También los huesos de animales prehistóricos y gigantes ballenas deben mantenerse limpios en los museos. ¿Qué técnicas usan para quitarles el polvo a metros y metros de huesos?
Proteger y preservar esqueletos masivos de enormes dinosaurios o ballenas azules del siglo XIX es un gran desafío para los museos y coleccionistas privados. La cuestión es cómo quitarles el polvo a esos vertebrados tan enormes y altos.
William Thomas es taxidermista en el Museo de Historia Natural de Utah (NHMU), donde hay una gran colección de esqueletos prehistóricos. En entrevista con DW, explicó que «los esqueletos de dinosaurios de pie se desempolvan unas dos veces al año».
La colección también incluye la de un barosaurio, que mide nueve metros de pie con sus huesos fósiles y «prótesis» de yeso. Su largo cuello ayudaba al animal a comer hojas de árboles y plantas de gran altura, hace ya 150 millones de años.
«Nuestro plumero favorito es un soplador de hojas», dijo Thomas. Esto se usa alternativamente con plumeros con varillas largas. «Normalmente desempolvamos mucho en junio y en invierno. Luego probamos nuestro sistema de extracción de humo, que levanta mucho polvo, y después volvemos a limpiarlos».
Thomas y su equipo buscan diariamente telarañas en las salas de recolección, pero también los daños causados por los visitantes. «Tuvimos que arreglar algunos huesos rotos a lo largo de los años», dice. «Esta tarea es mucho más fácil con especímenes fundidos que con huesos fosilizados», afirmó.
En el Museo Nacional de Historia Natural en Washington D.C. hay esqueletos de colibríes y enormes ballenas, que también deben limpiarse a fondo. Para ello, el departamento de Zoología de Vertebrados utiliza escarabajos derméstidos carnívoros, que el especialista en museos John Ososky llama «superenfermeros».
«Tengo casi un millón de bichos que arrancan insaciablemente el músculo y el tejido de cada ejemplar que les doy», aseguró. Con un mamífero pequeño como un ratón, lleva unas pocas horas, con mamíferos grandes como las ballenas, puede llevar varios meses.
Hace cinco años, después de una exhaustiva reforma, el Museo de Historia Natural de Londres dio a conocer el esqueleto de una ballena azul llamada «Esperanza».
Esta ballena varada se encontró en Irlanda en 1891, y se exhibió por primera vez en el Museo de South Kensington, en Londres, en 1934. Después de extraer el esqueleto en 2015, trabajaron durante más de tres años con el ejemplar de 4,5 toneladas de peso y con 221 huesos.
En 2020, cuando el museo reabrió, después de la pandemia de coronavirus, limpiaron y desempolvaron su esqueleto durante dos días con cepillos suaves y aspiradoras, y además, el equipo también revisó si había grietas por la tensión ósea.
La otra famosa ballena azul, del Museo de Historia Natural de Nueva York, también se sometió recientemente a una limpieza de nueve meses. Quitaron el polvo del esqueleto de 29 metros de largo. Esta ballena ha sido desempolvada a fondo con regularidad desde 1969.
Sotheby’s subastó el esqueleto de un dinosaurio Gorgosaurus este 28 de julio en Nueva York. Descubierto en 2018 en Montana, EE. UU., su esqueleto mide casi 3 metros de alto y 7 metros de largo.
«En mi carrera he tenido el privilegio de vender muchos objetos excepcionales y únicos, pero pocos tienen la capacidad de inspirar asombro y capturar la imaginación como este increíble esqueleto de gorgosaurus», dijo Cassandra Hatton, directora global de Ciencia y Cultura Popular de Sotheby’s.