Los Token No Fungibles (NFT, por sus siglas en inglés) han generado un extenso debate en el mundo del arte. Se trata de un nuevo sistema de comercialización a través de las criptomonedas y diferentes sistemas digitales. En palabras simples, son certificados de autoría y de propiedad donde la gente puede obtener un determinado ítem. Desde el inicio de la pandemia varios artistas comenzaron a utilizarlos porque era una manera de vender obras digitales. En Chile, por ejemplo, el ilustrador Alberto Montt decidió entrar en el mundo de los NFT. Por un lado, el artista visual Sebastián Riffo menciona que «les da visibilidad a artistas que trabajan en formatos digitales, pues estos formatos han adquirido más notoriedad y validación dentro del mundo del arte tradicional, y muchos artistas han sabido aprovecharlo». Si bien es una forma novedosa de comprar, el artista y académico de la Universidad de Chile, Arturo Cariceo, sostiene que «el NFT vendría siendo una estructura de mercado que tiene las mismas características que uno puede encontrar en el mercado del arte ya físico».
Desde 2011, el famoso Gif de Nyan Cat –un gato con cuerpo de galleta que dejaba de estela un arcoíris al pasar por la pantalla– se transformó en una imagen icónica de la cultura pop del internet y en 2021 su creador vendió su NFT a 600 mil dólares. Esta transacción dio paso a una discusión que existe hasta el día de hoy sobre los NFT, es decir, Non-Fungible Tokens o Tokens No Fungibles en español, es decir, una forma nueva de comercialización de creaciones digitales, y justamente este mercado llegó al arte. Es más, la próxima semana comienza la sexta versión de Gallery Weekend Santiago, uno de los eventos del arte visual más esperados del año y que por segunda vez ofrecerá una plataforma inédita con obras de 28 artistas digitales que fueron elegidos para poder vender sus NFT.
Esta nueva forma de vender obras digitales ha sido noticia por la cantidad de dinero que ha generado. Uno de los fundadores de Twitter, Jack Dorsey, vendió su primer tuit en 2021 por casi tres millones de dólares y la artista musical canadiense Grimes o la argentina Marta Mirujín también han entrado en el mundo de las NFT. En Chile, hay varios artistas que están adquiriendo NFTs y entre los más reconocidos está el ilustrador Alberto Montt.
Para entender bien cómo funcionan, lo primero es comprender qué es un bien No Fungible. El concepto se refiere a obras físicas y digitales que sean únicas, es decir, que no se puedan reproducir, por ejemplo, existe un solo cuadro de la Mona Lisa, esa obra puede ser reproducida en afiches, poleras, lápices y cualquier tipo de mercancía, sin embargo, el material original nunca va a poder ser replicado exactamente, o sea, es insustituible y es ahí donde está el valor de la obra en el mercado.
«Decir no fungible, token o digamos token no fungible, tiene que ver hoy día con esta nueva tecnología o este nuevo sistema de comercialización a través de las criptomonedas y diferentes sistemas digitales. Básicamente son certificados de autoría y de propiedad donde la gente puede obtener un determinado ítem», explica el curador, gestor cultural coleccionista y fotógrafo, Felipe Forteza.
Valentina Maldonado está entre los 28 artistas seleccionados por Gallery Weekend para exponer sus obras digitales entre el próximo 28 de septiembre y 1 de octubre. La artista se encuentra actualmente exponiendo en dos plataformas con obras digitales que están compuestas por «dos seres que inventé para diferentes ficciones», relata la artista.
Además considera que «poder tokenizar una pieza de arte» es «algo revolucionario».
«Personalmente, creo que sí favorece a los y las artistas, sobre todo a quienes trabajamos desde y para la virtualidad, pues nos arroja inmediatamente a un mar de información, circulación y contacto con agentes globales», sostiene la artista.
Una opinión similar tiene el artista Sebastián Riffo Montenegro, quien también estará exponiendo de manera virtual en Gallery Weekend. Para él los NFT ayudan a los artistas en el sentido de que «es una nueva plataforma de difusión y venta».
«Les da visibilidad a artistas que trabajan en formatos digitales, estos formatos han adquirido más notoriedad y validación dentro del mundo del arte tradicional, y muchos artistas han sabido aprovecharlo», sostiene.
«Las ventajas de los NFT es que nuevos artistas digitales tiene una mayor exposición de su trabajo con esta herramienta de venta, también existe trabajo en colaboraciones entre artistas para crear una obra, sumando diferentes disciplinas análogas y digitales», añade Riffo.
La aparición de nuevas formas de comercialización del arte también responde a una nueva forma de hacer arte. En tal sentido, muchos artistas están utilizando soportes digitales, como por ejemplo Valentina Maldonado, quien creo personajes virtuales y donde la digitalización juega un rol distinto al que había en el siglo XX, cuando no existía el desarrollo tecnológico que hay actualmente.
«La compra a través de internet tiene una cuestión ambivalente, entre fascinante y vertiginosa, por lo «obscena» que puede resultar. En internet está todo relativamente permitido, bajo sus propias leyes de exposición e intercambio. También me gusta porque es similar a entrar en un juego: de expresión, especulación, competencia y algoritmos», declara Maldonado.
La abogada especialista en propiedad intelectual y miembro de DAO Education, Carol Schmeisser, explica que el mundo del NFT es un soporte digital que permite que muchos artistas puedan tener una monetización directa por su trabajo.
