también una fecha para reflexionar sobre nuestro verdadero compromiso con la salud de este insecto, y para hacer unllamado a proteger a nuestro moscardón nativo de la extinción. A través de medidas como el control de la llegada y presencia de especies invasoras a nuestro país, y la expansión del conocimiento científico sobre esta especie, podremos contribuir a preservar su valor y en gran medida, preservar nuestros ecosistemas y modo de vida.