Adicionalmente destaca que «el mayor potencial que puede tener el mundo del NFT es que el soporte digital permite que muchos artistas de medios no convencionales, como el arte generativo, la videodanza, puedan monetizar las experiencias que genera su arte, que de otra forma no podrían exponerse o hacerse como en exposiciones de galerías tradicionales o de medio físico. Entonces, el soporte permite, por ejemplo, instancias inmersivas que permiten un soporte más variado que puede enriquecer experiencias de creadores de nuevos medios también».
En principio, el artista podría comercializar directamente con las personas interesadas en su arte sin tener que recurrir a otros intermediarios. Sin embargo, la realidad no es esa y, tal como lo describe la abogada, los NFT siguen siendo una tecnología de nicho, por lo que muchos artistas deben recurrir a personas con conocimientos de programación o de cadena de bloques.
No obstante, es crítica y menciona que «en el ecosistema de cripto en general, tenemos que heredar conceptos y etiquetas extranjeras, que no tiene mucho que ver con la idiosincracia o la realidad latinoamericana».
En ese sentido, el artista visual y académico de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Arturo Cariceo, opina que los NFT son una forma más del mercado del arte que además tiene lógicas similares a las de la venta de obras en físico y que debido al revolución tecnológica tarde o temprano iba a llegar.
«El NFT vendría siendo generar una estructura de mercado, ya que en el mundo virtual vale que tiene las mismas características que uno puede encontrar en el mercado del arte ya físico», afirma Cariceo.
«En el mercado de los NFT se habla de garantías en los mismos términos. Habrá que ver en el tiempo si habrá expertos en validar dichas garantías digitales. Con esto no desestimo nada, sino sostener que estamos ante una cultura y tradición, la del mercado del arte, en otro nuevo escenario», añade el académico.
Cariceo afirma que finalmente el mundo de los NFT tienen que ver con una estrategia de marketing que también ocurre en el mundo físico y a las lógicas del mercado del arte.
«Si voy a una feria de arte, yo estoy buscando una firma y estoy especulando con un nombre. Segundo, como en el mundo físico, en el mundo digital yo puedo subir algo y tengo que pagar para que circule, pero también tengo que desarrollar una estrategia de marketing para este, para que tenga visibilidad y sea conocido», sostiene.
Tanto Cariceo como Schmeisser coinciden en que finalmente surgen actores externos como galerías virtuales o plataformas que son necesarias para que la comercialización sea efectiva, de modo que el principio de los NFT se podría ver afectado por la centralización en la web.
La abogada menciona la plataforma Hic Et Nunc, creada en 2021 por el brasileño Rafael Lima.
«Los artistas podían poner el precio de venta de la obra y programar obligatoriamente un monto de porcentaje entre el 1% y el 10% de lo que quería que le llegase cada vez que el NFT cambiara de mano. Y entonces había artistas súper conocidos que sacaban una partida limitada de NFT y la gente los compraba y los tenía como en su propia galería. Y cada vez que se vendía automáticamente se descontaba el porcentaje para la artista. Era una plataforma hecha por los usuarios, para los usuarios, específicamente para el usuario sudamericano», explica Schmeisser.
Sin embargo, el sitio Hic Et Nunc fue borrado por el propio creador debido a problemas internos y ciertas críticas que recibió.
Otras de las críticas que han recibido las NFT es que no hay una verificación de que efectivamente el creador de una obra es el que está solicitando una certificación. También, se menciona el impacto que tienen en el medio ambiente, debido a que emiten una gran cantidad de CO2.
«Existe muchos problemas por las falsificaciones, ya que cualquiera puede crear un e-commerce de NFT y copiar obras sin el permiso de los artistas.También se habla de la gran cantidad de energía que se utiliza en mantener estos archivos en línea, a través de granjas de servidores, que genera una gran cantidad de CO2″, menciona el artista Sebastián Riffo.
Finalmente, Felipe Forteza señala que en Chile se han realizado algunas iniciativas de venta de NFT, pero que todavía no ha visto una proliferación de este mercado.
«Yo no he visto que hayan florecido, especialmente en el mundo de los coleccionistas. Tal vez yo estoy dentro de esa generación un poco más antigua, en que a uno le gusta percibir la obra físicamente como para saber efectivamente si te gusta o no te gusta», menciona el coleccionista.
En ese sentido, los NFT responden a una lógica digital donde el comprador o el artista no recibe una copia o una experiencia física de la obra de arte, por lo que también hay una valoración distinta sobre qué es arte.
«Me parece que los NFT son una herramienta más en el mundo del arte, que está en constante cambio, por la masificación del mundo virtual, y el metaverso, por lo que creo que es el inicio de una nueva forma de percibir el arte y masificar su mensaje», puntualiza Sebastián Riffo.
«El arte digital se viene a insertar como una nueva tendencia. Si la gente va a tener la confianza que lo que está comprando es una obra única que no se va a multiplicar o que se va a dividir en otros mercados, por supuesto que podría florecer. Yo creo que hoy día el arte da para todo. Espero que esto no sea una moda. Supuestamente es un muy buen sistema, tienen un muy buen sistema de derechos de autor, que es importante, porque eso te asegura que la obra ya o es única o es una copia», agrega Felipe Forteza.